Mi primer amor; Eddie Munson

01.

Narra Chrissy:

Hoy es mi primer día clases, no sé en que momento mi familia pensó que mudarnos a mitad de año sería buena idea. Ni siquiera me dieron opción de quedarme con mi tía Clara simplemente llegaron un día y dijeron "Nos vamos" y así sucedió. Espero poder hacer nuevos amigos, siempre fui tímida e introvertida y nunca fui de muchos rodearme de mucha gente, espero que este año cambie.

Al llegar al colegio Chrissy mira confundida a todo el mundo que se adentraba al mismo, no quería saber nada acerca de su primer día pero, tomó coraje y se dirigió a su primer clase. Iba leyendo los nombres de las aulas hasta que por accidente se choca con un agradable chico de sonrisa grande y su cabello lleno de rulos.

— ¿Estás perdida? — murmuró el castaño mientras se le formaba una pequeña sonrisa en su rostro.
— Algo así — suspiré. — Estoy buscando el aula A10 ¿Sabes cuál es? —.
— ¡Si! Es dónde tengo que ir yo. Vamos juntos — insistió él.

De un momento a otro estaba caminando por ese largo pasillo con un completo desconocido, ni siquiera se había presentado, solo me agarró de la mano y nos dirigimos al aula. Cuándo entramos todos comenzaron a silbar y a gritar, por dentro estaba muriendo de la vergüenza.

— ¿Otra vez tarde señor Munson? — un señor alto, de aspecto serio se acercó a nosotros e hizo esa pregunta un poco inquietante, sin dejar que él respondiera agregó —Pero esta vez acompañado — dijo haciendo una mueca, pero esta vez mirándome a mí.

— Y-yo soy nueva — respondí mirando al profesor inquieta. — Él solo me ayudó a encontrar el aula — agregué de forma amistosa recibiendo un guiño de ojos de parte del ruliento.

—Muy bien señorita, solo por esta vez estás perdonado Munson..por tener un buen gesto con su nueva compañera.— murmuró el profesor y lo mandó a su asiento. —En cuanto a usted, por favor preséntese señorita así podemos comenzar la clase. Mi nombre es Lucas pero prefiero que me llames profesor—. terminó de hablar y yo solo asentí con mi cabeza, caminando hacía el medio del aula.

— Me llamo Chrissy, tengo 18 años y mis papás decidieron que mudarnos a mitad de año era una buena opción. En mi tiempo libre saco fotos — increíblemente dije eso sin tartamudear, fue lo más normal que pude haberme expresado.

La mayoría de mis compañeros aplaudieron, gritaron, y reían. Yo solo quería que ese día terminara y llegar a casa, ponerme mi pijama y descansar. Me tocó sentarme al lado del ruliento, me miró amistosamente y comenzamos a charlar por lo bajo para que el profesor no nos rete.

— Me llamo Eddie, por si te interesa saber — murmuró sonriéndome.

— Justo estaba por preguntarte..¿Acaso lees mentes Eddie? — respondí y ambos largamos una carcajada fuerte para lograr captar la atención de todos, incluso del profesor que nos miró y suspiró continuando la clase normalmente.

Sonó el timbre que daba comienzo a nuestro descanso, fui a la cafetería a buscar un sándwich para almorzar y una botella chiquita de coca cola. Busqué un asiento y unos minutos después siento que alguien se sienta en frente mío, alcé mi vista y era Eddie, es inevitable no sonreírle porque viene él con una sonrisa gigante y sus ojos tiernos, tan dulce y atento.

— ¿Qué andas haciendo chica nueva? — miró algo confundido cuándo vió que estaba leyendo mientras le daba un mordisco a su sándwich.

Reí negando con la cabeza. — Leyendo ¿no vez? — respondí seriamente.

Me dió un codazo. — ¡Háblame bien a mí tonta! — exclamó haciendo un gesto con su mano, haciendo drama.

— Bueno llorón, basta. ¿Tenés que hacer algo después de la escuela? — pregunté curiosa —.

— Si, tengo planes. Pero con vos — respondió guiñándome el ojo y se fue.

— ¿Pero en dónde? — le grité esperando que me escuchara.

— ¡No le saques tus ojos de encima al celular! — gritó yéndose por aquel pasillo inmenso. Dejándome súper intrigada.

¿Esa era la forma de pedirle una cita a una chica? ¿Es una cita? ¿Qué es? ¿Qué quiere que hagamos? ¿Y si me lleva a tomar algo? ¿Si me saca a dar vueltas en su moto? ¿Tendrá moto? ¿Y si solamente me estaba molestando? Esa tiene más sentido, porque no tiene mi número. ¿De dónde lo sacaría? ¿Y si revisó el grupo y por ahí vió mi número? ¿O sino...? Iba a seguir llenándome la cabeza de preguntas hasta que suena mi celular y me llega un mensaje de un número que no tenía agendado.

Carajo, tengo una cita con el chico más lindo del colegio.