Dos en vez de uno

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Marcus Scott

Pasados los días, transferí a Elizabeth a una clínica donde tendría mejores cuidados. Estuve pendiente de ella en cada momento, tanto que llevaba semanas sin volver al trabajo, y no planeo volver mientras siga aquí.

El doctor nos había dicho que Elizabeth despertaría del coma en cuanto la inflamación de su cerebro bajará, por el momento, todo en su sistema está bien, hasta el bebé... No puedo creer que vaya a ser padre.

Es decir, ya sospecho el como paso y cuando, pero Confío en que no lo haré tan bien.

— ¡Gracias a Dios!— gire y vi entrar a Steven con su hija Barbara, su esposa y su cuñada— Pensé que estaba en hospital central...

Me pare de frente a Steve y su séquito evitando el paso. El me vio sin comprender nada de lo que pasaba.

— ¿Elizabeth lleva dos semanas hospitalizada porque tuvo un accidente y tú vienes a ver cómo está hoy?— cuestione con toda la altanería que llevaba en el cuerpo.

— Estaba en un viaje de negocios...

— ¿Y fue más importante cerrar un trato que ver a tu hija?— le reproche.

Steven me vio con sorpresa, esperaba que lo justificara, no que lo atacará.

— Largo, ya no eres bienvenido en mi casa, y todos nuestros negocios se cancelan— la cara que pudo el hombre me causo gracia.

— Mi esposo es un hombre exitoso, no necesita nada relacionado con tu empresa... Vámonos querido— Sonia tomo a Steven por el brazo y lo jaló hasta sacarlo de la habitación, obviamente su hija y hermana la siguieron.

Espero no ser tan mal padre como él...

Salí de la habitación y vi que Olivia y Andrew venían llegando. Gracias a Dios que Olivia no topo con su padre, de lo contrario se iba a armar una discusión muy fuerte. Según Andrew me había contado, Olivia estaba molesta con su padre por el trato y la relación que había mantenido con Elizabeth durante todos estos años, además, se había peleado con su hermana Barbara y su madre la había echado de la casa. Una situación complicada.

— Ese miserable, su hija tuvo un accidente y viene a verla dos semanas después— comentó Andrew después de que le contara lo que había pasado.

— Lo sé, un completo descaro de su parte...

Olivia nos miraba sin decir nada, estaba disgustada por la visita de su padre.

— Iré por un café— Andrew salio de la habitación dejándonos solos.

— Steven nunca a sentido amor por Elizabeth o por mí, o bueno, tal vez nos quiera pero no de la misma forma que a Barbara...

— ¿Por que lo dices?

Ella sonrió con tristeza:

— Años de demostración y experiencia... Además, Elizabeth es hija de una de sus amantes y yo, bueno, yo nunca logré ser tan pretenciosa y mimada como Barbara— confesó.

— Pero son sus hijas, debería quererlas a todas por igual...

— Se supone... Más no es así. Y con las ideas que le mete Sonia en la cabeza, menos va a querernos. Es difícil enterarse que tu propia madre tiene preferencias por una sola de sus hijas— Olivia se secó una lágrima de los ojos— Espero no malcries tanto mi sobrino Marcus.

Sonreí. No estoy seguro de poder cumplir con eso. Por más de que estuviera indeciso con el tema, me gustaba fantasías con el. De vez en cuanto me permitía imaginar a un niño castaño como Elizabeth y con sus ojos; él, su madre y yo comemos un helado en la playa. O tal vez una niña rubia idéntica a mi, a la que llevaría a clases de ballet.

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