capítulo 3

2 0 0
                                    

Capítulo 3
 

sacudido por el demonio”

 
D

esde el vientre de mi madre ya me habías llamado como aquel profeta, y sabias cual iba hacer mi destino tú ya lo habías trazado, sé que las cosas comenzaban a ir bien, pero no supe controlarlo, no debo de echar la culpa la familia que me toco, porque eso no iba hacer, las familias te educan con el conocimiento que ellos tienen, a veces es algo mal porque tampoco ellos se los enseñaron como tratar a la familia, solo lo hicieron con el conocimiento que ellos creyeron, y ellos siempre buscan lo mejor para ti, jamás será una mala influencia en cuanto sus criterios porque en realidad hay muchas cosas que desconocemos, y no está bien en realidad solo vivimos conforme creemos que está bien. porque al fin son familia. Llegue en el momento de que tenía más conocimiento de mí y sé que las cosas tuyas las deje a un lado no quería saber de ti, o más bien en mi infancia ya había hablado de ti, me dijeron quién eres, y que querías de mí, solo que no quise creerlo, porque a decir verdad me daba miedo. Miedo en dejarme amar por ti, porque no te había visto, pero más bien, estabas allí conmigo, me daba miedo las responsabilidades, deje que pasaran más el tiempo, sí, mi familia iba a escucharte, pero no hacia las cosas sus prácticas religiosas. Eran desobedecida, jamás hicieron buenas acciones, mi padre era un borracho, mi madre ni decirlo se perdió en lo mismo.
Mis pilares se perdían día con día, y los días se hacían complicados, como ayudar si mi vida a corta edad se estaba intoxicando con todo tipo de cosas, malos ejemplos, malas palabras y ni decirlo psicológicamente ya estaba dañado eso no era en una familia. pero estoy seguro que ese día estuviste conmigo me abrazaste cuando lloraba por desesperación, pero en ese entonces como saberlo. No quería saber, si estabas ahí en mi vida no sé qué pasaba, esas cosas no aclararon la visión para verte bien y tomar fuerzas en ti, si tu todo lo curas, pero no fue así, en lugar de concentrarme y verte y buscarte no fue así, me fui y no te busque y se tornó complicado y opaco por completo la visión tuya, lloramos hasta más tarde, pero no te sentí, y estuve llorando solo, y después los maltratos de mi familia y todas esas cosas fueron la razón para apartarme de ti.
un día estando en casa el demonio disfrazado por un pariente mío, llego y me sedujo, tuvimos relaciones inmorales; un incesto, y no se podía, además era prohibido, pero el demonio me sedujo, me toco como nunca, me hiso probar las delicias del pecado de lujuria y ese pecado se iba arraigar en mi corazón y no iba poder olvidarlo por un determinado tiempo, eso comenzó a los nueve años, el pecado lujuria iba a caminar conmigo tanto tiempo. La verdad no supe si en ese momento que me empezaba a perder tu querías soltarme o apartaste tu vista de mí, pero creo que no, porque afortunadamente nunca me paso nada estoy muy bien, con salud y vida. Y eso te lo debo a ti ¡amado mi mío!
Solo no querías soltarme me observaste de lejos hasta donde me podía llegar y te vi llorar mi señor por mí, porque aparentemente lo disfrutaba, pero en el fondo estaba triste y lloraba no lo veía porque era felicidad, pero mi alma se vaciaba de ti poco a apoco se desvanecía porque no me alimentaba de ti, y me iba muriendo y casi te veía borroso, mis ojos no aguantaban el mirarte, todo se apagaba, y yo no quería verte más, porque me estaba divirtiendo a gusto. Y eso lo que importaba a aparentemente.
Las garras del demonio me apartaron de ti, y aun cuando tu apostaste todo por mí, pero yo no aguante, no resistí me deje llevar como presa fácil deje que me azotara, solo como un cordero llevado al matadero me fui, para que hicieran con él lo que tenían planeado no puse resistencia, pero como saber que Dios me estaba poniendo a prueba y yo no pase la prueba. Y me azoto me golpeo, me penetro con toda clase de porquerías; el demonio abuso de mi hasta donde pudo y creo que aún lo sigo dejando que haga lo que quiera conmigo, porque dejo que el controle todo de mí, no soy libre como lo pensé porque siempre hago lo malo y no lo bueno, porque a veces el qué dirán siempre me dice que me detenga para no caminar, y poder realizar cosas buenas. Eso es lo que no puedo controlar.
