Estaba en clase de deportes, ese día tenía dos horas seguidas de esa clase y la segunda hora era de actividades libres, mis amigas y yo decidimos sentarnos cerca de la cancha de fut y no hacer nada solo estar ahí, platicaban cada quien un tema, yo tenía los audífonos conectados al celular escuchando música, no tenía ánimo de escuchar como Sandra ligaba con Theo en las reuniones familiares; ó si Katia había logrado convencer a sus padres de que le regalaran una cuatri en su cumpleaños; si a Catlyn la habían descubierto con su novio. Estaba relajada escuchando música y no problemas, cuando vi que en la cancha de fut estaba Al con sus amigos en un partido, él se encontraba más que atractivo, corriendo de un lado a otro gritando a sus compañeros que le pasaran el balón, eufórico, justo en ese momento metiendo un gol, ésta vez me permití mirarlo y disfrutar de ello sin importar que se diera cuenta lo atenta que estaba en él, dejando que mi música quedara en silencio.
- Miren a Mar, que atenta está al partido.
- Por supuesto que tiene que estarlo Catlyn.
- ¿Ah y por qué lo dices Victoria?
- Como si fuera tan difícil saberlo. Dijo Katia.
- Oye que sí esta guapo Al.
- Ni te atrevas a mirarlo Sandra. Me reí.
Rodolfo salió de la cancha y tomó un descanso.
- Tienen que ver esto. Les dije a mis amigas cuando me levanté y fui a donde Rodolfo.
Ya al acercarme salude a Rodolfo y me senté a su lado.
- Hola Rodolfo ¿ qué tal, cómo has estado?
Sorprendido de mi compañía.
- Hola Mar, creí que a mi también me habías privado de tu amistad.
- No tengo razón para hacerlo.
- Bueno es cierto, estoy bien Mar gracias por preguntar; y también algo sorprendido.
- No tienes por que estarlo, oye y Al ¿cómo esta?
- Deberías haber empezado por eso, pues creo que la lleva bien. ¿Y tú Mar, cómo estas?
- También bien, quisiera que le dieras mis saludos a Al, espero que ya esté todo bien con él. Tengo que irme, nos vemos.
Al nos veía a lo lejos, estaba jugando un partido y nosotros lo estábamos distrayendo.
La clase de deportes finalizó y antes de las clases siguientes había un descanso de quince minutos, yo fui con mis amigas a mi siguiente aula y dejamos nuestras bolsas.
Ya a la hora de la clase estaba sentada trabajando en una actividad, la maestra había salido un momento y vi a Rodolfo por la ventana, iba pasando entonces corrí a asomarme y le hablé.
- Oye Rod ¿Hiciste lo que te pedí?
- Claro que sí, Al te envía también saludos. Me gustaría quedarme a platicar pero estoy en clase, nos vemos.
Aquella noticia me alegró, no significaba nada que Al me devolviera el saludo, eso podría funcionar para cualquier persona pero, para mí no era el caso eso significaba más de lo que debía y pensé que Al aún estaba interesado en mí.
A los dos días siguientes sin ninguna noticia de Al había sobrevivido a la escuela. Ya era hora de salir y caminaba sola hasta la puerta entonces Rod se unió a mi camino.
- ¡Hey Rod! Hola, oye no he sabido nada de Al desde el otro día que devolvió mi saludo.
- Mar, sé que yo no tengo porque decirte esto pero te veo algo entusiasmada con él, no sé que pasó entre ustedes Al no me lo ha querido contar pero creo que aún esta molesto contigo. El otro día te mentí porque me dio pena decírtelo pero cuando le dije que le enviabas saludos me dijo que te fueras al carajo, yo me extrañé al escuchar su respuesta hasta le dije que si estaba seguro de que te dijera eso y me respondió que sí.
- No te preocupes por eso Ro, no pasa nada, al contrario gracias.
Llegamos a la puerta, salí y crucé la calle para ir a dónde Piper me esperaba.
Todo el camino estuve callada hasta llegar a mi casa, me encerré en mi cuarto y encendí la música en un volumen alto y ahí me quedé, recostada en mi cama pensando en lo más vergonzoso que había pasado en toda mi corta vida.
Gracias a Al alguien sentía lástima por mí, me había humillado de una forma tan bochornosa que me era difícil no pensar y pensar en ello. Yo tenía la culpa, primero lo boté y luego fui a buscarlo esperando que estuviera ahí como si nada aguardando por noticias sobre mi, era ciertamente una idiota; y no sé qué estaba esperando que ocurriera, estaba con mis amigas y me armé de valor para hacerlo jamás pensando en qué pasaría después.
Le conté a Catlyn mi charla con Rod, su respuesta fue la común respuesta de todas las amigas "déjalo, es un idiota y él se lo pierde" pero eso no me era suficiente.
Una semana después cuando por fin estaba empezando a olvidar lo de la semana anterior Al fue a buscarme a mi salón.
- Hola Mar, pasaba a saludarte.
- Hola Al creí que estabas muy molesto y querías que me fuera al carajo.
Sabía que Al tenía razón para actuar así y decir lo que dijo, pero me sentía enojada de cualquier manera.
- Oh eso, bueno lo siento, si estaba muy enojado. Te alejaste sin explicación y aparte existen rumores sobre ti y Rodolfo.
- No se a qué rumores te refieres Al, pero si no te di explicación cuando me alejé fue porque tu no me la pediste.
- Pues es solo que le gustas a Rod, no estoy seguro, pero cuando los vi juntos me dio mucha rabia imaginar que fuera verdad. Y es cierto, no te la pedí pero estaba enojado.
- Ya estoy enterada de que estabas molesto, algo más que quieras que sepa.
- Mar, no me trates así, mira quiero volver a visitarte uno de estos días y hablar bien sobre nosotros.
Cuando Al dijo nosotros me surgió una sensación muy bonita y sonreí, ese tipo me seguía gustando y mencionarlo era algo muy grato.
- Si Al, puedes visitarme cuando quieras.
El timbré sonó. - Hasta luego Mar.
- Hasta luego Al.
En cuanto entré al salón sufrí una ataque de preguntas como:
¿ Qué te dijo? ¿Qué quería? ¿Quiere volver contigo?
¿Alguna vez anduvieron?¿Por qué demonios no respondes?
Yo sólo le había contado a Catlyn lo que había ocurrido días antes pero al parecer todas mis amigas lo sabían y estaban interesadas en saber más. El profe llegó enseguida y por primera vez me alegré tanto de eso, me había salvado de una extensa entrevista.
Estaba en mi casa, eran casi la 8 y aún no hacía mis tareas pero no tenía intención de hacerlas siempre aprovechaba las clases para terminarlas. Tocaron la puerta yo alcancé a escuchar pero no atendí luego Piper entró a mi cuarto, parecía desconcertada.
- Tienes visita Mar.
Me levanté de la cama rápidamente, no sabía quien era pero lo imaginaba.
- Sí ya voy.
Me puse otra blusa más presentable, peiné mi cabello y me prefumé. Estaba emocionada.
Salí de mi casa y Al estaba ahí esperando. Sonrió y me besó en la mejilla, ese era el primer beso que me daba y para mí fue la mejor sensación en la vida.
- Hola Mar, te ves muy bien.
Obvio era broma solo estaba medio arreglada, no me había preparado para la visita.
- Hola Al, no esperaba que vinieras hoy mismo. Y gracias.
Los dos sonreímos.
Hablamos algunas tonterías y después nos quedamos en silencio. Al decidió romperlo.
- Mar te mencioné en la escuela que quería hablar de nosotros, quiero decir que me gustas, sin sonar atrevido. Quiero que seas mi novia.
Pensé en lo dulce que sonaban todas aquellas palabras juntas, había sido una idiota en haber alejado a Al antes y no quería volverlo a hacer, imaginé que juntos seríamos una gran aventura y estaba decidida a aceptar.
Me ha de haber tomado mucho tiempo pensar eso porque Al había cambiado su gesto por uno de preocupación. Entonces lo dije.
- Esa idea me parece perfecta Al.
Le sonreí, mirándolo fijamente a los ojos, me encantaban sus ojos y cualquier excusa para mirarlos me parecía bien.