XVII

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Desde siempre el ser humano
arrastra sus resabios de dolor y amargura,
siendo esclavo impenitente
de la ambición y el amor al dinero.

Ambiciosos amantes de la riqueza
que se denigran en actos que degeneran
la grandeza y virtud del espíritu.

El dinero transtornó sus emociones
corrompiendo su integridad e inocencia.

La ambición y el amor al dinero
es de índole exclusivamente material
y arrastra a la humanidad
hacia su propia destrucción.





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