Carta para.... Aquella niña que deseo encontrar

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Pienso... No he dejado de pensar desde hace algunos días, intentando encontrar la respuesta.... ¿Pero como saber cual de todos los recuerdos es el correcto? ¿Cómo saber si aquello era de verdad o simplemente es una fantasía de una pequeña niña... Algo que siempre había anhelado?

Aquella pequeña siempre considero que posee una buena memoria... Entonces.... ¿Por qué ahora cuesta tanto acordarse de ello?


Se siente como si fuese algo lejano, algo que hubiese sido visto en una película,  en donde aquella niña es una mera espectadora.

Recuerdo.....

Recuerdo vagamente a aquella niña jugando con muñecas con su hermana mayor, haciendo un desastre en la pieza con los colgadores y ropa intentando hacerles un fuerte... Una casa a aquellas muñecas para que así pudieran descansar después de un día agotador inventando por ellas.

Risas, varias risas se escuchaban por la casa al dejar en el suelo varias sillas de la mesa... Como si fue un fuerte o un auto, dependía totalmente del estado de ánimo de ambas o de lo que habían podido agarrar para jugar.

También las consolas eran un refugio de aquella pequeña,  para intentar escapar un poco de la realidad.... Allí podría imaginar que es la protagonista,  que se podía meter totalmente en la trama y que nada le podía ganar.

Aunque en realidad poco a poco el corazón de la pequeña se iba rompiendo y lloraba en silencio.

¿Cuándo aquella pequeña niña perdió la habilidad de sonreír con facilidad, de decir lo que le molestaba?

Los recuerdos son borrosos, como si una espesa niebla estuviese cubriendo gran parte de la zona.... Generando una gran angustia en su corazón.

—Sigo dentro de ti....

Aquella niña me miro a los ojos, intenté retroceder... Como si evitará algún contacto con ella y se negara de su existencia.

—Ambas somos la misma persona.... Solo que los demás nos han hecho cambiar, nos han generado heridas.... Pero eres una pequeña versión que desea escapar de ello.

Toque mi rostro, sintiendo como las lágrimas poco a poco iban cayendo sin que pudiera hacer algo al respecto.

Deseaba con desesperación detenerlas, no era algo correcto.... Era algo totalmente inaceptable desde el punto de vista de las duras enseñanzas de la familia.... En la cual siempre se debía callar como se sentía una... Jamás se debía demostrar si una se encontraba dañada.

—Es momento de que sueltes aquellas cadenas... Que puedas sentirte libre por fin.

Carta para esos idiotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora