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La palabra más correcta para definir a Evan sin dudas era humilde. Muy a pesar de tener padres millonarios y contar con una belleza casi cegadora, era un chico con linda personalidad y bonitos sentimientos.
Que si bien, a Gregory le encantaba eso, no le gustaba tanto como las chicas siempre lo buscaban. ¿Interés o enamoramiento? Daba igual, sí era interés te terminarías enamorando de su dulce personalidad, sí ya contabas con esos sentimientos al estar con él se reforzarán.
A pesar de eso, a Gregory le daba mucha risa las caras de sus pretendientes al enterarse que el perfecto príncipe de la escuela, tenía novio y ese era él. Aguantarse la risa al ver sus caras era casi imposible.
Claro, al único que le daba risa era a él. Evan a pesar de todo sentía algo de lástima por aquellas, después de todo la mayoría salía llorando.
Otra cosa que lo enojaba era cuando esas chicas no entendían un "No" y seguían intentando enamorar a su querubín. Que era justo lo que estaba pasando ahora para su mala fortuna.
«Y la perra seguía y seguía» Pensó malhumorado, notando que Evan cortésmente la rechazaba, excusándose en que ya estaba enamorado de alguien y ese alguien era su pareja.
Sí aparecían piedras y tierra en su casillero, pega en su asiento y alguien le manchaba el uniforme, definitivamente no fue él.
Igual media escuela ya lo odiaba por ser pareja del príncipe de la escuela, una razón más no haría nada de nada y se lo merecía igual.
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