Yo era una chica común y corriente, vivía en un barrio pobre y tenía una familia con la cual yo me sentía perfecta y feliz mis dos hermanas siempre estaban dándome problemas; yo era la de en medio y siempre estaba un poco mas distante pues me gustaba la soledad y sentarme en mi balcón a ver la gente pasar y sobre todo a mi vecino Frederic. Yo sabia su nombre por que me las había arreglado para hacerme amiga de sus herman menor por que íbamos en la misma escuela, pero Frederic era mayor que yo unos 3 o 4 años, aun así a mi me parecía atractivo y no le daba importancia a su edad a diferencia de él que ni siquiera me volteaba a ver porque le parecía una niñita.
Yo estaba por entrar a la secundaria y eso me tenía muy emocionada, además asistiría a la misma escuela que mi hermana mayor Piper eso me tranquilizaba porque esperaba que me sirviera de guía en la escuela.
Después de unas semanas estaba ahí, en el patio de una escuela totalmente nueva y algo extraña. Mi hermana me llevo a mi aula y al llegar entre y auno estaba el maestro me dirigí hasta atrás de la fila de asientos y me quede ahí callada en todo momento sin hablar con mis nuevos compañeros.
Ya eran las 9 de la mañana y todos estábamos reunidos en el patio, presenciando una bienvenida a los novatos.
Yo estaba muy aburrida y apenas llevaba escuchando medio discurso cuando mi mente comenzó a divertirse pensando en otras cosas menos aburridas, mirando a todos lados y haciendo preguntas a mi misma, en ese instante me quede boquiabierta con lo que estaban viendo mis ojos, un muchacho de lo mas parecido a Frederic sólo que el era como de mi edad y me estatura iba en mi escuela y había tenido toda mi atención. Al finalizar el tan aburrido discurso era hora de desayunar y en ese momento una de mis compañeras me comenzó a hacer platica y nos fuimos juntas a desayunar. Cuando íbamos a sentarnos ella iba platicando algo que ni recuerdo porque mi mente le dio por perderse de nuevo ¿la razón? El gemelo de Frederic, me preguntaba como es que se llamaba y ese tipo de cosas hasta que reaccioné con un golpe, sí un golpe en el hombro, alguien me había empujado y cuando me di cuenta el gemelo de Frederic ya estaba a cierta distancia y él era quién me había empujado. Ya lo odiaba por no haberse disculpado.