❐│wikiHow: ¿Cómo saber si le gustas...

» Loving you: 다현 ∙ もも

· •「 ╎❝ ℛσɱαɳce ❞╎ 」• ·

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No recuerdo alguna vez haberme cuestionado sobre cómo conllevaría una relación, siempre me autodenominé una persona independiente y con nula responsabilidad afectiva, pero ahora que llevaba seis meses siendo novia de Hyewon, entendí que la idea acerca de mí estaba bastante alejada de la realidad. No era empalagosa, incluso temía que Hyewon se aburriese de mí y mis abrazos, pero definitivamente la preocupación por el bienestar de ambas era primordial en mí.

Ella también era una novia muy distinta a lo que creí. Me la imaginaba algo ingenua, quizás muy dependiente y algo caprichosa, pero no era del todo cierto. Hyewon era sumamente protectora y dulce, un tanto caprichosa cuando quería algo con todas sus ganas, pero jamás pataleó como una niña pequeña ni hizo berrinches. Sorprendentemente era muy detallista y madura.

También me sorprendía lo inocente que éramos al estar juntas. Cada vez que decíamos que veríamos una película o tomaríamos una siesta, realmente lo hacíamos.

 Chaewon me había dicho que aunque Minju fuese algo reacia al contacto físico, a la hora de estar solas en su cuarto era demasiado intensa, cosa que me hacía sentir insegura porque Hyewon no se me había insinuado de ninguna forma.

Lo estuve considerando durante mucho tiempo y concluí que sí estaba lista para confiarle mi cuerpo, pero era demasiado vergonzosa como para admitírselo o siquiera tratar de hablarlo. ¿Y si ella no quería tener sexo conmigo? Tal vez no le gustaba ni me deseaba de esa manera, y lo entendía.

Por supuesto que mi inseguridad momentánea era el culpable de que pensase cosas como esa, ¿pero hasta qué punto mentía?, ¿y si de verdad ella no estaba interesada en tocarme ni con un palo? Me incomodaba pensarlo. Nuestro primer beso había sido la única ocasión en donde casi parecimos subir de nivel y no éramos más que amigas, y ahora que somos novias... ¡Es frustrante, llevamos seis meses!

— Llegamos, Eunbi-ssii.

Sonreí abiertamente cuando me entregó su gran abrigo para cubrirme. Hacía un frío penetrante en Yudanaka Onsen, pero era irrelevante si me ponía observar los caminos nevados y las casas con la típica luz cálida dentro. Hacía un contraste hermoso con el cielo y el blanco, y agradecía que a Hyewon se le ocurriese venir aquí para disfrutar de nuestras pequeñas vacaciones.

No habíamos tenido tiempo de disfrutar a solas porque íbamos a casa de Yuri a consolarla. Lloró tres días seguidos por haber roto con Yena, hasta que esta se disculpó por haberle dicho que era un conejo feo. Volvieron en cuestión de segundos.

— ¿Me haces chocolate caliente? —Pregunté, suspirando una vez el calor de la cabaña me envolvió. Ella asintió con una pequeña sonrisa.

— Hay malvaviscos y una chimenea, ¿quieres?

— ¡Claro que sí, Hyewonnie! —Asentí al instante, emocionada. Siempre quise quemar los malvaviscos, no había tenido la oportunidad de hacerlo. Ella rió suavemente antes de encaminarse a la cocina, yo en cambio, me dirigí al cuarto para ponerme mi pijama.

En cuanto regresé, noté que las luces estaban apagadas y la chimenea flameaba en fuego. Rápidamente me senté frente a esta y posé mis manos en un intento de calentarlas.

Pronto llegó Hyewon con una bolsita llena de malvaviscos y dos tazas de chocolate caliente. Corrió en busca de una manta antes de sentarse tras de mí y rodear sus brazos en mi cintura, pegándome a su pecho y posando su barbilla en mi hombro.