𝟬𝟬𝟴 miradas

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CAPÍTULO OCHO

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Anoche apenas pisé mi cuarto realmente no le presté atención al celular a pesar de que, aunque lo tenía en silencio, podía escuchar como vibraba ferozmente sobre mi mesita de noche. Debía admitir que mi lado curioso me ganó por unos segundos ya que; al llegar nuevas notificaciones la pantalla de mi celular se iluminaba. Los primeros que ví de reojo fueron mensajes de Haerin y Soobin preguntándome por el grupo que habíamos hecho de los tres si estaba ya en casa y si tenía planes de contarles el ambiente tan incómodo en el que estábamos con los amigos de Yeonjun.

Ah, hablando del Rey de Roma.

Habían otros par de mensajes, de un número desconocido.

Alegaba ser "Yeonjun".

Qué emoción.

Luego vi otro montón de mensajes más, me habían agregado a un grupo y supuse que habían sido los chicos ya que realmente más nadie aparte de mis dos únicos amigos tenía conocimiento sobre mi número telefónico. Mensajes seguían llegando cada vez así que en la noche sólo opté por apagar mi celular para disponerme a dormir.

Hoy en la mañana Gowon entró a mi habitación para despertarme, escuchaba el bullicio de los platos y la voz ronca de Seojun a lo lejos. Realmente me costó salir de mi cama.

Mientras me alistaba para irme al instituto con los ánimos por el suelo trataba de no darle tanta vuelta al asunto de ayer, estaba cansada, y eso que sólo llevaba soportando a ese un par de días. Todo estaba mejor cuando admiraba a mi crush de lejos, la verdad.

Tomé mis cosas, junto con mi celular para bajar a la cocina donde estaban desayunando pacíficamente mis dos hermanos junto a mi madre los cuáles al verme me desearon los buenos días y me invitaron a sentarme.

—Te ves horrible— fue lo primero que dijo el mayor de los hermanos al verme.

—Tú eres más horrible, no sé cómo Jugyeong se fijó en ti. Patán— bufé tomando el bonito sándwich que se notaba a leguas que había sido preparado por mi mamá.

—Soy un buen partido, es que mírame— escuché a Gowon resoplar.— ¿Quién no quisiera estar conmigo?

¡Aigo! ¡Soojin! ¿Para qué le sigues el juego?— lloriqueó nuestra pequeña hermanita y escuché a mamá reír. Mientras que yo sólo solté una risita, al menos ellos me alegraban mi mañana.

—Ya cállate Seojunnie, come— señalé su plato con fastidio pero todavía seguía esa sonrisita en mi rostro.

Cabe destacar que el desayuno se basó en Seojun elogiándose a sí mismo como de costumbre, al parecer hoy estaba de buen humor. Me alegraba mucho, de hecho; desde que está con Jugyeong ha cambiado bastante y nos encanta que sea así.

Nos devuelven al Han Seojun de antes.

Una vez que terminamos de desayunar, ayudamos a mamá recogiendo la mesa mientras que Gowon se iba más temprano que nosotros a su colegio ya que tenía práctica de recital, mi hermano y ella estudiaban en el mismo instituto. Mientras que mamá y Junnie conversaban en la cocina un rato yo fui a verme en el espejo de la sala un segundo, en mi mente la pequeña vocesita fastidiosa que siempre estaba presente comenzaba a darme ánimos para que mi día hoy fuera perfecto y libre de idiotas de cabello castaño.

𝗟𝗢𝗩𝗘 𝗔𝗟𝗔𝗥𝗠, 𝖻𝖾𝗈𝗆𝗀𝗒𝗎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora