Nunca antes se había divertido tanto en su cumpleaños.
Casi siempre estaban llenos de discusiones de sus padres, por no ponerse se a cuerdo en quien haría cada cosa y terminaba siendo un completo desastre.
No había cumpleaños en que Sun no se escondiera a llorar en el baño de la vergüenza que le daba salir. Su madre la vestía ridículamente y sus compañeros de escuela no tardaban en burlarse de su físico.
Era simplemente asqueroso.
Pero Jeno le invitó a diferentes lugares, comprandole cositas pequeñas que le llamaban la atención, pero se detuvieron en una tienda de collares.
---- ¿Quieres uno?
No hizo falta más. Ahora mismo tenían un collar dorado con un corazón pequeño y la inicial del otro grabada.
Pero ya la noche estaba llegando y Jeno decidió acompañarla a casa.
---- ¿Fue divertido? - intentó sacar algo de charla -
---- mucho. Gracias. - susurró - no quiero llorar..- cubrió su rostro ante las lágrimas acumulándose.
¿Cómo no lloraría? Si tenía al chico más dulce del mundo sonriendole con completa admiración y amor.
Por primera vez en mucho tiempo, disfrutó de su cumpleaños, disfrutó cuando en la cafetería Jeno le cantó el feliz cumpleaños y..
---- ¿Sería muy apresurado decir que te amo?
Eso había sido un simple susurro, un susurro tan bajo que apenas pudo escuchar, pero con palabras tan poderosas que no podía ignorarlo.
Si antes solo eran pequeñas lágrimas, ahora era una catarata completa. Sun se quedó mirándolo con sorpresa a través de sus dedos mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.
---- lo siento...- Jeno se acercó, acariciando así brazos con delicadeza - muy apresurado, ¿Verdad? Lo supuse..¿Te asusté? Perdón, no quería..Sunnie..
Ante la desesperación que comenzaba a consumirlo, ella soltó una pequeña rosa y negó, limpiando su rostro de todo rastro húmedo.
El pelinegro también sonrió, algo confundido por su reacción, pero..no quería que llorara.
---- ¿Todo está..bien? - preguntó susurrando -
Pero la repuesta que recibió fue un fuerte abrazo por parte de su novia. Sus piernas atraparon su cadera y se vio en la necesidad de atrapar sus muslos para no dejarla caer.
Algunas personas que pasaban simplemente los ignoraban, mientras que un grupo de estudiantes parecían encantadas con la escena.
---- ¿Por qué eres tan lindo? - murmuró cerca de su oído, causando algo de cosquillas - me volverás loca..
***
YoonOh dejó de comer de tu tazón de cereales cuando Jeno ingresó a la casa con una pequeña sonrisa.
---- me da vergüenza preguntar pero..¿Todo salió bien? - el mayor limpió sus labios con una de sus manos, centrándose en el pelinegro -
---- más que bien..
Eran casi las once cuando Jeno llegó y todo porque Sun se encargó de dejarle en claro que sentía lo mismo por él.
Sus labios estaban algo rojizos e hinchados por aquella pequeña batalla de besos que tuvieron en la sala de la casa.
Sus dedos aún cosquilleaban de haber acariciado la piel de Sun, creando risas suaves provenientes de ella.