Capitulo 3

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Era la quinta serie de abdominales combinados que hacia, sentía mi abdomen quemar advirtiendo el buen trabajo que estaba haciendo, no es que tenga problemas con mi cuerpo, siempre fui de tener musculatura marcada pero estando con Wanda había dejado de entrenar y perdí un poco es figura de la cual muchas mujeres suspiraban y hombres también, claro.

Sentía la mirada de alguien sobre mí, miré para mis costados para ver si lograba dar con la persona pero todos estaban atentos a sus rutinas, en un movimiento rápido pude divisar por el rabillo de mi ojo a la tan esperada persona. Una mujer castaña me observaba detenidamente, no le tome mucha importancia, no estoy en un momento para citas ni encuentros carnales sin interés.

El cuerpo me pesaba, necesitaba descansar, tome un poco de agua y me dirigí al saco de box que estaba libre, ajuste las cintas en mis manos para protegerlas de los impactos a la bolsa. Comencé a golpear suavemente tratando de no esforzarme mucho, pero las imágenes de esta mañana de Wanda y Visón vinieron a mi mente, mi mente me jugó una mala pasada imaginando el rostro del hombre en el saco, mis golpes comenzaron a ser más fuertes y duros, podía sentir mis dedos adormecerse por la fuerza ejercida, aun así, no me iba detenerme.

Necesitaba exteriorizar el enojo, la tristeza y todo sentimiento que sentía, note que mi rostro estaba húmedo y no sabía si era por el sudor o las lágrimas que habían caído de mis ojos.

¿Si sabes que si sigues golpeando así terminarás rompiendo la bolsa, no? - una voz detrás de mí preguntò - Golpea más el centro, así lograras un golpe certero

Hice lo que me indico y efectivamente, el golpe fue certero, con la respiración irregular y el sudor corriendo por mi cuerpo me giré para enfrentar a esa voz que había hablado. La castaña que estaba me observando hoy estaba parada frente a mí con una sonrisa, sus ojos azules brillaban con un indicio de diversión, me recordó a Yelena, a mi hermana.

- Gracias por eso, fue un buen consejo... - me detuve, pues no sabía su nombre

Hill, mi nombre es Maria Hill - contestó rápidamente sin dejar de sonreír, estrechamos nuestras manos, bueno ella en realidad busco el contacto, yo solo le seguí la acción.

Natasha Romanoff a tus servicios - y no sé la razón de por que dije eso.

Seguimos conversando sobre variedades, pues resulta que la señorita Hill estudió en mí misma universidad y recuerda mucho mi época de rockera, como también la banda que teníamos con mis amigos en esos momentos.

-Deberías venir esta noche al bar, hoy noche de karaoke y se presentarán varias personas, ve y canta algo, como lo hacías antes - dijo sin respirar - Solo si quieres claro.

Reí por lo apresurada forma en que hablo, y el sonrojo de sus mejillas me causo ternura, tal vez debería ir y seguir despejando mi mente. Le diré a Clint de ir juntos, tal vez llame a Banner y Odinson para que vayan con nosotros.

- Lo pensaré, gracias por la invitación - me despedí de Maria y me dirigí al vestuario para tomar mis pertenencias y salir del lugar.

El clima frío de la gran ciudad me tomo por sorpresa, por suerte me cambie de ropa, caminando de regreso al departamento, comencé a pensar que canción debería cantar esta noche, tal vez podría cantar la que escribí anoche en medio de mi crisis existencial por mi ex o alguna de la vieja escuela, Ed Sheeran podría ser el elegido de esta noche.

Llegué a mi casa luego de media hora caminando bajo el frío, escuché a Clint en la cocina por lo que me dirigí allí para comentarle sobre la salida de esta noche.

CLINT! - grite logrando que soltara una taza del susto.

NATASHA! - exclamo con el ceño fruncido - ¿Que te sucede demente? ¿Quieres matarme? Creí que eramos hermanos - me observó de forma enojada

Strangers to Lovers to Strangers AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora