# ⌕'' 02 𓂅 🍪

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Recostados en la arena, con el suave sonido del vaivén de las olas y sus dulces risas de fondo, el ambiente que reinaba era de paz y satisfacción.

Anécdotas por aquí, anécdotas por allá, y un rato lleno de datos innecesariamente divertidos por parte de Jisung, o como al azabache le gustaba pensar: el chico con carita de ardilla. Todo ésto intentando hacerle olvidar el tener que despojarse de tan preciado lugar.

¿Sabes? Te admiro.

¿Qué había dicho? ¿Aquél chico admiraba a Minho? Un comentario suelto en la conversación que sacó al escorpiano de su zona de comfort.

¿A mi? ¿Qué tengo yo para admirar?

Algo que había pensado pero de forma no intencional habría terminado por decir en voz alta. A lo cual el contrario diría ¿Qué no tiene para admirar? Ser tan independiente, tener un corazón tan puro y la capacidad de manejar tantas responsabilidades; y no sólo aquello, sino el simple hecho de ser él lo hace admirarlo, su forma de ser es simplemente tan única a sus ojos que lo hace pensar de esa forma mayormente especial.

Después de ese despojo de emociones por parte de Jisung, Minho no pudo hacer más que mostrar una leve timidez y susurrar un bajo gracias a su increíble acompañante.

No es nada, después de todo, es lo que pienso.

¿Qué había hecho para merecer a Jisung? En ese panorama tan calmo solo se preguntaba si cabía la posibilidad de que fuera un ángel, enviado para que pudiera ser feliz inclusive en situaciones tristes como la que estaba atravesando.

Aunque, sin embargo, también se dio cuenta que el tiempo era su mayor enemigo. Mientras el reloj de muñeca de Jisung marcaban las 23 horas, tuvieron que pararse y finalmente terminar de acompañarlo en el trayecto de regreso a su casa.

Al despedirse, con un simple abrazo que connotaba un sinfín de sentimientos aún no descubiertos. Con nada más que un simple susurro, Minho resumió lo que en aquél momento era lo más destacado de todo.

Gracias...

Y aún si el escorpiano no lo creía ese abrazo, ese susurro, ese tiempo que pasaron juntos comenzaba a surgir efecto en el contrario, quien sentía que cada segundo cerca del chico era como oro en polvo.

Sonriendo, ambos se despidieron y Jisung entró a su apartamento, logrando algo que hace tiempo Minho no había podido experimentar.

Minho había sonreído, pero sonreído de verdad.

Con pasos felices, sin prestar atención al resto de la ciudad, el dueño del café caminaba de regreso a su hogar con una gigante sonrisa y una mente llena de pensamientos entusiastas.

Agradecía en sus adentros que sus padres se encontraran ausentes, yendo directo a su cama para dormir lo antes posible, intentando soñar con aquellos momentos inolvidables de los que no se quería despegar.

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¡Buenas tardes! Disculpen que hay tan poco material en este cap, estoy con pruebas de mitad de año importantes y no quería estar tanto tiempo sin actualizar, ¡Pero cero preocupaciones! Que no me olvido de este fic no aunque quieran que lo haga jajajaja.

Espero estén teniendo días hermosos, ¡Me gustaría saber qué opinan de lo que va del fic!

Atte: Aus <3

A Love with Coffee Smell // MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora