12.

0 0 0
                                    


—Te ves... feliz—, dijo Zhan.

Estaban acostados en la cama doble alta de Zhan, Zhan contra la pared esta vez para que no pudiera caerse. Yibo se volteó hacia él.

—Yo estoy feliz.

—Es bueno ver que te ves así.

Yibo frunció el ceño.

—¿No suelo lucirlo?

—Por lo general, pareces... como si estuvieras pensando mucho.

—Espero estar pensando mucho—. Yibo sonrió, pero algo en la conversación lo estaba poniendo incómodo.

Zhan puso una mano sobre el pecho desnudo de Yibo. Ambos estaban en sus boxers. Se habían besado por un tiempo, pero luego habían llegado a un punto en el que sentían que necesitaban ir más allá o tomar un descanso. Yibo había optado por tomarse un descanso.

Zhan trazó un círculo lento con un dedo justo por encima del ombligo de Yibo. Yibo se obligó a soltar el aliento.

Es Zhan.

Se supone que quieres que te toque.

Se supone que debes querer seguir adelante.

Estaba medio duro. Sabía que Zhan lo sabía, y sabía que Zhan estaba asumiendo, como lo haría cualquier persona lógica, que Yibo quería correrse. Pero Zhan era más perspicaz que la mayoría de la gente y no movió la mano más abajo.

En cambio, se sentó. Apoyó la espalda contra la pared.

—Ven aquí.— Trató de levantar a Yibo. Excepto que Yibo era significativamente más alto que Zhan. —Apóyate en mí.

¿Fue la imaginación de Yibo o Zhan hizo que su voz fuera más grave? Yibo se acomodó en los brazos de Zhan, tratando de mantenerse relajado.

—Te tengo—, dijo Zhan. Definitivamente con una voz más profunda. —Si me dices lo que quieres del restaurante, pediré para los dos en unos minutos.

—Pollo masala. ¿Porqué hablas así?

—¿Cómo qué?

—Como…— Yibo resopló. —Como... No sé. Simplemente suenas diferente.

Zhan no respondió.

Yibo miró hacia arriba.

—¿Qué?

—Lo sé. Yo solo...— Zhan se movió.— Quiero que sepas que te tengo. ¿Si? A veces pareces nervioso, y no sé si soy yo quien te pone nervioso. Así que pensé, si pudiera mostrarte que no siempre soy un completo idiota…

Yibo se rió.

Zhan le dio una palmada en el hombro.

—En serio. Sé que soy torpe, y sé que soy un idiota. Pero quiero que sientas que puedes confiar en mí. Para… para todo.

Yibo se puso serio.

—Sé que no eres un idiota—, dijo en voz baja. El pauso. —Y, eh, gracias. Yo no… Sé que me pongo nervioso. No es por ti. O es... es solo porque las cosas que no sé que hacer me ponen... nervioso.

Zhan lo abrazó más cerca.

—Pero te tengo a ti—, repitió.

Yibo levantó la vista de nuevo. Había una intensidad en la mirada de Zhan que no había visto antes. Hizo que su pecho se apretara.

—Está bien—, susurró.

Zhan pasó una mano por el costado de Yibo y sobre su pecho. Yibo cerró los ojos. Apretó los músculos de su culo mientras Zhan rozaba su pezón.

18.Where stories live. Discover now