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Abro mis ojos y no logro ver nada. ¿Me quedé ciego?. Solo logro ver oscuridad, aunque no sé si la estoy viendo. De repente se prende una luz blanca que apunta directamente a mi, estoy amarrado a una silla. Intento decir algo pero una cinta me lo impide.

¿Qué clase de maniático secuestraría a un chico muerto en vida?. Enserio. Podría ser Kokonoi, porque como me confunde con Akane tal vez quisiera que fuera solo de él, no, eso sería muy homosexual de su parte y yo no ando con hombres.

Mmm, otra opción podría ser que Dios me está eligiendo, o sea, viendo si me voy con él o no, pero no creo que él me aprisionaría así.

De repente comienza a sonar música de esas que ponen en las películas de terror pero que son bien alegres y así, esto me da mala espina. Se prenden ahora todas las luces y estoy en un cuarto rosa con azul. A la mierda todo, ¡me voy a morir!. Comienzo a forcejear para intentar desatarme las manos pero lo único que logro es caerme. Sigo forcejeando hasta que una voz suena en unas bocinas, que por cierto, estaban en el techo.

-Querido, ¿te intentas liberar?. Ay, que lástima. No podrás hacerlo hasta que yo te diga jeje~.

Esa voz, ¡es de la chica de la tienda de la mañana!. ¡Con razón necesita ayuda!.

-Ah cierto, no puedes hablar.

Escuchó pasos y veo a esa misma chica con un vestido de novia acercándose a mí. Ella me sonríe con las mejillas sonrojadas y me arrebata la cinta sin dudarlo. Me quejé por el dolor y ella empezó a reírse como maniática.

-¡Hoy es nuestra bodaaa!. Que lindo te vez con tu traje mi amor~

-No se a que te refieres pero creo que te equivocas de persona.

-Ay, bromeas mi querido, ¿Acaso no me recuerdas?.

-Si, eres la chica de la tienda.

Ella se me quedó viendo en silencio, las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos. Me estoy espantando.

-¡No!. ¡Tú me amabas, me dijiste que yo era tu persona favorita, me dijiste que te casarías conmigo!. ¡Tú eres MÍO!.

Comenzó a gritar y a jalarse el cabello, y se dirigió a la pared para golpearse contra ella. ¡Está completamente loca!. Golpeaba la pared tanto con su cabeza como con sus puños mientras gritaba y lloraba. Decía que no podía ser y que yo tenía que casarme con ella y eso.

-¡Oye loca maniática, para, detente!.

La chica se detuvo y me volteó a ver, tenía sangre en todo el rostro y su maquillaje estaba corrido. Sus ojos estaban totalmente abiertos y un escalofrío recorrió mi cuerpo. Hubo un silencio incómodo hasta que lo rompí.

-A ver, no sé quién seas ni que planeas pero déjame decirte que yo no te conozco, nunca te he visto en mi vida y no quiero casarme contigo. Así que solo te pido que me sueltes, me voy de aquí y me olvidas, así seguimos con nuestras vidas y ya.

Comenzó a llorar de nuevo... vieja chillona.

-¡Bien!. Me casaré contigo, pero suéltame.

A ella le brillaron los ojos y sonrojada asintió. Se acercó y lentamente me libero de la silla. Me paré algo mareado y la miré.

-Perfecto, ahora solo cálmate, deja de llorar, te ves mal así.

-Está bien cariño - se secó las lágrimas- ay no, mi maquillaje está corrido.

¡Ya sé!.

-Ve a maquillarte otra vez, yo te espero aquí.

-¿Prometes no escapar?.

Me quedé callado, creo que esta promesa nunca la cumpliré.

-Lo prometo querida.

Ella se fue a arreglar a su habitación y yo mientras buscaba la salida. Recorría toda la casa los más rápido que pude. Hasta que veo la puerta, era amarilla. Iba a tocar la manija cuando escuché su voz.

-Cariño, he terminado~ ¡Me veo hermosa!.

Es ahora o nunca. Abrí la manija y salí corriendo. Al salir pude ubicarme en donde estaba, y me dirigí a la casa de Kokonoi que quedaba algo cerca. Corrí lo más rápido que pude, no quiero que la loca esa me alcance. Seguía corriendo hasta que encontré la casa de mi amigo. Toque la puerta y unos segundos después Koko la abrió.

-Inupi, ¿qué haces aquí?.

-Eso no importa, déjame entrar ahora.

-Pero...

No lo dejé terminar y lo empujé adentro, yo me metí y cerré la puerta con todos los candados que tenía.

Caí de rodillas al suelo y mi respiración estaba muy acelerada.

-O-oye, ¿estás bien?.

-No, y te explicaré porqué. Siéntate ahora mismo - me senté en su sillón- anda siéntate.

Él se sentó en el sillón de enfrente. Maldita casa de rico que se carga.

-Cuando me metí a la tienda esa 24/7 me encontré con una chica que agarro lo mismo que yo. Ella quería hablar conmigo pero solo la ignoré. El cajero me dijo que la ayudaba, que me necesitaba. Fui al cementerio y no te vi, me quedé hablando con mi hermana. Al salir en la calle escucho que alguien dice mi nombre y me golpean la cabeza. Al despertar estaba amarrado a una silla y la misma chica de la tienda apareció con vestido de novia. "Hoy es nuestra boda mi amor". Me dio miedo debo aceptarlo. Pero me negué y se puso a pegarse con la pared y a llorar. La convencí de que me casaría con ella si me liberaba y ella se fue a maquillar otra vez. Aproveche y salí corriendo de su casa. Quedaba algo cerca de aquí así que vine contigo a que me cuidaras por al menos 3 días amigo, no quiero morir y hay un próximo enfrentamiento.

Él se quedó en blanco y comenzó a reírse.

-Jajaja Inupi, te cuidaré, te mantendré, pero, me pagarás al final.

-No te pagaré, a Akane no le hubiera gustado que le cobraran.

-Okay, no hay problema te cuido sin costo.

-Perfecto...

El próximo enfrentamiento está cada vez más cerca. Solo tengo que evitar encontrarme con esa chica que sino me secuestra.

𝒞ℯ𝓂ℯ𝓃𝓉ℯ𝓇𝒾ℴ - 𝒮ℯ𝒾𝓈𝒽𝓊 ℐ𝓃𝓊𝒾Donde viven las historias. Descúbrelo ahora