Juntos.

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Hoseok había despertado tranquilamente en su cama, sintiendo el perfume barato (y totalmente delicioso) de su acompañante. La luz del sol golpeó con fuerza en sus ojos, haciendo que no pudiera ver con facilidad la vista de sus alrededor. Brazos. Eso era todo lo que podía pensar. Brazos en su cintura, brazos delgados, pero abrazándole con fuerza.

Quiso intentar levantarse, aún con su sueño intacto.

— No te muevas, no te levantes. — La voz de Yoongi salió un poco más ronca de lo normal, pues también venía con aquel sueño profundo aún pegado, sin poder abrir sus ojos otra vez.

"Un gatito". Eso fue lo que pasó por la mente de Hoseok.

Podía recordar todo. Yoongi besándolo, sus manos inquietas por tocar su piel y la necesidad gigante de estar el uno al otro juntos, como anhelaba desde hace mucho tiempo y que, por alguna razón y con todas las acciones del contrario, sentía que esa necesidad, esas ganas y ese amor, ese gusto por querer a una persona ajena a ti, era mutuo. No había mucho que explicar, pues no podía con todo lo que sentía e iba creciendo poco a poco. Ese chico con mejillas abultadas, nariz bonita, dientes pequeños (adorables) y esos ojos que no entiende por qué eran tan adictivos, lo volvían loco (de amor). Sus sentimientos eran más fuertes que su propia voluntad y pensó, por una vez en mucho tiempo, que le agradecía a su tonto yo.

Esa noche no se explicaron muchas cosas, más que besos, roces y caricias demás. Por eso sentían (ambos) que se debían una pequeña o grandísima explicación de todo lo que había pasado.

— Como primer día de ganar mi perdón tienes que ir a prepararme el desayuno, pequeño gatito. — Sonrió levemente mientras jugaba con la nariz del ajeno. Hoseok estaba bobo por él.

— ¿Primer día de ganar tu perdón? — Preguntó, extrañado, arrugando su frente. No sabía que habían llegado a un acuerdo. — Espérate... ¿Gatito? ¿Eres furro o algo así? — Preguntó ahora mirando directamente a los ojos de Hoseok.

Hoseok golpeó su hombro, deshaciendo el agarre que tenía Yoongi en su cintura y el poder de no moverse.

— Ya llevas -10 puntos, Min Yoongi. ¿No quieres mi perdón? ¿Es eso?

— Claro que quiero tu perdón, cariño. — Volvió a dirigir sus brazos a la cintura de su menor, queriendo acurrucarse otra vez cerca de su cuerpo. — Sólo que no sabía que habíamos llegado a un acuerdo ¿Mh? Me hubieras dicho y yo estaba totalmente dispuesto.

— Cute, pero no lo suficiente. Tenemos que tomar desayuno, que será preparado por ti y luego, hablaremos de ESE tema. — Se levantó con cuidado de la cama, sin querer dañar al mayor ante su huida.

Tomó su camiseta y su bóxer quedando solo en ambas prendas para caminar rápidamente hacia la puerta del dormitorio, esperando que su pequeño —gatito— fuera capaz de levantarse de esa cama a por su desayuno, apoyándose en la puerta una vez abierta en su totalidad. En ese entonces el sueño se había ido y el hambre se adueñaba de su cuerpo.

Veinte minutos o quizás más le tomó a Min Yoongi por fin salir de la cama y ser capaz de llegar a la cocina para preparar, aunque sea, unas tostadas. Era tarde, pero no lo suficiente como para almorzar y así estuvo, preparando el desayuno mientras los ojos de Hoseok lo clavaban fijamente. No le molestaba, era lindo cuando estaba en sus pensamientos. Era lindo en cualquier momento.

— Mi celular tiene muchos mensajes y llamadas de los chicos, me sorprende que aún no hayan sacado mi puerta de una patada para saber que pasó ayer. — Soltó una pequeña risa, rompiendo al fin el silencio para nada incómodo entre ambos.

Era verdad. Tenía más de 60 mensajes entre todo el grupo y una que otra llamada perdida. "Será para después." pensó Hoseok, pues no quería hablar con nadie más que Yoongi y el tema tan serio que debían discutir.

— No he revisado mi celular, creo que lo dejé arriba. — Dijo mientras dejaba las tostadas en la encimera, sentándose frente a Hoseok.

—En fin, eso no es importante ahora. Quiero una explicación y quiero que seas sincero conmigo.

Yoongi no hizo más que mirarlo por unos segundos, suspirando pesadamente, sabía que se venía una conversación grande.

Así fue. Explicó todo lo que pasó esa misma noche. Jimin se había emborrachado demás, agarrando valentía para poder confesarse ante Yoongi, declarando todo su amor en una vomito de palabras y un Yoongi intentando entender entre un pequeño Jimin y el alcohol y un baile sin parar, sin saber qué hacer ante un amigo cercano y unos sentimientos revueltos por otra persona que también era su amigo. Jimin se lanzó a sus brazos, besándolo en un intento desesperado de que su hyung pudiera darle una oportunidad o tratar así, de esa forma, demostrar que su amor sí era real, que sus sentimientos existían, que el existía. Para los ojos de Yoongi, quería existir, al menos una noche, al menos con alcohol encima, al menos fingiendo y queriendo, con todas su fuerzas, ser Hoseok.

Pero no fue así. El nunca sería Hoseok. Ante los ojos de Yoongi, era Jimin, simplemente Jimin. Pequeño, lindo, tierno, un amigo el cual quería cuidar y hasta ahí. Lo descubrió cuando Yoongi bruscamente lo apartó (luego de esos pequeños segundos tratando de entender esa acción del menor) y un "¿Qué diablos, Jimin?" Salió de su boca. No era culpa de Yoongi, pero tampoco era culpa de Jimin tener sentimientos a un amigo. No era culpa de nadie el poder sentir. ¿Fue un error? Sí, pero podía justificarse y entenderse.

— Lo entiendo, de verdad lo entiendo. — Asentía el menor de los dos, llevando nerviosamente una tostada a su boca. — Jimin no tiene la culpa. A veces las emociones nos ganan y lamentablemente cometemos cosas que luego nos arrepentimos. Lo único que sé, es que nos debemos una buena conversación y estoy seguro que él lo sabe.

— Lo sé. No quise dañar su corazón, tampoco quise ser así de brusco y tampoco quise darle pauta para que siga. Lo lamento, él estaba encima y  a mí me costó mucho entender qué carajos pasaba.

— Yo tampoco lo culpo, mucho menos a ti. — Suspiró suavemente, arreglando su cabello.— Es normal, supongo. No puedo entender su enfado y la distancia que tomó entre nosotros. En vez de hablar las cosas y al menos encontrar una solución, pero... como vuelvo a decir, lo entiendo. Al menos todos una vez quisimos guardar nuestros sentimientos, sin pedir la ayuda de nadie y actuar frente a lo que creemos correcto. — Hoseok hizo un leve puchero.

— Wow...

— ¿Qué? — preguntó el menor, sonriendo levemente esta vez.

— Nada. Eres lindo. — Sonrió. No pudo evitar hacerlo ante tal imagen bonita para él. — Y dime... ¿todo está bien entre nosotros? No quería que mi confesión, mi muestra de amor fuera de esa forma, pero no podía aguantar que te fueras con esa imagen. Me gustas, Hoseok y mucho. Siento que di las señales más obvias posibles e intenté demostrarlo sin palabras, pero no dieron el resultado que quise y heme aquí, explicando algo que no debería de haber ocurrido.

— Ya estás hablando demás otra vez. Lindo. — Llevó su mano con cuidado hacia su cabello, jugando con él suavemente y quitando uno que otro mechón que caía por sus pequeños ojos. — Estamos bien. Como dije, no fue tu culpa, al menos no toda. Me gustas mucho también, muchísimo y no sabes las ganas que me aguanté de besarte y decirte todo esto. Eres lindo, perfecto para mí y cualquiera.

Se sonrieron mutuamente, acercándose con lentitud. Sus narices rozaron, sus labios estaban cerca y su respiraciones podían chocar fácilmente. Querían besarse. Hoseok quería besarlo, una y otra y otra vez y Yoongi estaba totalmente dispuesto a eso.

Cerraron sus ojos, dispuestos a terminar por completo su reconciliación, hasta que el timbre de la casa de Hoseok retumbó por toda la sala, llegando hasta la cocina.

— Creo que ya sé quienes son. — dijo el menor, casi como un quejido.

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He vuelto, hola. (?) Espero me perdonen y les haya gustado este capítulo. Comenten, aunque sea para putearme o decirme un "te extrañé." :)??? KANDLSNFLD. Esta vez definitivamente acabaré con esta historia que me cuesta soltar aún. Espero sigan por ahí, los más fieles los llevo aquí adentro: 🤍

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