𝐔𝐧 𝐀𝐦𝐨𝐫 𝐈𝐧𝐦𝐨𝐫𝐭𝐚𝐥 ✙𝙺𝚘𝚘𝚔𝙼𝚒𝚗✙

09.

Guardias, escoltas, rey y príncipes de todo el Palacio estaba ya preparando el rescate hacia el príncipe rubio. Todos estaban hablando unos detalles del rescate solamente para saber si todos habían entendido como sería.

El rey había pedido que sus otros dos hijos los escondieran en otro lugar solamente para que a ellos tampoco les pasará nada y así se concentraron en el Rubio.

Jungkook junto a un grupo de guardias ya estaban listos para partir. Exactamente había pasado un día para poder hacer todo el rescate pues no podían salir el mismo día ni el mismo momento en que se supo sobre el secuestro del príncipe.

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Bosque.

Jimin se encontraba en una jaula en la misma habitación que el rey vampiro solamente ellos dos ahí. Había pasado un día desde que ingreso en ese lugar queriendo salir lo más rápido posible por el miedo que empezaba a sentir en ese momento.

En cada momento donde despertaba de un desmayo se preguntaba en que momento saldría de ahí. Tenía mucho miedo de lo que fuera a pasar si no lo rescatan y aquel vampiro puede beber de el. También pensaba mucho en el peli negro, quería verlo por última vez si es que no vivía más. Todo el miedo lo consumía, la desesperación de salir lo volvía loco al no poder hacer algo.

En cada momento escuchaba pasos sercas de la habitación pero nadie entraba con el, tenía hambre y mucha, de ambas formas tenía hambre. Sabía que no podía ser lo que el era porque podría irle más mal de lo que ya estaba por lo cual necesitaba controlar su hambre.

Pasaban los minutos y nada de comida llegaba aquella habitación sabía que no soportaría más sin probar algún bocado de comida. Provocaría más debilidad en el y eso le dañaria más que ser el alimento del vampiro, en cual quier momento moriría sin ser aún provado.

—Deberíamos darle algo de comida— decía alguien fuera de la habitación.

—¿Para qué?— pregunto aquella voz tan conocida y molesta.

—¿Cómo qué para qué?, eres idiota o te haces— regaño —Si ese humano llega a morir, no nos servirá para alimentar al rey.

—Bien— soltó con frustración.

Fue lo último qué escucho el Rubio para después de unos minutos escuchar la puerta ser abierta y así ver un plato de comida siendo entregado. Jimin no sabía si comerlo o no, tenía hambre pero eso no lo alimentará del todo ya que en esos días su alimentación se hizo más grande, necesitaba sangre pero no lo diría.

—Come— ordenó.

Jimin lo miraba con enojo pero con cansancio.

—¡¿Qué no escuchaste?!.. Dije que comas.

—Como pretendes que lo haga si no puedo moverme— respondió en un tono molesto y frustrado.

—No estas amarrado— se cruzó de brazos mostrando que le daba igual.

—No pero, alguien me lastimó las costillas— dice con sarcasmo —No puedo levantarme.

El vampiro rodo los ojos frustrado dándole el plato en las manos del Rubio. Jimin tomo el plato para empezar a comerlo sin mirarle al vampiro que tenía aún lado.