Capítulo 5

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- Clint... Por favor basta, ya explique la razón del no en ese proyecto - cansada es poco de como me siento y teniendo a Barton revoloteando por la empresa pidiendo que piense otra vez en filmar un contrato realmente no es bueno para mi ánimo.

- Romanoff, es un buen y prometedor proyecto - mi hermano no para de alabar el contrato de Barnes Company - Sabemos como trabaja James, es un buen candidato para una asociación.

Lo mire de forma fría, lo que menos quiero es tener al imbécil de Barnes metido en mi empresa, mucho menos a sus amigos que son peor que la peste. No entiendo la necesidad de Clint para trabajar con ellos, de seguro se ha de estar acostando con alguien cercano a Bucky.

- Mira Clint realmente no veo la urgencia de entablar lazos con la compañía de James - contesté observando unos papeles que debía firmar - Con eso dicho, te pido encarecidamente que salgas de mi oficina - hable sin mirarlo - Tengo mucho trabajo hoy.

Escuche la puerta cerrarse, deje los papeles totalmente esparcidos sobre el escritorio, tengo demasiadas cosas en la cabeza y no se que hacer con todo. Por un lado los contratos nuevos, la fascinación de Clint con la empresa de Barnes, mis padres con sus manías de buscarme pareja y por el otro lado, el divorcio, Wanda, mi vida amorosa.

Necesito liberar tensiones o moriré a temprana edad por estrés, tal vez debería comenzar terapia, hablaré con Carol para que me consiga una cita con Valkiria, tal vez me hagan descuento por ser amiga de la amiga.

Eran las ocho de la noche cuando llegué a mi apartamento, la soledad y frialdad del mismo me recibió, desde que Wanda se fue, este lugar es simplemente donde duermo, ni siquiera lo considero mi hogar.

Wanda...Wanda

No he sabido de ella desde que nos vimos en mi oficina y de su repentino acercamiento, tampoco he sabido de Pietro, supongo que siguen estudiando mi contra propuesta del divorsio. Tome una ducha tranquila pensando en qué hacer con mi tiempo y decidí volver al bar.

- ¡Hey Maria! - salude por el teléfono a la castaña - Hoy iré al bar, espero verte por allí - la felicidad de su voz me hizo saber que esta era una buena idea

- Tal vez cante alguna canción o simplemente vea a los cantantes que se animan - Estaré allí en veinte minutos -

Realmente odio las calles de Nueva York, no hay noche que no sea un caos, tardé 30 minutos en llegar al bar, Rhodey estaba en la puerta como era lo normal, me saludó con un cálido abrazo y me dio paso al lugar. El ambiente era genial, había muchísimas personas y podía escuchar a alguien cantar, no era típico de un martes que esté bastante lleno.

A lo lejos pude divisar a Maria junto con unas personas que no conocía, me acerque a ellos sin antes pasar por la barra por una cerveza, mientras esperaba por mi trago apoyada en la barra me dedique a observar a la gente del lugar, grupo de amigos, familiares, parejas se podían apreciar en al ambiente. Mi vista se centró en la figura femenina que estaba de espalda a mi, conozco esa figura, ese cabello castaño, movía su cuerpo al ritmo de la música del lugar, comencé a caminar hacia ella totalmente atraída por lo que veía, una mano sobre mi brazo detuvo mi camino.

- Nat! - Hill me observaba con una sonrisa - Ven por aquí, quiero que conozcas a unas personas interesantes - su sonrisa nunca abandonó su rostro, linda

Me dejé guiar por la castaña, con nuestras manos entrelazadas me llevo directo hacia un grupo de personas, parecían ser personas importantes, pude fácilmente diferenciar los trajes Dolce & Gabanna de los más comunes. No me llevo bien con gente adinerada, incluso siendo yo misma una de ese club.

Podía escuchar lo como hablaba la gente a mi alrededor, sentía la mirada de Hill sobre mi por lo que traté de distraerme mirando hacia la pista de baile, muchas mujeres moviendo sus cuerpo y muchos hombres tratando de seguirles el paso. Me reí para mis adentros, la mujer es el arma más poderosa del mundo y muchas todavía no lo saben.

Volví mi vista hacia el grupo donde me encontraba, tratando de intercambiar algunas palabras con algunos de ellos, para mi sorpresa el más interesado en entablar una conversación fluida fue Strange. Stephen Strange, uno de los mejores cirujanos del país y por no decir del mundo, casado con Christine Palmer, también medica, se que tienen dos niños y están en la espera de otro.

- Entonces, cuál es el próximo movimiento de la gran Natasha Romanoff? - preguntò Strange bebiendo de su Manhattan

- Pues...el día de ayer compre una aerolínea - conteste con un suspiro - Y pretendo que sea la primera del país en menos de una semana - Por la mirada que el cirujano me dio supe que lo había dejado sin palabras.

Seguimos conversando con Strange hasta que una silueta femenina captó de nuevo mi atención, era la misma que observe hoy temprano, su cuerpo se movía al ritmo de la música, su castaño cabello seguía el ritmo por igual, algo me gritaba en hacerla mía, di paso hacia la pista frenando de golpe.

La castaña dio un giro permitiendo poder observar su rostro, detuve mi respiración por unos segundos sin saber que hacer, era ella, era Wanda y detrás de ella estaba el. Ambos bailaban al compás de la música, ambos se complementaban, eran uno.

Baje la mirada no pudiendo aguantar más observando como el amor de mi vida es feliz con alguien mas, como pude salí del lugar buscando aire para llenar mis pulmones.

¿Por qué tiene que doler tanto? ¿Por qué no puedo ser yo? ¿Qué fue lo que hice mal? ¿La amè poco? ¿La amè mucho? Miles de preguntas surgieron en mi cabeza pero todas sin respuesta, me dolía el pecho, quería llorar pero algo en mi me hizo volver a entrar al bar.

Busqué a Maria con la mirada y la encontrè en la barra, me acerqué allí pidiendo un trago, esta vez necesitaba algo más fuerte, un Vodka Spirytus fue lo que el bartender me obsequio, tomándolo de un sorbo y sintiendo como mi garganta quemaba, me dirigí a Hill.

- Maria, hoy quiero cantar algo - dije con un poco agitada - Algo en mi dice que va a ser una buena noche después de esto - la sonrisa no pasó desapercibida para la castaña

- En diez minutos comienza el karaoke Nat - contestó - Ve a la cabina y dile a Shuri que tenga lista la canción que quieres - Maria me observó antes de preguntar - ¿La canción tiene que ver con la castaña que está sentada por allá?

Mi respiración se cortó, me obligue a no girar manteniendo la mirada en Hill, su pregunta me alejó mentalmente del lugar, sin saber qué responder me dirigí a la cabina. Suspirando me pregunté si era una buena idea, mi mente me decía que no pero mi corazón me obligaba a hacerlo.

Esto puede terminar bien o puede terminar mal, pero de alguna forma tiene que terminar.

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buenas buenas, disculpen la demora, admin tuvo que rendir finales, parciales y tuvo pesimos dias de convivencia.

espero que anden, tomen agua, hagan actividad fisica, vayan a terapia y se me cuidan cuchirrumines <3

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⏰ Última actualización: Aug 14, 2022 ⏰

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