Capitulo 4

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Han pasado dos semanas, catorce días, desde que cantè en el bar y hasta hoy sigo cantando, me volvi recurrente y me dieron empleo, no es que necesitara el dinero, ser hija del gran Alexei Romanoff y de la gran Melina Vostokoff, abogado y médica reconocidos mundialmente por su trabajo y dedicación, tiene sus beneficios.

No dependo de ellos, hace tres años terminé mi colegiatura en administración de empresas y relaciones internacionales pero se que cada mes ellos me dan un porcentaje del dinero familiar.

Las calles de Nueva York están demasiado transitadas el día de hoy, es un maldito miércoles, no son ni las once de la mañana y ya estoy estresada. Estoy sentada frente al escritorio de mi oficina, tengo una hora libre de reuniones y necesito relajarme para afrontar a la siguiente persona que veré.

Wanda.

Wanda ha llamado a mi secretaria para pedir una reunión, de carácter urgente según tengo entendido. Estoy nerviosa, no voy a negarlo, hace casi un mes que no veo a mi novia...bueno ex novia, realmente nunca terminamos nuestro matrimonio.

Tres golpes me hicieron volver a la realidad, suspire y me acomode en mi silla, en este lugar soy la reina, este es mi trono y debo aparentar ser fuerte...aunque todos sabemos que con una mirada de Maximoff todo se viene abajo.

Adelante - dije en voz alto, la puerta se abrió dejando ver a Sarah, mi secretaria, detrás de ella venía Wanda junto con su hermano - Genial, vino el combo - susurre para mi misma

¿Puedes decirle a tu secretaria que yo no necesito que me acompañe a tu maldita oficina? Conozco cada rincón de este lugar - una malhumorada Wanda habló, deje salir un profundo suspiro y mire a Sarah.

Gracias Sarah, puedes salir - le dedique una sonrisa amable a la muchacha, es joven, tiene apenas veinticinco años - Maximoff ella hace su trabajo - hable de forma tranquila, no necesito enojarme por sus estupideces.

Escuche la risita de Wanda - ¿Ya te la llevaste a la cama Natasha? ¿Tan rápido me olvidas? - dijo con malicia, ella sabía que lo que me decía estaba lastimando - Nunca cambiaras Romanoff, siempre serás la misma infiel - sus palabras me dolieron, lo admito pero ahora no es momento de llorar.

Arregle mi traje y agarre la pila de papeles que estaban sobre la mesa, ambos hermanos me miraban expectantes a cada acción, enfrente a Wanda con la mirada tratando de ser tan fría como me fuese posible y lo logré, bajo la mirada a sus manos, estaba nerviosa lo sabía, su pierna no deja de moverse y está jugando con sus dedos.

¿Por qué tan nerviosa Maximoff? Buscaste esto durando cuatro meses, no es cierto? - dije con maldad, necesitaba hacerle saber que ya no me importaba aunque fuese una mentira.

Natasha tratemos de llevar esto por el lado bueno, por favor - Pietro habló en tono suplicante, lo mire y pude notar el cansancio en sus ojos, tenía ojeras demasiado marcadas, pobre hombre, su hermana lo está llevando a la ruina y ni quiera lo sabe.

Bien, si quiere que lo llevemos del lado bueno, entonces sera por ese lado, pero con su hermana de por medio nunca nada será bueno, ella quiere guerra, aun no entiendo el rencor o enojo que tiene conmigo, me dedique a amarla a más no poder, me desvivía por ella, me aleje de mis amigos y familiares por ella, acepte estudiar dos carreras que no eran de mi agrado por ella, hice todo por ella y me paga de esta forma.

Se suponía que nos amaríamos para toda la vida, que raro que para ella toda la vida significó ocho años, cinco de novias y tres de casadas, duele saber que a pesar de todo, ella pudo olvidarme tan rápido y yo aun no me acostumbre a la idea de no despertar con ella sobre mi pecho.

Strangers to Lovers to Strangers AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora