CAPÍTULO IV

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VAYA DÍA



Duré el fin de semana junto a mis padres, platicando, viendo películas, ayudándolos con el mercado, comiendo sus delicias culinarias que tanta falta me hacían (Comparado a la comida de la Universidad... era como comer mana del cielo) También leyendo en mi habitación sin ningún tipo de interrupción. Se sentía tan bien haber estado en casa.


Claro, todo eso en un intento de olvidar ese episodio en el bosque, pero a mi pesar, todavía sigue tan impreso en mi mente como un tatuaje bien elaborado sobre mi piel, sus ojos fríos, las torturas, su confusa bipolaridad, mi extraña familiaridad hacía su persona, sus silencios.


Ni siquiera pude dormir el fin de semana, y eso me cansó física y mentalmente. Yo deseaba ir a casa de mis padres para un supuesto "descanso" pero la verdad es que todo eso fue un intento fallido, ahora solo me quedan unas negras y marcadas ojeras, ellas lo confirmarán todo. 


Para mi desgracia ya es lunes, y ya no hay vuelta atrás, tengo que verlo otra vez, y les confieso que a mí esa idea me está desangrando por dentro. Solo pensar en tenerlo cerca de mí, me pone inquieta.


Suspiro mientras camino por los pasillos de la Universidad. Me dirijo desganada hacía mi casillero, y cuando llego pego mi frente a esta varias veces con frustración, observo el suelo por un largo rato.    


<< No quiero ir al salón de clases, ni mucho menos estar aquí en la institución, donde él podría encontrarme >>


Por cosa de calmar mi estrés, golpeo mi casillero un poco dramática y este se abre por el impacto, golpea mi frente y sin haberlo previsto, caen todos mis libros y papeles en el suelo. Si, hice el ridículo. Claro que todos rieron, comenzaron a murmurar y decir cualquier estupidez que se les cruzara por la mente.


Bufo irritada por mi tontería, me agacho y empiezo a recoger todas mis cosas ignorando las miradas de burla de mis compañeros, por supuesto ninguno dispuesto en ayudarme.


<< Desgraciados >>


Debo dejar de tener tanto papel encima, en serio, estos papeles no se terminan y por supuesto que no me agrada nada que me vean por encima, es de lo más denigrante, y miren que yo soy bien orgullosa, me gusta dejar en claro a los demás que YO soy quien mira por encima. Sí, sueno como una chica egocéntrica, pero ¿Qué más da?


De momento, veo a una chica de tez pálida y pelirroja cerca de mí, recogiendo mis papeles, jamás la he visto en el instituto, pero es muy hermosa y se viste realmente genial ¿Será una nueva estudiante? Aparte ¿Me está ayudando? Trato de hacer memoria para ver si tiene alguna relación conmigo, sin embargo, nada llega a mí.


- Vaya. Te robaste todos los papeles del país amiga - Me mira con una sonrisa divertida. Suelto un leve risa ante su comentario, se me hace muy simpática la chica.


Al terminar de recoger todo, nos levantamos y ambas nos quedamos en silencio, se siente raro todo esto. Me cuesta socializar, y más ser amigable con algún compañero; y es que tantos años sin tener amigos, te quita algunas prácticas importantes y esenciales que necesitas en la vida.

Perdidos en un RecuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora