El chico de Kamuu (Borrador) [#1 Amor Online]

Capítulo 1

Como todos los sábados me preparo una copa de vino, me siento frente al monitor de mi computadora e inicio sesión en la App de citas online. Hecho un vistazo a los posibles matches cerca de mi zona, hombres muy distintos en edad, distancias y gustos. Siento que ninguno me gusta como para darle un me gusta, sé que soy un poco complicada en temas románticos y cuando vi una aplicación que asegura que puedes encontrar el amor de tu vida en pocas semanas, tuve que probarla.

Vuelvo a mirar los cientos de perfiles ¿por qué soy así de complicada? ¿Por qué no sólo puede venir un chico y gustarme? ¿Por qué no puedo gustarles a los chicos en la vida real?

¿Es porque soy gorda verdad?

El primer chico que me muestra la página de citas trabaja en "los borrachos del tablón" vaya a uno saber que carajos significa eso y tiene unos lentes color verde, espantosos. Yo no estaría con un personaje así ¡Candelaria, es por eso que no conseguís a nadie! Pienso.

Todos me parecen un desastre, estoy soltera no desesperada ¿no? El segundo tiene las cejas más depiladas que yo, ¡Qué vago más metrosexual! y tampoco estaría con alguien que se "cuide" más que yo. El tercero es uno que se llama "Hola soy Agustín" y no entiendo porque pero no me apetece, la verdad no estoy tan desesperada ¿o sí?

Así paso mi fin de semana, buscando un amor virtual con una copa de vino a mi derecha y unas frituras a mi izquierda. Escuchando "Éxitos argentina" de una aplicación sueca y eso es tan irónico. ¡Debo dejar de tomar vino tinto ahora mismo!

De pronto el sonido de la "muerte" se escuchó, sí, de la muerte de mi soltería. Emanuel de veinte años, sus fotos no son nada agradables y no entiendo que obsesión tiene el hombre con subir fotos de su miembro a internet. Bloquear por siempre, volver a servirme una copa de vino y terminar borracha en el sofá.

¡Vaya sábado! Les prometo que no todos los sábados me emborracho, solo algunos cuando la soledad me pega en el rostro y solo necesito alguien que me escuche.

Son las seis de la mañana y me llega la notificación "A Lucas Gómez, le gustaste. Descubre si te gusta" guardo el celular bajo la almohada y me quedo dormida. No sé quién es Lucas, pero seguro es otro enigma virtual y no tengo ganas de eso ahora.

La alarma me despierta a las once de la mañana, estoy un poco aturdida y siento que tengo una resaca terrible. Las náuseas me hacen correr al baño en busca de liberación, me siento en el suelo del baño y muy asqueada me lavo el rostro y la boca.

Tomo un efervescente para calmar a mi estómago y el dolor de cabeza. Prometo firmemente que no voy a tomar alcohol nunca más, bueno un poco estoy mintiendo y sé que voy a terminar nuevamente rindiéndome al sabor del vino tinto. El alcohol se ha convertido en parte de mi vida desde los catorce años, el tintillo no me deja y yo no puedo separarme ni una semana de su sabor. Esto me va a arruinar la vida, no creo que ahora y tal vez no mañana, pero en unos diez años veré las consecuencias.

Me miro en el espejo con mucho malestar, veo cuanto engorde en un año, rollos muy abultados y estrías muy marcadas por todo mi cuerpo. Pensar qué cuando era niña concursé en los certámenes de belleza, gané cientos y en mi adolescencia gane miles. Ahora tengo veintitrés y estoy más gorda que nunca. Al fallecer mi madre mi única compañera fue la comida, papá casi no estaba en casa, no lo culpo siempre estaba de guardia sanando a otras personas y yo solo me pasaba la mayoría de tiempo sola.

Recojo mi largo cabello negro con una bandita elástica que encontré en el baño y no tengo idea de donde están mis millones de colitas. Ya que por algún motivo las pierdo y luego termino comprando muchas más y es un ciclo sin fin. Me preparé un café para soportar este domingo tan horrible, me siento frente a la computadora y nuevamente vuelvo a entrar a la página de citas. Kammu.

"A Lucas Gómez le gustaste. Descubre si él te gusta"

Cierto que ayer me dio un me gusta pero yo no le di like, me quedé súper dormida y no le presté atención.

Entro un poco desconfiada a su perfil, veo sus fotos y no son como las de Emanuel de veintidós. No sé bien porque pero un escalofrío me recorre todo el cuerpo. ¡Está buenísimo! Dios, la virgen y todos los santos. Tiene el pelo castaño oscuro, unos ojazos verdes y en sus fotos sin camisa se nota que tiene un cuerpo escultural. Seguramente es un perfil falso, un invento de algún idiota y no voy a caer de nuevo en eso. No se van a burlar de mí, nunca más. Cierro la página web un poco confundida, algo triste también recordando el pasado y me pongo a mirar una serie en Netxweb.

Se hacen las doce del mediodía, suena mi celular y lo busco debajo de la almohada. Me parece muy extraño que alguien me mandara un domingo al mediodía, papá solo llama los viernes a la noche y no creo que fuera alguna emergencia.

Una nueva notificación de la aplicación.

Lucas Gómez te ha hablado: "Hola Candelaria ¿te parece si hablamos?" Sentí un calor en el estómago y no era la resaca.

¿Me habló? ¿Qué? Es lo único que mi cabeza piensa ¿Qué le pasa a Lucas? ¿Por qué tanto interés en mí? ¿Será otro chiste de mal gusto?

Tomé el celular con inseguridad pensando bien mi próximo movimiento, dudando si contestar o no y con nerviosismo me animé a contestarle.

No quisiera que me vuelvan a engañar, que sea tan duro porque soy un poco frágil e inestable.