CAPÍTULO 3

294 41 12
                                    

Pasé la jornada de un humor huraño que hasta Bibi, siempre paciente con mi mal talante, me dijo que estaba deseando perderme de vista por unos días.
Mi vuelo salía a la una de la madrugada, y rogaba porque aquel tipo, ese tal JiMin, hubiera cambiado de opinión y se quedara en tierra. Pero no fue así. Cuando entré en la sala VIP del aeropuerto él ya estaba allí, leyendo el periódico, cómodamente sentado en un sofá. Parecía aún más joven con aquellos tejanos y una camiseta desenfadada. También más musculoso. La enredadera de espinas sobre su brazo izquierdo atrajo mi atención. Aquello me enfureció, aunque ignoraba por qué.

―Me gustaría dejar claras algunas cosas ―dije cuando llegué a su lado, sin saludarlo y ni siquiera dignarme a tomar asiento.
La sala estaba vacía. La clase business de aquel vuelo, que había tomado muchas veces, no era muy popular, ya que apenas una hora antes partía otro avión con un horario más cómodo.
―Dispara ―me contestó, mirándome desde abajo.
―Ni tú ni yo somos amigos. Ni tú ni yo vamos a estar más tiempo juntos que el estrictamente necesario. Y ni tú ni yo vamos a hacer nada parecido a tomarnos una copa juntos o ir a cenar en plan guay.

Él esbozó una sonrisa, dobló el periódico con cuidado y, muy lentamente, lo dejó a un lado.

―Estoy de acuerdo con que dejes claros esos puntos ―dijo sin apartar la vista―, porque no eres el tipo de persona que suelo contar entre mis amigos.
Me sentó mal, lo reconozco, pero no iba a claudicar.
―Entonces bien. Todo aclarado.
―Bien, pero...
―¿Pero qué? ―espeté.  
―Creo que aún no te has enterado de que voy a estar pegado a ti veinticuatro horas al día. Eso quiere decir que, quitando el tiempo que tardes en cagar, el resto lo vas a pasar conmigo.
―Y una mierda ―dije sin pensarlo.
―Habla con NamJoon. A mí todo esto me desagrada tanto como a ti ―cruzó las piernas. Parecía disfrutar―. Insisto, no eres el tipo de persona que yo elegiría para otra cosa que no fuera echar un buen rato.

La forma de decirlo...

―¿De qué carajo hablas?

En ese momento, una azafata nos indicó que debíamos embarcar. El vuelo salía de inmediato y éramos los últimos. JiMin se puso de pie, cogió su equipaje de mano, y empezó a alejarse. Pero de pronto pareció recordar algo. Desanduvo sus pasos, con la cartera en la mano. Y rebuscó hasta encontrar lo que necesitaba.
―Y toma ―me tendió un par de billetes de cien―. No soy un puto, si fue eso lo te parecí.

Reconozco que me quedé allí plantado, completamente out, sin saber qué hacer ni qué decir. ¿Ruborizado? Me temo que también, cuando estaba seguro de que nada ni nadie sería capaz de subirme los colores.
―Señor Min ―insistió la azafata.

Asentí, y fui tras ella a través del finger, hasta mi asiento en clase business. JiMin ya estaba acomodado, justo a mi lado. Había un par de pasajeros más, pero parecían ajenos a nosotros, preparándose para dormir. Cuando la azafata nos dejó a solas, me giré hasta él.

―¿Qué mierda has insinuado?
Él me miró de arriba abajo. Al parecer, mi rudeza no le impresionaba lo más mínimo.
―Yo sé quién eres y tú sabes quién soy. Y ambos recordamos, aunque sea a retazos, lo que sucedió aquella noche. Será mejor que dejemos de fingir. Nos acostamos y ya está. Es pasado. No hay que insistir.
―Si lo cuentas a alguien... ―le amenacé.
―Perdería todos mis puntos si alguien se enterara de que me he enrollado con un gilipollas como tú.
―No nos hemos enrollado ―puntualicé―, te las aviaste para drogarme o algo así, y poder  abusar de mí.
―¿Yo? ―soltó una carcajada―. Mides dos metros de hombro a hombro, y un brazo tuyo es como toda mi pierna. No seas desgraciado. Lo pedías a gritos.
―Retira eso.
―¿Qué?¿Que retire la verdad? Es tarde y quiero dormir. Tranquilízate y bórralo de tu memoria porque nos queda una semana muy larga a ti y a mí. No tenemos por qué volver a hablar de esto. De hecho, para mí es bastante desagradable admitir que he tenido tu polla en mi boca. Yo he hecho por olvidarlo, haz tú lo mismo.

DESEO | SAGA HOMBRES CASADOS #3 | ADAPTACIÓN Y.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora