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Hoseok entró a la casa con una gran sonrisa en su rostro gracias a que esa misma noche, hubo una gran fiesta y se reunió con muchas personas las cuales nunca pensó compartir ni volver a ver. Hace mucho tiempo no la pasaba así de bien, ni siquiera con su mejor amigo. Fue una noche totalmente divertida y alcoholizada.

Cierra la puerta detrás de él, cuelga su abrigo en el perchero que está al lado de la puerta principal y tiró las llaves en el mueble más cercano para seguir caminando hacia delante y por fin tocar su dulce cama. Se sentía exhausto, totalmente cansado y deseaba darse una ducha para poder dormir todo lo que necesitaba.

Fugazmente miró hacia el el living, recorriendo su pequeño espacio y vió a Yoongi sentado, exasperado, haciendo que el diera de un salto por la sorpresa y el susto del momento.

Yoongi, al darse cuenta de que ya había regresado, de paró rápidamente, tomándolo por los hombros.

—¿Que haces aquí?— preguntó Hoseok extrañado. La verdad nunca lo vió en su casa y el tampoco le dió llaves, así que prácticamente no sabía cómo era que estaba dentro.

—¿En dónde estabas?— le preguntó con su voz un poco molesto, apretando levemente su piel.

—¿Cómo entraste?— Preguntó otra vez y se sentó sin dejarlo de mirar, extrañado por el comportamiento del mayor y preguntándose aún cómo era posible que estuviera ahí.

¿La ventana? ¿Por el techo? No, era imposible.

Acaso... ¿hizo una copia de las llaves sin su permiso? Dios, estaba con un vándalo profesional.

—Te hice una pregunta, Hoseok. — Volvió a insistir el más pequeño, queriendo respuestas rápidas.

—Y yo igual, Yoongi. Eres muy molestoso.— Dijo sonando más enojado de lo normal. Se estaba estresando y la resaca no ayudaba en nada. —Te pregunté qué haces aquí y cómo entraste. Que yo sepa, hasta el momento tú no tienes llaves.

—El punto no es ese. — Se sentó frente a él, con el semblante totalmente serio. — Mira esto.

Tomó su celular y le mostró un vídeo donde Hoseok salía bailando con unos de sus amigos más cercanos en esa gran fiesta. Estaba alcoholizado, en ese momento no se acordaba ni la mitad de las cosas que había hecho esa misma noche. Miró extrañado el celular y después a Yoongi, con la misma expresión.

No recordaba aquello, pero peor aún, no entendía porqué el contrario se veía tan molesto ante eso.

—¿Quién es este tipo?— Preguntó, apretando los dientes, mirando al menor y apuntando hacia la pequeña pantalla.

—¿Y qué con eso?— Preguntó. — somos amigos de...—Paró un segundo dándose cuenta de lo iba a decir— ¿Por que debería de darte yo explicaciones a ti?

—Sólo es una pregunta y quiero que me las respondas.

Molesto y cansado, Hoseok se paró rápidamente, tomando nuevamente sus cosas, queriendo dar a entender que se retiraba del lugar.

—No, no te daré explicaciones, Yoongi. Tú y yo no somos nada, me lo aclaraste hace un tiempo. No entiendo tu comportamiento y el porqué vienes a mi casa de esa manera.

Él se tensó, su mirada explicaba decepción, tristeza y arrepentimiento. Se levantó rápidamente, sin decir nada, sin mirarlo.

Se sentía arrepentido, no sabía si tomar sus cosas e irse o explicar el porqué él había rechazado a Hoseok tiempo antes. No podía dar explicaciones y ni él mismo sabía el porqué estaba en una casa ajena pidiendo explicaciones por algo que no le correspondía.

—Tienes razón. Nosotros no somos nada.

Dicho aquello, tomó sus cosas y se dirigió a la puerta, cerrando detrás de él, esperando que al menos las cosas no fueran tan dolorosas.