capitulo V

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Cuando llegaron al establecimiento, había algunas personas limpiando y acomodando las mesas. Pero en una de ellas estaba sentada una mujer con túnicas celestes, adornada con una horquilla de una flor del mismo color, de la que colgaban dos pequeñas gemas.

La mujer, quien estaba sacando cuentas, no era otra que la señorita Mu Yin, la nuera de la señora Yue.

—¡Ahí está!—exclamó la señora Yue.

—Mamá, cálmate—dijo Mu Wan caminando detrás de su madre.

—Tranquila, señora Yue—añadió Wangji, quien caminaba a la par de Mu Wan.

Al llegar al restaurante, algunos empleados los saludaron con una reverencia cordial.

Al notar la presencia de los tres, Mu Yin saludó con una reverencia a su suegra y a Wangji, gesto que fue devuelto por ambos, excepto por la señora Yue, quien, en lugar de corresponder, comenzó a regañar a su nuera por no cuidar bien de su hija.

Mu Wan y Wangji, testigos de la escena, sintieron pena por Mu Yin, al igual que los empleados que observaban. Cuando la señora Yue terminó, se marchó, no sin antes amenazar nuevamente a la joven.

Tras ese incómodo momento, Mu Yin se disculpó con Wangji.

—Discúlpeme por este incidente, joven Liang—dijo Mu Yin con una reverencia.

—No tiene por qué disculparse, joven Mu—respondió Wangji.

—Ja, ja, ja, A-Yin, perdona a mi madre por eso—intervino Mu Wan, entrelazando las manos detrás de su espalda.

—No te preocupes, A-Wan, ya estoy acostumbrada—respondió Mu Yin, con una sonrisa suave hacia su esposa.

Y, una vez más, se volvió hacia Wangji—Lamento nuevamente el incidente—

—No es necesario—repitió Wangji—De hecho, ya debo irme—

—Cuídate, joven Liang—le dijo Mu Wan.

—Igualmente—contestó Wangji.

Cuando estaba por irse, Mu Yin pidió a uno de sus empleados que le diera una bolsita de castañas asadas a Wangji, quien las aceptó con gusto. Luego, se despidió, dejando a la joven pareja sola.

—¿Lo notaste, A-Yin?—preguntó Mu Wan, bajando el brazo con el que despedía a Wangji.

—Sí, lo noté—respondió Mu Yin, mirando a su esposa.

—¿Será que el joven Liang tiene pareja?—preguntó Mu Wan, inocentemente.

—Mm, no lo sé—respondió Mu Yin.

—¡Ah, vamos! ¿Qué crees tú, cariño?—insistió Mu Wan.

—Creo que deberías dejar de meterte en los asuntos de otros, A-Wan—dijo Mu Yin, comenzando a caminar hacia la cocina.

—¡Ahh!—

Mientras tanto, Wangji caminaba en dirección al establecimiento al que iba anteriormente, aunque estaba algo preocupado de que Wei Ying se hubiera despertado y no lo viera en casa. Así que, una vez hizo su compra, regresó rápidamente.

Al llegar, desactivó la barrera, dejó las castañas y sus compras en la cocina, y fue a la habitación, donde vio que Wei Ying aún dormía.

Negó con la cabeza al ver la escena, pero no dijo nada. Cerró la puerta y se dirigió a la cocina para preparar el desayuno.

Cuando terminó de cocinar, acomodó la comida en la mesa junto a las castañas asadas. Todo estaba listo, así que fue a la habitación para despertar al omega.

El que curo mis heridas/wangxian (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora