↻❥̸࿆͜⸙҉࿆͜ྎ̸ᬼ̸̸̸̶̼࿆͜͢ AU donde existen las almas gemelas.
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❝Everything you write on your arm will appear on your soulmate's❞
Ya que a este mundo tanto como le gustaba hacer más fácil las cosas, le gustaba complicarlas. «Al cumplir los 18 años, podrás saber quién es tu alma gemela. Todo lo que escribas en tu brazo aparecerá en el de ella» aunque solo esto pasaría si ambos contaban con 18 años.
Claro, que también habían casos donde las almas gemelas hablaban distintos idiomas, una diferencia exagerada de edad, no poder encontrar a tu media naranja... Pero hey! Sí tenías suerte, podía vivir en tu mismo país y tener edades similares.
Y bueno, Gregory era parte de esos casos donde tú alma gemela era menor... O tal vez había muerto, pero no quería pensar en esa posibilidad. Tenía ahora 22 años y nunca había recibido respuesta alguna de su "hilo rojo".
Al cumplir los 20 se había hartado y decidió esperar a que su alma gemela le escribiera. De igual manera, en otra vida se encontrarían de pasarle algo y no conocía a tal chica, así que le daba igual por ahora.
Sin embargo, un 20 de Junio se enteraría de la manera más rara, quien demonios era su alma gemela.
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━━¿Entonces, no vas a acompañarme al cumpleaños de Evan? ¡Por favor, deja el odio por Elizabeth y los Afton! Evan no es malo tampoco... ━━Insistió Charlie, su hermana menor adoptiva. La cual tenía ahora 18 al igual que el Afton más joven.
El cual, no le caía nada bien. Las pocas veces que lo había visto estaba rodeado de chicas y nunca le tomó ni mínima atención (tampoco es que él le hubiera dado mucha).
Realmente, lo veía como un mujeriego y la única razón por la que se había interesado mínimamente en él eran sus ojos azules, los cuales brillaban como una joya, al punto que estaba seguro que el otro tenía un zafiro en sus ojos en vez de la iris normal.
Pero no importaba, ese chico tampoco le importaba. Sólo iría a esa maldita fiesta de cumpleaños para acompañar a su hermana.
Tuvo que prepararse, vestirse formalmente y acompañar a la castaña a la casa, dando un regalo que Charlie había comprado por él (Pues la chica iría o con él o con él) y finalmente cantar una canción de cumpleaños.
Y ¡Oh! También tuvo que prestarle un bolígrafo al Afton menor, pues no encontraba el suyo (cosa al parecer sorprendente, pues Evan era alguien sumamente organizado). Aunque la sonrisa tímida y expresión de vergüenza valió la pena de ver.
El menor de los Afton agarró SU bolígrafo y en su brazo escribió un simple «¿Hola?» Gregory tuvo ganas de reírse por lo poco original, pero no dijo nada al respecto.
Igualmente, sí hubiera querido decirlo no hubiera tenido tiempo. La comezón en su brazo indicando que su alma gemela por fin le había escrito algo lo hizo enmudecer.
Se levantó la manga del traje, notando que eran las mismas palabras y caligrafía del menor. También, para su mala suerte, se dio cuenta que todos los ojos estaban en él.
No, no, no, no podía ser... ¡No podía ser alma gemela del hijo de William, se negaba! Dio unos pasos hacia atrás, dirigiendo ahora su mirada al frente, donde estaba sentado el cumpleañero, dispuesto a rechazarlo cruelmente.
Pero las palabras quedaron atascadas en su garganta al ver a aquellos ojos zafiros observándolo fijamente, como si de un tesoro se tratará, las mejillas de Evan se habían vuelto de un rojo brillante y sus labios cereza estaban entreabiertos.
Por un momento se perdió en aquéllos ojos zafiro, sin embargo al poco tiempo reaccionó, dándole la espalda al que lo observaba con tanta adoración y saliendo de la fiesta.
Sin que Gregory supiera, un silencio reino en toda la sala una vez que partió y el cumpleañero, en el día que se suponía que debía de ser feliz, ahora luchaba por no llorar.
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