A los once años el pecado lujuria se desbordo sobre mí, y probé las delicias del pecado y saben muy bien, pero que perdición me lleva sus besos que recorrieron mi cuerpo, pero no era la persona en sí, era el demonio que recorría todo mi cuerpo santo y Virgen, así me quería tocar siempre es muy mañoso para reírse en la cara de mi Dios, el demonio tiene aún el poder de destruir lo sagrado para que no pueda dominar en cada uno de nosotros, Dios solo quiero mi santidad, mi castidad, pero aun así, él se reía en cara de mi Dios y yo no pude evitarlo, deje que me sedujera y me tocara e hiciera lo que él quería conmigo.
Cometimos lo inmoral, el incesto, quizás no sabía que era y porque pasaba, pero el demonio lo tenía planeado, y solo utilizarme para molestar a Dios, y decirle que Dios no tiene el control, y es cierto Dios jamás me va a obligar y es un caballero, porque no me obliga a hacer lo que no quiero, y en cambio tu demonio no me pediste permiso para entra en mi vida, y pasarte te adueñaste de mi sin permiso y sin ningún motivo solo llegaste para decir que hacer y me utilizaste en el momento de mi juventud parque te sirviera, y después hoy a mi edad ya no te sirvo ya me has deja no es muy fácil porque tú quieres los mejores años de cada uno, y de mi las tomaste sin permiso, y mi fuerza de voluntad no estaba tan bien, porque lo permití. No tenía fuerza de voluntad y así fue como me perdí en los mundos oscuros y pecaminosos. Dios me pregunta si quiero seguirlo, si quiero dejarlo pasar para que habite en mi corazón, lo pude escuchar después de unos días, porque yo ayudaba en una capilla y me hablo me dijo, me corrigió, pero sus palabras los orillaba los tiraba a la basura, porque para mí no importaba.
Luego tiempo después alguien más iba a llegar y de la misma manera ¡no sé cómo paso! Pero me deje llevar otra vez sin importar las palabras ya dichas, lo disfrute una vez más, y Dios solo dejo de mirarme, no me abandono; pero me dejo a mi suerte, ya no iba a entender, y me dio todo siempre me vigilo que estuviera bien, pero no quería decidir por mi señor es un señor muy educado se hizo a un lado: para no estorbarme en mis decisiones que ya había tomado, y así fue hasta llegar una y otra vez era muy joven y mi vida ya estaba destruida por el demonio. Quizás estoy echándole la culpa a los que nunca lo tuvieron, pero es una realidad el demonio existe y se disfraza de lo que nosotros no podemos rechazar para hacernos caer, y llega cuando menos te lo esperas o en quien menos te imaginas.
A los diciente años nuevamente llego el demonio a seducirme con las mismas garras y con el mismo truco, él sabía que eso no me iba a poder resistir, y sabia como llegar, en su momento me negué no quise saber, de tales calamidades y lo que me proponía estaba mal, porque otra vez me iba a someter a la lujuria y desbordar la pasión con todas sus malicias. Las cosas que pasaron no son tan buenas de contar y me da hasta vergüenza, pero en su momento nada de eso es vergonzoso, todo es pasión, y en la cama no hay temor ni culpabilidad, solo el deseo de querer más y más, las inmoralidades sexuales y como bestias haciendo el sexo sin pudor y sin miedo a ser juzgados al final.
Mi corazón lloraba, porque yo no estaba tan llego de felicidad, si sonreía, pero no era feliz, no estaba lleno; faltaba algo en mi vida y tenía un vacío y eras tu mi Dios el que faltaba en mi vida para estar pleno. Lloraba noche y día sin encontrar consuelo le pedía a la virgen María tu Santa Madre para que me ayudara, y llego el momento en el cual por la desesperación me quise suicidar, me sentí vacío y eso me llevo a morir, porque no tenía nada claro, la vida que llevaba, no era la adecuada, y al final me encontraba a punto de morir, en las garras de la muerta, sin ninguna opción, si lo había, pero no sabía cómo regresar, el daño estaba hecho, quería ver esa luz en medio de la oscuridad, y ¿no estaba? cayendo lentamente al suelo y olvidándome por un momento del ruido caí, y sin más decir no sé qué paso en ese trascurso del tiempo eran como las ocho de la mañana hasta como las cuatro de la tarde desperté no supe más de ese tiempo, no sé dónde me encontraba solo en mi habitación, solo desperté. Creí que estaba en el cielo, pero no era así aún estaba en la tierra y la misión era otra. Dios me quería aquí en la tierra, para lo que desde siempre se me había encomendado, solo por no querer comprender y mi desobediencia me perdí de todos estos años.
