Light

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  — Joder... — Suspiró la rubia al ver que las luces de las casa habían sido apagadas derrepente.

Bajó las escaleras tan solo con la linterna de su teléfono encendida, se escuchaba la voz de su hijo en la habitación de este, así que tuvo que volver a subir, para que el pequeño no se quedará solo allá arriba sin luz.

— Mario... — Le llamo desde afuera, viendo como el pequeño de 12 años abría la puerta con su pijama de bolitas de fútbol, adormilado, se había levantado recién.

— ¿Sabes que horas son? — Preguntó soñoliento, estrujando con sus manos sus pequeños ojos.

— Creo que son las once y media. — Respondió, mientras veía la hora en el celular que tenía en la mano. — ¿Y Imantado? — Preguntó de nuevo sobre su hijo de 10 años, al no verlo con su hermano.

— Aún esta dormido. — Contestó, y al instante bostezo, contagiando a su madre, haciendo que la mayor también bostezara. — ¿Y papá? — Preguntó el mayor de los hermanos, haciéndole recordar a su madre el motivo inicial del porque había bajado las escaleras hace unos minutos.

— Debe de estar allá abajo. — Contestó. — Ve a la cama y enciende la linterna de tu lámpara, iré a buscar a Raúl. — Ordenó esta, mientras Mario, por el cansancio de ser interrumpido de su sienta, se adentro a su cuarto, cumpliendo lo recientemente dicho por la mayor.

Al bajar las escaleras, todo estaba en total oscuridad lo único que podía observar era lo que apenas podía alumbrar su celular. El calor del verano ya estaba llegando, a pesar de ser de noche, sentía que se moría de calor.

Al entrar a la cochera dónde se encontraba su marido, sintió como derrepente su cadera era agarrada. Para luego observar el cuerpo Raúl, sintiendo como este dejaba besos por toda la extensión de su cuerpo, haciendo que sin querer la rubia soltará un pequeño jadeo.

— Cariño. — Le llamó, sintiendo su respiración mucho mas pesada.

— Aprovechemos que los niños estan dormidos.. — Susurró Raúl, acercándose a la oreja de esta para moder su ovulo, haciendo que esta gimoteara gustosa.

— Es- Espera.. — Intentaba frenar los movimientos de su pareja, no podían hacerlo en un lugar tan estrechó y sucio. — Vayamos a dentro. — Sugirió la rubia, por fin pudiéndose separar de su pareja, para agarrar la mano de esta y subir las escaleras a la habitación.

Mientras subían las escaleras entre torpes movimientos, risas y acaricias. Otra presencia se hizo resaltar en el momento.

— Mamá, papá. — Llamó Axozer, el menor de todos, a ambos adultos. Al escuchar la voz del pequeño, se separaron de golpe, acomodándose la pijama, mientras se acercaban al pequeño.

— ¿Que pasó pequeño? — Le preguntó la de ojos azules, agachándose a la altura de su hijo.

— ¿La luz llegará pronto? — Preguntó el pequeño, acercándose a su madre para enterrar su carita en el cuello de está.

— Aun no lo sabemos cariño. — Esta vez respondió su padre, mientras le dejaba pequeñas acaricias a su hijo.

— Anda a dormir, si llega la luz, nosotros te avisamos. — El pequeño asintió, para luego meterse a su habitación de nuevo, pudiéndose observar en la abertura de la puerta como el menor prendía su pequeña linterna para volverse a acostar a dormir.

  Los dos adultos se miraron con complicidad, sonrieron al ver como la lujuria volvía a aparecer en sus ojos. Subiendo las escaleras ahora mucho mas rápido.

  Solo la pequeña luz que había era la del celular de Sara, que había sido prendida hace rato, más esta se había dejado olvidada en su bolsillo, sin embargo seguía alumbrando.

Little moments // "Biyinplay"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora