zipper - jaywon

drunk on you

La habitación se sentía caliente, como un horno a punto de estallar, sus manos recorrían las suaves y deliciosas curvas expuestas ante sus ojos hambrientos. El menor lucia tan exquisito de esa manera: sentado sobre su regazo, con la respiración agitada, sus exóticos y preciosos ojos color café estaban algo húmedos, el rojo llamativo de su cabello combinaba con sus mejillas y sus labios, su piel blanca y tan malditamente tentadora expuesta cual exquisito manjar

Maldita sea, Jay tenía tantas ganas de marcar territorio cual lobo alfa defendiendo a su omega. Un nuevo balanceo de sus caderas y un gemido resonando en la habitación. El menor sosteniéndose de sus hombros, como intentando contener el placer que abordaba su cuerpo.

-Solo sube y baja, mi amor -La voz de Park se oía ronca, profunda, sumando a que susurro Eso logró sacarle un necesitado gemido al tímido pelirrojo que volvió a menear sus caderas.

Subiendo y bajando, igual que un zipper, tal como él quería. Jungwon estaba perdido en un mundo de sensaciones placenteras, gimiendo y jadeando agudo y a veces grave, permitiendo al mayor disfrutar de su dulce voz. Cada vez mas profundo y doloroso, pero a la vez demasiado placentero, rasguños y mordidas llenando el ambiente. Embestidas erráticas que buscaban llegar al máximo punto de placer.

Subiendo y bajando entre brincos desesperados, labios que se encontraban con ahínco, succionando y lamiendo

Tan malditamente perfecto, placentero. Caliente. Demasiado caliente. Tóxico, casi hasta llevarlos al punto de no retorno.

-Jay. -Gimió el menor Sus labios rojizos dejando salir melodías tan hermosas que quería seguir escuchando para toda su vida. ¡Jay! ¡Jay!-Esa era la voz del menor, sin embargo no sonaba temblorosa, ni placentera como antes. ¿Qué sucedía?

Dirigió sus brazos hacia sus caderas...

-Despierta grandisimo imbécil! -Gritó Sunghoon proporcionándole un golpe en la cabeza, Jay se encogió en su lugar mirando aturdido alrededor. ¿Por qué no estaba en su casa? Y peor aun: ¿Y Jungwon?

-Deja de ser tan violento, te voy a denunciar. - Se quejó el menor sobando el área afectada. - ¿y dónde está Jungwon?

Sunghoon le miró raro, la misma mirada que ponía cuando soltaba algún comentario estúpido sin querer, eso era la mayor parte del tiempo.

-Jay, te dije que dejaras las drogas. -Su mayor le recrimino burlón. - Jungwon no está aqui, idiota, te pasaste toda la clase durmiendo. Incluso respondi la asistencia por ti! Me debes veinte dólares y un desayuno.

El mas alto ya sentía su billetera llorar.

-Aparte, ¿qué estabas soñando? Te movías mucho y decías cosas raras. Estuve tentado durante toda la clase. -Nuevamente Hoon se burló de su amigo. Porque si, esa era su especialidad: burlarse de la vida de Jay. Él sobresalia en ese trabajo.

-Nada. -Recordó brevemente la imagen de Jungwon temblando de placer bajo suyo, sacudió su cabeza. -, nada importante, cosas mías.

Suspiró poniéndose de pie mientras tomaba su mochila, se había dormido toda la última hora de clases donde le tocaba Cálculo Integral con el profesor Kim, quien parecía odiar cada vez que respiraba, al menos Sunghoon lo había salvado de esa. Salió a paso lento y perezoso del aula, con su amigo a su lado parloteando un montón de cosas sobre gatos.

-Recuerdo que una vez fui a la casa de mi tia y tenía como veinte gatos, nunca estuve tan feliz. -Comentó su mayor como si hablase del clima. Eso era sumamente extraño. -, no me mires asi!

-¿Y cómo quieres que lo haga? Me preocupa tu estado mental, Sunghoon, ¿todo bien en casa?-Se burló,

La universidad no estaba tan vacia, al parecer no era tan tarde, no muy lejos divisó una pelirroja cabellera moviéndose con energía. Se halló a sí mismo sonriendo como idiota imaginándose a Jungwon.

-¡Hyung! ¡Hyung!-La chillona voz que antes le parecía algo molesta ahora le causó infinito alivio. Vio como el menor corría hasta él, envolviéndolo en un cálido abrazo. Sunghoon se quedo viendo la escena con una ceja arqueada, sin embargo no dijo nada, y cuando vio a cierto australiano decidió abandonar lentamente. -Te estaba buscando junto a... -Volteo - ¿Heeseung hyung?

Jay rió. Él había visto claramente como un sonrojado Heeseung se dirigia hacia Sunghoon, a decirle algo -que no escuchó-, y luego ambos abandonaban el lugar. Pensaba que estaba bien, su amigo debería encontrar a alguien que lo ame tanto como él ama a los gatos. ¿Y quién mejor que un guapo e inteligente extranjero?

-No importa. -Refunfuñó el pequeño, arrugando adorablemente la nariz antes de separarse del abrazo y tomar la suave mano del mayor Entrelazando sus dedos. -¿Nos vamos?

-Nos vamos. -Afirmó el de mayor tamaño, sonriendo con dulzura. Y asi ambos se encaminaban hacia la salida.

Jay no tenía idea de lo que fuese a pasar en el momento que pusiera un pie dentro del departamento del menor, incluso estaba curioso por descubrirlo, sea cual sea el resultado. Para nuestro protagonista, Jungwon era todo el sinónimo de hermoso, que Afrodita le perdonara por semejante belleza.

Yang Jungwon era como un vino. Un dulce vino del que bebería hasta estar completamente borracho de él.