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Sun contuvo la respiración, no atreviéndose a abrir la boca para responder.

---- ¿Sun? ¿Estás ahí? - insistió del otro lado -

Cortó la llamada, escondiendo el celular en debajo de la almohada, se tiró de espaldas, intentando regular su respiración.

El timbre sonaba y no se animaba a ir. Estaba hecha un desastre.

Corrió al baño y se miró al espejo. Juntó agua en sus manos y limpió su rostro, deseando que las zonas rojas se fuesen un poco.

Otra vez el timbre.

Ouh...bien, podía hacerlo.

Sí, ella podía hacerlo.

Fue a la puerta, llenando sus pulmones con aire y lo soltó lentamente mientras abría esta.

Jeno tenía una mano alzada, apuntando al timbre, pero la bajó al finalmente verla.

---- hey...- saludó con voz suave - ¿Puedo pasar?

---- ¿Podemos vernos otro día..? - susurró, evitando sus ojos -

---- tenemos pocos días para completar tus carpetas y mejorar las notas. - respondió en el mismo tono -

"¿Tenemos?" Sun frunció el ceño, negando con su cabeza.

Se sentía tan avergonzada, no tenía el mínimo valor de mirarlo a la cara. Sentía total pánico de ver su rostro decepcionado, tal vez sintiendo lastima de ella.

Quería que la tierra la tragara y escupiera en Groenlandia.

Lee carraspeó, llamando su atención.

---- traje medialunas. - sacudió una bolsa de papel - de manteca. Dijiste que te gustaban con chocolatada, así que también compré.

Unas lágrimas rebeldes escaparon de sus ojos, asustando a Jeno, quien mordió su labio inferior.

No sabía si había la suficiente confianza para hacer lo que tenía en mente, pero...podría intentarlo.

Soltó la bolsa y su mochila dentro de la casa de Sun, tomando el cuerpo de ella entre sus brazos, apoyando su mejilla sobre su cabeza y acariciando su cabello corto.

Sintió a la chica aferrarse a su torso, sollozando sin dudarlo un segundo más.

Dando pasos, pudo cerrar la puerta con una suave patada, sin dejar de abrazarla.

---- está bien...- suspiró - estás cosas pueden pasar, Sunnie..

---- papá va a matarme.

---- no lo hará.

---- lo ha-hará, sé lo que te digo..

---- confía en mí...- apoyó sus labios sobre su frente - no te pasará nada.

Eso es algo que su propia mente le repetía cada vez que su padre se violentaba contra él. No teniendo piedad alguna y mucho menos pensando en que se trataba de su hijo.

Se calmaba repitiéndose aquellas palabras, intentando ganar fuerzas cuando el hombre decidía dejarlo encerrado por días sin comer.

Pero dejando todo eso de lado, Jeno pensaba que aquellas palabras serían buenas. Él siempre las quiso escuchar de otra persona.

Sun se relajó, comenzando a respirar con normalidad.

Jeno olía a gomitas, gomitas dulces y ricas. El suavizante de su ropa era algo completamente dulce, con lo que pudo relajarse Sun.

---- no quiero molestarte...

---- no lo haces.

---- soy una idiota. - carcajeó entre lágrimas - una completa idiota.

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