Casos Y Películas

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N/A: Por los pelos he terminado el capítulo esta semana. El pluriempleo me sienta fatal. Como he tenido que corregirlo así en caliente, seguro que hay cosas que están mal escritas o que quedan raras. No me odiéis demasiado por ello.

Hala, a disfrutar.

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Bakugou resopló y maldijo entre dientes por vigésima primera vez esa mañana. Las había contado. Dejó con un golpe la consola en la mesa y se giró con una mirada asesina a la fuente de su mal humor. El muchacho con el que había chocado en el andén, con quien además compartía cabina en el viaje, le sonrió avergonzado y contestó en susurros al teléfono que sonaba en su mesa. La conversación duró un par de minutos y después el chico siguió tecleando en su portátil, enfrascado en su tarea. Pero Bakugou no iba a dejar las cosas así.

Se levantó de la mesa haciendo chirríar a propósito la silla. Uno de los pasajeros, un hombre de pelo canoso con unas enormes entradas que leía el periódico, le dirigió una ceja arqueada, pero Bakugou lo ignoró. Nadie que leyera el periódico teniendo un móvil con cuatro lentes para hacer fotos merecía su respeto. Además, había visto cómo trataba a la camarera porque sus tostadas llevaban margarina en lugar de mantequilla. Le gustaba tener el desprecio de ese tipo de gente en lugar de su aprobación. A zancadas, se dirigió a la mesa del chico pecoso y se sentó en la silla que quedaba libre.

—Oye, pringado —, dijo con las manos en los bolsillos y las rodillas separadas. Estaba a pocos centímetros de rozar la del muchacho.

—Tengo nombre, ¿sabes? —, le respondió sin dejar de teclear ni apartar la mirada de la pantalla.

—Me importa una mierda, pringado.

—Entonces, ¿podrías dejarme que siga con esto? Es importante. —Enseñando los dientes y gruñendo, Bakugou le dio una patada a su silla con la que casi lo tira al suelo, portátil incluido. — ¿¡Pero qué haces!?

—¡Te juro que te meteré un cohete por el culo para que te vayas de aquí cagando leches! ¡Esto es un viaje para gente que quiere paz y tranquilidad! ¡Para gente que está de vacaciones, como yo! ¡Si tienes trabajo, quédate en tu puta casa y da por culo allí con tus llamaditas de mierda!

—¡Yo también estoy de vacaciones! —El muchacho se había levantado, con el portátil a salvo bajo el brazo, y estaba nariz con nariz contra Bakugou.

—... ¿¡Que estás de vacaciones!?

—¡Pues sí! Pero mi jefe no para de llamarme y hay un par de informes que... ¡No, no, no, suelta!

Bakugou, al oírlo, se había abalanzado sobre el portátil e intentaba arrancárselo de las manos. Estaba casi seguro de que las ventanas del vagón se podían abrir lo justo para tirarlo por la ventana. Le dio un tirón al cacharro y con él arrastró a su dueño.

—¿¡Te vienes a un viaje de vacaciones y te llevas el trabajo!? ¿¡Eres gilipollas o te faltó oxígeno al nacer!?

—¡Tenía que hacerlo! No podía dejar a mis compañeros tirados.

—¡Tus compañeros no necesitan a un tonto del culo que no sabe que en vacaciones no se trabaja! —Bakugou batallaba con el pestillo oxidado de la ventana. Más le valía abrirse o lo obligaría a hostias.

—¡Es un caso muy importante y me necesitan! ¡No tires mis notas por la ventana!

—... —Finalmente, soltó el portátil y el chico cayó de culo al suelo.— ¿Cómo que un caso?

—¿Eh? —El muchacho pecoso se frotaba la espalda mientras se incorporaba.— Es un caso policíaco. Soy investigador.

—¿Dónde? —, ladró Bakugou. Su interlocutor se sobresaltó al oírlo.

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