"Tú y yo ¿juntos?"

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Narrador Omnisciente.

Era una mañana hermosa, despejada y alegre pero apesar de el radiante clima cierto azabache estaba de mal humor.

Para empezar la lista, su cuervo interrumpio su sueño ademas había reunión de pilares y eso significaba volver a ver Tomioka, lo único bueno era que volvería a ver a su amada y a su mejor amigo.

¿Y su sueño? Bueno, él estaba soñando que tenía una vida feliz junto con la Pilar del Amor, Mitsuri Kanroji, su amor platónico con la que sueña despierto y dormido.

/Lastima que a la autora le chupe un huevo los sueños de Obanai/

Un graznido de cuervo le alertó que se diera prisa, pues en unos minutos comenzaría la reunión y llegar tarde sería como faltarle el respeto a su Señor.

Con una mirada fría y amenazadora le hizo entender a su cuervo que se largara, no estaba de humor para aguantar a nadie pero de igual manera debía ser amable con sus compañeros, por el respeto que le tenía al Señor de la mansión.

Con pezadez y algo de pereza se levanto y se dirigió al baño, una ducha fría lo despertaría por completo, de camino tomó una toalla y su uniforme de cazador.

Al terminar salió ya vestido; y buscando con sus peculiares ojos visualizo su haori al lado de su futón y se lo puso, también tomo a su compañero de vida, Kaburamaru y lo poso en su cuello con suma delicadeza.

Salió de su finca rapidamente, pues las reuniones solían ser tempranas y si quería llegar a tiempo debía ir antes. Sonrió levemente, pero no se noto gracias a sus vendas; una vez más volvería a verla, a escucharla reir.

Para Obanai su sola presencia era perfecta y hermosa.

_Más tarde, en la finca del Patrón_

Un pequeño azabache con puntas de color menta iba casi de forma automatica a la finca de su Señor, su cuervo le anunció de la reunión así que como Pilar debía asistir.

Para él era un poco dificil pues cada vez que iba le parecía ver caras nuevas aunque eran las mismas de siempre, lo único que recordaba era la voz de su Señor, una voz amable y pacifica.

Al llegar a la gran Finca se encontró con su compañero, aunque no lo recordaba bien, ¿quién era? No lo sabía pero había algo diferente en él, tenía un olor delicioso.

De pronto, sintió un agudo dolor en su vientre y un sutil calor emanaba de él pero, ¡¿que rayos era eso?! Nunca sintió algo así en su joven vida.

Muichiro: a-ayuda, ayudame... por favor... -susurro debilmente mientras temblaba en el suelo-

Para su desgracia, su compañero estaba bastante lejos como para oir sus suplicas pero gracias a los cielos llegó otra persona para socorrerle.

Él no sabía quién era aquella pelinegra con puntas moradas pero de igual modo ella lo ayudo dándole una pastilla y una botellita de madera que al parecer tenía agua. Le agradeció con un débil susurro, ella simplemente asintió como si nada hubiera pasado.

Cuando todos los pilares llegaron, se pusieron a platicar entre ellos, Muichiro y Tomioka no estaban en la conversación; el menor por que para él eran desconocidos y Tomioka por que simplemente es Tomioka.

Un frágil sonido detuvo su conversación, las gemelas con su caracteristica sonrisa venían acompañadas de su padre, Oyakata-sama.

Antes de que el Patrón saliera por completo de la finca, los pilares ya estaban postrados en señal de reverencia y absoluto respeto. Nadie sabía el motivo de la reunión así que todos aguardaron silencio mientras esperaban alguna palabra de su "padre"

Una flor para otra flor _ObaToki__Omegaverse_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora