Choices [PAUSADA]

Chapter 3

James siente que sabe a qué se refieren los muggles cuando dicen la palabra "magia". No se refieren a hechizos, varitas o calderos; bueno, sí, a veces lo hacen. Pero en esos momentos en los que la palabra se les escapa, toda silenciosa y reverente, como si no pudieran evitarlo, eso es algo diferente. James lo sabe, porque es lo que siente cuando vuela.

Magia.

El sol acaba de salir por el horizonte e incluso con sus guantes de cuero para jugar, las manos de James siguen medio congeladas en su escoba. La cálida luz del amanecer se extiende por el Gran Lago hacia él como si fueran dedos, el aire es crujiente y dulce como sólo lo es en otoño.

— Hijo de...

James se pierde el resto de la maldición mientras arrebata la Quaffle de las manos de Macdonald y sale corriendo por el campo hacia la portería contraria. Prewett y Abbott se defienden bien, pero James está en plena forma esta mañana. Apenas pueden tocarlo.

Sonríe al ver que el balón pasa por el aro central, sin aliento en el mejor de los sentidos.

— Eres un adicto, ¿lo sabías?

James tira de su escoba para encontrarse con Sirius, que ha subido flotando perezosamente detrás de él, con el palo de Golpeador sobre los hombros y los brazos apoyados encima, como si no le importara.

— Por favor, te gusta tanto como a mí —James intenta y no consigue apartar el pelo sudado de su cara.

— No a las siete de la mañana no, ni siquiera tenemos a nadie a quien impresionar —Asiente descaradamente hacia las gradas vacías.

James pone los ojos en blanco— Como si no estuvieras presumiendo para Macdonald —

— Te diré que la relación entre Mary y yo ha superado con creces esos juegos infantiles.

— Uh huh.

Sirius sonríe— No te preocupes Jamie, un día conocerás a una chica con la vista tan mala como la tuya y entonces sabrás de lo que hablo —

— ¡Oi! —Se extiende para golpear el hombro de Sirius, pero el imbécil se aparta, riéndose.

— Para tu información, hay un montón de chi...

— BLACK, POTTER, ¡DEJEN DE COQUETEAR Y TRAIGAN SUS TRASEROS AQUI!

Ambos miran por encima de sus escobas hacia el suelo, donde un Frank Longbottom muy pequeño y con aspecto muy enfadado los mira con desprecio. Bueno, suponen que los está mirando, los detalles de su cara son un poco borrosos a esta altura.

— ¿Crees que quiere que bajemos? —Pregunta Sirius con ligereza.

— Es difícil de decir, —Reflexiona James— no está siendo muy claro —

— Tan obtuso, nuestro Frank.

— Siempre hablando con acertijos.

— Aunque, —Añade Sirius pensativo, mirando a su alrededor— Parece que todos los demás se han ido —

— Y si todos se tiraran por un acantilado, ¿tú también lo harías? —James hace su mejor imitación de su madre y se alegra de ver a Sirius luchando por mantener la compostura.

— Podría,—Se encoge de hombros—Depende del día realmente —

— LOS ECHARÉ A LOS DOS DE ESTE EQUIPO, DIOS AYÚDAME.

Sirius deja escapar un suspiro dramático— Eso realmente no puede ser bueno para él —

— Y tiene una voz tan bonita para cantar —Coincide James— Supongo que podríamos bajar —