"Mamá ¿quién es ese idiota?"

485 27 3
                                    


El camino era silencioso, lento e incomodo. Giyuu junto con su cachorro se mantenían a una distancia prudencial hacía el alfa, cada cierto tiempo Mui miraba con recelo a Sanemi.

"Ese idiota casi lastimo a Mamá, pero me las pagará muy pronto" pensó Muichiro. Por otro lado, Sanemi estaba incomodo, quería disculparse como es debido pero aquel niño no le permitía acercarse más.

Cada vez que se acercaba aunque sea unos centrimetros, el menor lo veía con molestía en sus ojos; él no quería meterse con el cachorro por la madre quién obviamente se molestaría.

Sanemi: oye... Tomioka, ¿le puedes decir a tu cachorro que deje de mirarme así? -le pregunto algo incomodo por la situación-
Giyuu: Mui, no seas malo con Shinazugawa-San -regaño con cariño al menor-
Muichiro: si mamá, pero él te intento hacer daño, yo solo quería defenderte mami -dijo con ojos de perritos-

Tomioka no pudo resistirse ante la dulce mirada del menor, lo abrazo y acurruco en sus brazos, y Mui quién no desaprovecho la situación y pidió más mimos de su madre.

"Incómodo", pensó Sanemi aún lado de ellos, aquella muestra de afecto le recordó a su hermano menor, luego de aquella discución que tuvieron no se volvieron a ver ni hablar.

Luego de un largo rato llegarón a la Finca del Agua, Giyuu como muestra de agradecimiento le invitó a comer lo que él quisiera, Muichiro se puso un poco celoso pero se calmó al ver que ese "idiota" no intentaría nada con su madre.

La tarde pasó relativamente tranquila para ellos pero a pesar de la compañia el menor de los presentes todavía no podía olvidar a su compañero. La manera en como lo rechazo se repetía una y otra vez, negándose a creer que lo aprecia, negándose a encariñarse una vez más.

Giyuu: oye, mi niño, voy a acompañar a Shinazugawa-San a la salida, por favor quédate aquí -dijo con cariño en cada una de sus palabras-
Muichiro: está bien, pero no tarden -debía confesar que estaba celoso pero no podía impedir a su madre tenga algo de compañia-

Con una tímida sonrisa el omega se acercó al mayor y con delicadeza tomo su brazo para poder guiarlo a la salida. Lo único que el cachorro ignoraba es que este "paseo" fue sugerido por el albino y no por su querida madre.

El cálido atardecer y la suave brisa los acompañaban en su lenta caminata, el trayecto fue lento y silencioso pero a la vez relajante y tranquilo.

A la salida, ambos se miraron por unos minutos, no querían separarse pero debían, Shinazugawa ya estaba con otro pendiente así que cortó el contacto visual y se marchó.

Decepcionado y algo triste, volvió a su finca, tenía el deseo de llevarse bien con su compañero. Al llegar a su estancia Mui lo recibio con cariño.

"No necesito a nadie, porque ya te tengo a ti" pensó Giyuu mientras abrazaba a su pequeño. Él era ahora su mundo, su único deber era cuidarlo, educarlo e instruirlo. Ni tenía tiempo para estúpideces ni para el amor.

"Mamá, ¿quién era él?" -prenguntó confundido, ya se había olvidado de él-

"E-eh... él, no era nadie, solo un conocido pero no le des importancia" -trato de explicar pero a su niño no le convencía del todo-

Lo mejor era olvidarlo, ya había pasado malos amores, uno más no lo aceptaría.

Al día siguiente, Mui se despertó antes que su madre. Y fue a su habitación para dormir con él, como todo niño que quería pasar tiempo con él.

Al llegar a su cuerto vió a su madre dormida, al parecer tenía el sueño pesado y tal vez no lo notaría cuando él se meta entre sus sabanas para dormir tranquilamente. Hoy tenía mañana libre.

Iba a dormirse, iba, pero algo lo dejó desconcertado...

"Sa-sanemi-San"

Quién rayos era ese, maldijo a su memoria por no recordar los nombres de sus compañeros. Desearía poder saber quién era para poder estrangularlo con sus propias manos, quién era ese maldito para que su querida madre soñara con él.

"Lo voy a matar algún día, pero primero debo recordarlo" -susurro para sí mismo-

Se durmió de tanto pensar, se quemó como dos neuronas tratando de recordar pero nada, al final descansó bien en los brazos de Tomioka quién aún seguía dormido.

Al mediodía, ambos despertarón, el hambre que sentían era bastante y sus estómagos rugían por algo que comer.

Esa mañana fue normal... casi.

Muichiro: ¿quién era Sanemi? -preguntó de repente tomando por sorpresa a Giyuu, por fin recordó algo-

Giyuu: n-no sé, seguramente algún cazador de por ahí -habló haciendosé el desentendido-

Muichiro: a mi no me engañas, soñaste con él esta mañana, te escuche decir su nombre mientras dormías... parecías feliz -susurro- ¿quién es ese idiota?

Giyuu: no lo llames así, él es solo un amigo cariño, solo eso -explicó dulcemente-

Muichiro: yo creó que un amigo no soñaría con otro amigo suspirando por él, no soy idiota mamá, quién es...

La tarde fue larga, muuyyyy larga, a cada rato el menor le preguntaba sobre el extraño que convivió con ellos.

Tomioka solo cambiaba la conversación cuando el tema salía a la luz, quería olvidarlo pero no podía por el momento. Su niño se lo recordaba a cada rato y no le daba tiempo de pensar en una excusa convincente como para distraerlo pero de un momento a otro pensó en algo.

Giyuu: oye... ¿te gusta alguien? Recuerdo que en la reunión de pilares estabas algo triste y distante -dijo mientras el semblante del menor decaía-

Muichiro: no quiero hablar de eso -no quería recordar su rechazo-

Giyuu: vamos a algún lugar, y no preguntes a dónde Mui -dijo mientras lo guíaba tomandolo de la mano-

Él se lo llevaba junto con Kanroji, ella lo ayudaría con su cachorro y le daría consejos, tal vez algunos.

Lo que no se lo esperaban era que Obanai estaba con ella, Tokito no recordaba su nombre pero si reconocía su rostro. Giyuu tragó duro, él y Iguro no se llevaban bien para nada.

Obanai: cara de rata, ¿que haces por aquí?

Muichiro: vuelve a hablarle así ye te mató imbécil -amenazó cortante, no permitiría una falta de respeto hacía él-

Obanai: ¿que dijiste mocoso? -preguntó molesto-

Muichiro: lo que escuchaste, sordo -respondió con furia-

Obanai: ¡¡estás muerto mocoso!! -se lanzó hacía el menor para pelear-

Muichiro: ¡¡no si yo te mató primero!! -dijo mientras adoptaba una postura de defensa-

/Continuara/

Una flor para otra flor _ObaToki__Omegaverse_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora