Lunes

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Cuando despertó le mandó un mensaje de buenos días a Toji, pero el mensaje quedó como que se envió, pero no llegó...supuso que Toji había dejado el teléfono en no molestar o apagado porque luego de un rato cuando estaba desayunando lo llamo y le salió el mensaje de que la línea no estaba disponible. [T/N] estaba preocupada, pero trató de evitar pensar que tal vez le había pasado algo malo...después de todo la última vez que había tratado de contactarlo él sí estaba bien y sólo estaba ocupándose de los que querían dañarlo.

Poniendo aparte el problema de contactar a Toji, el domingo pasó rápido...se dedicó a tejer y a ver películas de zombies mientras Munchi le amasaba y le ronroneaba de vez en cuando.

Durante la tarde su teléfono vibró y pensó que era Toji pero al ver el mensaje era de su jefe

"[T/N]-chan, ¿esta semana puedes hacer turno doble?, Hime-chan tiene exámenes en su universidad (_)"

Rápidamente le respondió con una sonrisa:

"Jefe, por supuesto...no se preocupe ¡cuente conmigo! ()"

Se acostó temprano ya que al día siguiente debía levantarse temprano.

A la mañana siguiente, se levantó ni bien sonó la alarma de su celular, fue al baño, se dio una ducha, sacó su ropa de trabajo que consistía básicamente en un jean que podía ser azul o negro y dos poleras negras, una manga larga y luego se ponía una manga corta arriba. Fue a la cocina y se preparó el desayuno. Preparó su lonchera para su almuerzo con una ensalada de lechuga con tomates Cherry y bastones de zanahorias, el día anterior se había preparado una pasta con albóndigas y apartó una porción para llevar de almuerzo al trabajo. Empacó todo en su bolso, se cepillo los dientes, chequeo que el dispensador de comida de Munchi estuviera programado para todo el día, le cambió el agua de la fuente eléctrica, cerro todas las ventanas menos la de la cocina en caso de que Munchi quisiera salir. Se puso su abrigo, los guantes de lana, la bufanda y el gorro de lana, las botas de agua y salió.

El camino a la pastelería fue tranquilo. Cuando llegó ordenó, limpió, se cambió sus botas por unos tenis, se puso su delantal y abrió caja. Envió un texto a su jefe "Apertura de tienda ok" y se preparó para que comenzaran a llegar clientes.

Siempre llegaban los mismos a las mismas horas, oficinistas que se detenían a comprar el desayuno de camino al trabajo. La señora Kato que siempre pedía lo mismo, un Earl Grey con un trozo de torta de frutilla... Estudiantes que se sentaban a conversar y parejas que iban de citas.

[T/N] se divertía siempre que veía aparecer a un cliente llamado Kaneko-san. Era todo un don juan, siempre llegaba con una chica diferente y siempre hacia como si fuera la primera vez que iba a la pastelería. Esta vez llegó con una chica rubia y muy delgada...estaban muy acaramelados en la misma esquina que siempre se sentaba Kaneko-san.

En la tarde llegó Erick para relevarla a almorzar

-[T/N]-chan ¿Cómo estás? - le pregunta feliz de ver a su compañera de trabajo de vuelta

-Muy bien gracias- le sonríe [T/N] mientras preparaba un ristretto en la máquina que se trababa con Erick

-Me pongo el delantal y te relevo para tu colación- le dice Erick entrando a la trastienda

-Ok, gracias- le sonríe [T/N]

Luego del almuerzo, el día llegó muy rápido a su fin. Ya eran casi las nueve de la noche, Erick estaba en la trastienda limpiando los platos y las tazas y [T/N] estaba barriendo la tienda preparando todo para que a las nueve de la noche cerraran todo. De pronto la campana de la entrada principal sonó

La chica de la pasteleriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora