Ｄｒｅａｍｉｎｇ - ˢʰᵒʷᵏⁱ

𝕺𝖓𝖈𝖊 𝖀𝖕𝖔𝖓 𝕬 𝕯𝖗𝖊𝖆𝖒

"¿Qué hubiese pasado si el príncipe jamás se hubiera topado con la princesa Aurora y en su lugar con un joven de cabellos negros que capta su atención desde el primer momento?

Obra original: La Bella Durmiente
Presenta cambios a su obra original."

El día era tranquilo. La primavera había llegado por lo que árboles, plantas y flores eran adornados con lindos colores brillantes. Los pajaritos cantaban en las ramas altas de los árboles del bosque. El sol brillaba en lo más alto emanando calidez que creaba un ambiente más acogedor en aquel lugar.

Un joven se encontraba poniendo flores de loto en el estanque, jugando de vez en cuando con el agua y apreciando lo hermoso que podía ser la naturaleza a su alrededor. No se sentía solo puesto que tenía la compañía de las lindas ranas saltarinas, de las abejas que recolectaban el polen de las flores, las mariposas que volaban a distintos lugares o los peces que nadaban bajo las flores recién puestas.
Él siempre decía que los animales eran sus amigos, los apreciaba y respetaba; inclusive hablaba con ellos como si de una persona se tratase. Probablemente la gente piense que era por lo solitario que era, por vivir solo en aquel bosque, lejos de la civilización pero para él era lo mejor, prefería vivir lejos de las guerras entre humanos y seres mágicos, lejos de todos los problemas que el ser humano puede llegar a crear. Él era feliz en donde estaba.

Aunque debía admitir que en ocasiones la sensación de soledad lo consumía. Su hermana ya no vivía con él, se había casado y tenía ahora una vida diferente. Kihyun solamente tenía a sus amigos animales.
Contemplaba su imagen en el agua pensando si alguna vez el amor llegaría a él pero ¿cómo es posible que esto sucediese si no tenía intención alguna de ir al pueblo? Ni él mismo lo sabía; sólo esperaba lo que la vida le trajera y confiaba plenamente en que ese momento llegaría. Suspiro una vez más poniendo una flor más sobre su reflejo intentando distraerse y continuar leyendo el libro que tenía en su regazo.

Todos eran iguales: una linda doncella que se casaba con un valiente guerrero dispuesto a dar su vida por ella, tan valiente y decidido.
La sociedad lo juzgaría por leer ese tipo de historias pero tenía que aceptar que él las amaba, es más, soñaba con tener el lugar de aquella doncella y encontrar a ese noble que lo amara, suspiraba con solo imaginarlo.

Y es que Kihyun era un ser puro, inocente y bello. El solamente quería amar y ser amado, no le importaba quien fuese. Su hermana siempre alimentó sus fantasías y jamás lo juzgo, sin embargo siempre intento protegerlo. Había quienes, sabiendo esto, quisieron envenenar ese limpio corazón pero nunca fue permitido. Kihyun siempre fue la hermosa fruta prohibida de todos los viajeros.

El ruido de alertó al joven blanquecino quien volteó a su alrededor sorprendido. El trote de un caballo y su jinete se escuchaba en el bosque por unos cuantos minutos mientras Kihyun se preparaba para irse del estanque. Siempre se ponía nervioso al escuchar o ver alguna persona, su hermana siempre le alertó de los peligros que pueden ocurrir.
Comenzó a caminar con su cesta en mano hasta que observó un precioso caballo blanco cruzar ante sus ojos con su respectivo jinete. El joven de cabellos obscuros siguió su camino hasta que una voz gruesa habló detrás de él.

—¡Oye! ¡Disculpa! ¿Podrías ayudarme?—el hombre de capa roja bajó de su corcel encaminándose hacia el joven blanquecino.

Kihyun volteó a verlo, dispuesto a preguntar pero por un momento ningún sonido salió de sus labios. El hombre frente a él era tan distinto a todos los que anteriormente había visto en el pueblo: era alto (más alto que él), tenía un lindo tono de piel moreno, cuerpo un poco robusto, posiblemente por músculos que tendría, totalmente atractivo y limpio. Desprendía autoridad y clase con solo su imponente presencia. Claramente no era de estos lares aunque había algo en el que se le hacía vagamente familiar.
Dejo de divagar para hablar.