𝑴𝒚 𝑺𝒕𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆 𝑨𝒅𝒅𝒊𝒄𝒕𝒊𝒐𝒏 || Todomomo

✞︎Curiosidad✞︎

Oscuridad...

Era lo único que lograba distinguir dentro de sus pensamientos. Más bien lo único que podía apreciar, porque no supo en qué momento perdió todo sentido con su alrededor.

Cabello negro, ojos negros y asustadizos...

Bueno, al menos ya era algo diferente, pero eso ni siquiera respondía las preguntas que se hizo antes de sumergirse en esa profunda oscuridad.

¿Quién era ella?

¿Qué estaba haciendo allí?

Unos segundos después de pensar en aquella mujer, comenzó a escuchar voces dentro de su cabeza y unas bastantes conocidas. Sonaban no muy lejos de él, prontamente reconoció una que otra palabra.

- Ésto es increíble... -Era una voz carrasposa y un tanto molesta, reconocería aquella voz a kilómetros, Bakugo Katsuki.

- ¡Silencio Kats! -Esa era Camie llamándole la atención al chico- ¡Apenas está recobrando la conciencia!

Imaginó que hizo caso omiso, porque de repente sintió una patada algo fuerte en el costado; eso sin duda lo hizo despertar por completo de su aturdimiento.
Enfocó sus ojos en el rubio que le proporcionó la patada, luego vio a Camie mirar al culpable con decepción, movía la cabeza de un lado al otro.

- ¡¿Qué?! ¡Ya está despierto! -Se excusó con ella al ver su cara molesta- ¡Además no lo golpeé tan fuerte!

- A veces eres insoportable... -Lo encaró, el otro sólo bufó al respecto y pasó de lado.

- ¿A veces? ¡Yo diría que siempre! -Se burló un pelirrojo de sonrisa puntiaguda, el otro chico gruñó en respuesta y logró sacarle una sonrisa a una chica castaña.

Volvió a analizar su panorama, no estaba solo con Camie y Bakugo, habían otros tres chicos que no tardaría en reconocer. Se trataba del pelirrojo, Kirishima Eijiro, la castaña de mejillas regordetas, Uraraka Ochako y del peliverde pecoso, Midoriya Izuku.
Ellos estaban ahí reunidos, por un momento se avergonzó de su situación, básicamente lo vieron desmayado en el suelo y estar inconsciente por quien sabe cuanto tiempo. Sin demorarse más tiempo, se puso de pie un poco mareado, pero cuando estuvo firme; dirigió toda su atención a la chica rubia que lo estaba observando con preocupación.

- ¿Cuánto tiempo estuve así? -Se llevó una mano a la cara y tocó la zona donde había recibido el golpe. Aunque su "condición" le impedía obtener un moretón, sorprendentemente aún sentía algo de molestia en la cara.

- Exactamente no lo sabemos, sólo te encontramos allí tirado -Le mencionó Camie, ella quiso tocar el lugar donde se estaba agarrando, pero él detuvo su mano y se apartó de ahí para caminar- A propósito... ¿Cómo llegaste ahí? Si se puede saber...

Vio a la chica llevar sus manos a sus caderas en señal de "reproche". Conocía a Camie lo suficiente para asumir que estaba preocupada y descontenta, sin embargo, él sabía lo que pasaría si le decía lo que realmente ocurrió con la chica de cabello negro, no sólo ella, sino que también le preocupaba cómo podría actuar Bakugo. Además, él tampoco entendía muy bien que ocurrió, sólo se impresionó al ver un humano tan cerca de su hogar (bueno, la pocilga que llamaba hogar), le remordió la conciencia referirse así a la vieja casa, pero tampoco iba a negar lo obvio.
Sacudiéndose lo último de la cabeza, regresó al problema inicial, la chica.