Capítulo 8

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—¿Alguien sabe exactamente que estamos buscando?—Pregunto en voz alta para todo el grupo.

—Polvo de hadas—Dice Nilak.

—¿Qué es el polvo de hadas?—Pregunta Talon.

—El polvo de hadas para los duendes es como una droga, trafican con él, vamos a tener que hacernos pasar por ellos para encontrarlo y aun así no va a ser fácil— Contesta Caleb.

—¿Con hacernos pasar por ellos te refieres a cambiar de forma?—Pregunta Roy.

 —Exacto, supongo que entre tu y Talon podréis transformarnos—Aseguro Caleb.

—Tal vez aunque no sé si a todos a la vez, estamos hablando de mucha magia—Dice Talon.

—Conmigo no contéis yo se lo que me hago, es mas si no queréis no hagáis nada yo me encargo así no estorbáis—Avisa Nilak.

—¿Y tu como piensas hacerlo solo? Ni creas que vamos a confiar en ti—Digo yo.

—Ese es tu problema—Dice Nilak con cara de pocos amigos—Esta bien me gusta la idea del principito pero yo soy quien tomará las decisiones.

—Trato hecho pero no me llames así— Contesta Caleb.

Acabada la conversación estaríamos siguiendo las indicaciones de Nilak, no es por nada si no porque se veía que conocía el lugar donde íbamos a entrar y nosotros no teníamos ni idea, ni siquiera Caleb.

Nos paramos a descansar en un claro antes de la frontera, estaba con Talon y Roy cuando aparece Caleb.

—¿Vienes a caminar princesa?—Pregunta.

—Encantada, su majestad—Me dio la mano para ayudarme a levantarme.

—Vamos.

Nos apartamos un poco de los demás, Nilak había desaparecido de nuestra vista.

—¿Puedo preguntarte algo?—Pregunto yo.

—Si dime.

—¿Que hace el príncipe de este reino participando en un torneo para ser guardia de su padre?

—Es una larga historia pero en resumen lo hago para demostrarle mi valor al reino y a mi padre ¿De donde eres Dafne?

—Soy de ciudad helada, he vivido allí toda mi vida.

—¿Así que eres bruja?

—No, no soy bruja—Digo quitándome la capucha de mi capa y dejando al descubierto mis orejas redondas y mi pelo cobrizo.

—¿Eres humana?—Pregunta confundido.

—Así es.

—No puede ser tu me derrotaste ¿Cómo peleas así?¿Y como llegaste aquí?

—Eso si que es una larga historia, pero digamos que he entrenado desde que tengo uso de razón para esto.

—Es increíblemente estúpido que estés aquí rodeada de los mayores enemigos de los humanos.

—Créeme me he podido dar cuenta de lo peligroso que es estar aquí, pero no voy a echarme para atrás ahora.

Se empiezan a oír gruñidos por todos lados, me pongo en alarma y me armo rápidamente, todos nos agrupamos incluso Nilak, cuando empiezan a llegar apestados por todas partes.

Nos dispersamos para enfrentarlos en posiciones de combate cuando nos damos cuenta que son un grupo de aproximadamente cincuenta de ellos y todos van a mi dirección.

Vienen a por mi no se por que motivo no es la primera vez que esto pasa, se juntan en grupos y se acercan hacia mi.

Todos me miran cuando se dan cuenta de a por quien van en realidad.

—Cubrirla y rodearla que no se le acerquen—Avisa Nilak y los demás le obedecen, me dejan en un circulo alrededor de sus espaldas.

—Yo también puedo pelear y no necesito que me protejáis—Digo.

—Te vas a quedar ahí hasta que sepamos porque vienen a por ti, esto es muy extraño—Contesta Nilak y los demás le dan la razón y no me dejan moverme del circulo.

Entre todos van acabando con ellos Roy y Talon con magia, Nilak con sus cuchillos y Caleb con un arco, poco a poco terminamos entre una montaña de cuerpos que ellos han ido matando, cuando paran de llegar están todos sudando y cubiertos de sangre.

¡Salgamos ya de aquí o van a seguir viniendo!—Asegura Nilak.

Le hacemos caso y terminamos cabalgando rápidamente desviándonos, saliendo del bosque tenebroso por el muro de la frontera y llegando a la de ciudad Helada.

—¡Transpórtanos a ciudad perdida bruja no soporto mas este lugar!—Ordena Nilak.

—Parece que te has tomado muy enserio tu papel de líder se nota que no sabes lo que es trabajar en equipo y eso esta prohibido—Dice Talon.

—¡Llévanos ya, me da igual!—Dice y Talon termina obedeciendo sacándonos del lugar.

Terminamos en un bosque precioso, es de noche y se pueden apreciar luciérnagas iluminando el lugar y los arboles.

—Acamparemos aquí esta noche, voy a buscar un lugar para bañarnos, estamos hechos un asco—Dice y desaparece del lugar.

Nosotros mientras vamos montando las tiendas de campaña solo tenemos dos así que tendremos que compartir, Nilak regresa guiándonos a un lugar para bañarnos.

Es un lago precioso con una cascada, se podía decir que estábamos en el paraíso, todo el lugar esta lleno de arboles frutales, el agua del lago es brillante, tiene motas plateadas que parecen estrellas reflejadas en el agua.

Nilak, Roy y Caleb empiezan a desprenderse de las armaduras y se quedan casi desnudos en ropa interior se meten al agua y comienzan a nadar.

Puedo ver en el agua las espaldas desnudas de los tres, se notan que son guerreros entrenados por años, sobre todo Nilak tiene el porte de un rey incluso más que Caleb, las cosas como son, los tres me dan la imagen de los hombres mas guapos que he visto en mi vida.

Talon y yo nos hemos quedado paradas con la boca abierta en la orilla del lago y por lo que puedo ver Talon se ha puesto como un tomate. Yo nunca he tenido ningún complejo con mi cuerpo al contrario siempre he considerado que tengo un buen físico pero es imponente desnudarme con los demás mirándome, aun así lo hago y quedo en ropa interior, igual que Talon y se puede apreciar con la luz del lago el contraste entre nuestras pieles Talon tiene una hermosa piel morena y yo soy blanca como la nieve.

Los hombres observan como nos metemos al lago hasta que estamos los cinco juntos, no puedo dejar de observar la belleza de Caleb su pelo moreno cayéndole por la frente suelto, su piel mojada y bronceada, él tampoco deja de observarme y así permanecemos un rato mientras nadamos y flotamos en el agua, los demás terminan yéndose y nos dejan solos.

—Eres preciosa princesa—Dice acercándose hasta que nuestras manos se tocan y podemos sentir la respiración acelerada del otro.

—Tu también lo eres príncipe—Digo y se acerca todavía mas a mí en lo que nuestra piernas se entrelazan.

—Quiero besarte en este mismo momento—Dice y se me corta la respiración.

—¿Y por qué no lo haces?—Pregunto, y va a hacerlo, nuestras narices se rozan, sus manos acarician mi cabello rizado, cuando dé repente siento que un temblor mueve el mundo.



















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