Pasaron muchos años sin ver a mi señor lo necesitaba y mucho, pero no quería ver la falta que me así, continúe así, este suceso que me había pasado y el terrible acto de cometer suicidio, no me enseño nada, al contrario aumentaron los grandes enojos hacia ti mi Dios, aun así yo te despreciaba, y me burlaba de ti, no sabía que estaba haciendo, en lugar de aprender de lo malo que había pasado, no fue así, mis desprecios , mis enojos aumentaron y mis maldiciones, como pretendo yo siendo nadie, en medio de nada, maldiciendo a un Dios que me ha dado todo, como se puede ver eso, no comprendo cómo puede llegar a ser tales cosas, quien soy yo para ponerme en lugar de un Dios y decirle tantas ofensas, si ni quiera sé cómo se formó la tierra, y ni como era tu sabiduría tan infinitamente buena.
¡Maldito sea la noche en que fui concebido! ¡maldito sea el día que nací! ¡ojalá aquel día se hubiera convertido en noche, y Dios lo hubiera pasado por alto y no hubiera amanecido! ¡ojalá una sombra espesa lo hubiera oscurecido, o una nube negra, lo hubiera envuelto, o un eclipse lo hubiera llenado de terror! ¡ojalá aquella noche se hubiera perdido en las tinieblas y aquel día no se hubiera contado entre los días el mes y del año! ¡ojalá hubiera sido una noche estéril, en que faltaran los gritos de alegría! ¡ojalá la hubieran maldecido los hechiceros, que tienen poder leviatán! ¡ojalá aquella mañana no hubieran brillado los luceros, ni hubiera llegado la luz tan esperada, ni se hubiera visto parpadear la aurora! ¡maldito aquella noche que me dejo nacer y no me ahorro ver tanta miseria! ¿Por qué no habré muerto en el vientre de mi madre, o en el momento mismo de nacer? ¿Por qué hubo rodillas que me recibieran y pechos me alimentaran?
Si yo hubiera muerto entonces, ahora estuviera dormido tranquilo, descansando en paz, con los reyes y ministros que se construyeron grandes pirámides, o con los gobernantes que llenaron sus palacios de oro y plata.
 ¿Por qué no me enterraron con los abortados, como a los niños muertos antes de nacer? En la tumba tienen fin la agitación de los malvados y los cansados encuentran su reposo; allí encuentran paz los prisioneros, y dejan de escuchar los gritos del capataz; allí están grandes y pequeños por igual, y el esclavo se ve libre de su amo.
 ¿Por qué deja Dios ver la luz al que sufre? ¿Por qué le da la vida al que está lleno de amargura, al que espera la muerte y no le llega, aunque la busque más que a un tesoro escondido? La alegría de ese hombre llega cuando por fin baja a la tumba. Dios lo hace caminar a ciegas, le cierra lo pasos por todos lados.
Los gemidos son alimento: mi bebida, las quejas del dolor. Todo lo que yo temía, lo que más miedo me acusaba, ha caído sobre mí. No tengo descanso ni sosiego; no encuentro paz, sino inquietud.
No me detuve a mirar lo que decía sino al contario quise gritarlo y sin más fui espontaneo, ante ti, mi naturaleza pecadora me impulsaba a decir lo contrario y sin más me deje llevar por mi orgullo y mis pensamientos contarios a tu verdad, eso es lo que quería el demonio, como a Job, cuando Dios lo puso a prueba por el demonio, siempre buscando como molestar a mi Dios, y no descansa de recorrer la tierra, y así fui un blanco fácil para él, sin saber y sin querer no quise poner resistencia a lo que me pasaba y me deje manipular por el demonio, y muy altanero me volví contigo Dios, y no quise ver que te hacía daño, más deje envolverme por él y decir lo que él me decía que di guíese, manipulado para reprenderte cuando tú no tienes nada de culpa, y santo eres señor, más sin embargo quien soy yo para cuestionarte de toda la maldad más sin embargo fui prisionero del el, y está a su voluntad, para que él se riera de ti y conmigo como su títere, una marioneta que hace un acto cruel contigo y tú lo puedes ver, anestesiado por lo que me dijo, y sabio es el para engañarme en sus redes, y sin decir más yo obedecí, y no te obedecí a ti, si yo fuera obediente porque no te obedecí a ti mi amado Señor.
Y en cambio solo grite desesperado por encontrar la respuesta, porque era incrédulo, sin saber nada, ni si quiera se que estabas pensando, porque lo estabas haciendo.
Solo estaba enojado con mi vida, porque me estaba acabando, y pues todo eso era porque no quería saber de ti, estaba sin ti, y eso me llevo a decir las cosas mas sucias y tal ves si lo pensé y si lo sentía, porque lo dijo y no me excuso de haberlo hecho, pero si me arrepiento porque le dijo a mi Dios tontas cosas que no debería decirle.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Jul 11, 2022 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

confesionesWhere stories live. Discover now