Justo después, Grahim se teletransportó dentro del calabozo dejando a su alrededor una especie de aura brillante. Su mirada se clavó en mí, parecía estar sorprendido por mi mísera apariencia
-Parece que mis esbirros se lo pasaron bien contigo- comentó mientras se agachaba a mirar con detenimiento mis "piernas", o lo que quedaban de ellas- Deben doler,¿verdad?
Sí, por supuesto que dolían pero me dolía mas el corazón, estaba destrozado y no tenía gana alguna de responder a ese desgraciado demonio.
-He preguntado, ¿Qué si no te duelen las piernas?-exclamó mientras me retorcía éstas.
-AUUGHH- Pegué un alarido de dolor,se sentía como si fueran a separarse del resto del cuerpo.
-Sabes que los gritos no es lo que quiero escuchar. Haz el favor de responder como debes- endadado, continuó apretando mis extremidades más y más.
-... ... ... Si... Amo... Mis piernas...Duelen... -Murmuré-.
Inmediatamente soltó mis piernas para agarrarme agresivamente del mentón obligándome a mirarle a los ojos, esos desagradables ojos negros, llenos de oscuridad y de la maldad más pura.
-No te he oido bien. Habla más alto.
Era evidente que me habia escuchado, tan solo disfrutaba de verme humillado, reducido a un mero esclavo, que por no tener, no tenía derecho a andar.
-Si, Amo. Mis piernas duelen.
-¡Muy bien! Solo hace falta un poco de mano dura contigo, pero ya te empiezas a comportar como debes. Me gustaría sacarte de aquí y empezar con tu adiestramiento ya mismo- dijo con una sonrisa enfermiza mientras acariciaba mi rostro- pero como comprenderás me has desobedecido y los jóvenes rebeldes merecen un castigo ¿no es asi?
-Si, amo...
- Aunque, primero que nada creo que me debes una disculpa por todo lo que has hecho, ¿No creés?
-... .... ...
-¿Cómo dices?
-Si amo, discúlpeme...
-Las palabras no me bastan, vas a tener que ganarte mi perdón.
Acto seguido,con una mano me agarró fuertemente de la barbilla obligándome a mantener la boca abierta y con la otra mano agarraba su miembro erecto. Todo sucedió muy rápido y a la que quise reaccionar estaba totalmente a su merced.
Cerré los ojos, era repulsivo y nauseabundo, cada embestida me provocaba una gran angustia. Tan solo quería que me dejara en paz.
-Ni se te ocurra morderme, o tendré que arrancarte los dientes uno a uno.
Me era imposible defenderme, mantenía su mano firme impidiéndome incluso mover la barbilla. Parecía que en cualquier momento, se me fuese a desencajar la mandíbula.
Finalmente eyaculó. Se separó de mí y se avió. Yo, que no pude aguantarlo más vomité y mientras Grahim me miraba dijo.
-Ya ni siquiera te resistes. Que desperdicio. Pensaba que un joven como tú, con la sangre que corre por tus venas, tendría más fuerza de voluntad, pero parece que tan solo un par de mis "lecciones" han sido suficientes para convertirte en un muñeco de trapo. La verdad es que me sorprende como a un insecto tan débil como tú los consideran héroes en tu tierra. Patético. -volvió a acercarse a mi rostro- Ahora voy a irme, pero volveré para cuando hayas aprendido la lección. Mientras tanto no te diviertas sin_
Con la poca fuerza que me quedaba le escupí en la cara, sabia que nada bueno seguiría después pero me negué a dejarle pensar que habia ganado. Esto terminaría con uno de nosotros dos muertos, y no pensaba ser yo.
-¡Maldito niñato desagradecido!- Exclamó mientras encajaba su puño en mi ojo derecho- Te juró que en tu próxima insensatez, no seré tan benevolente. Tienes suerte de que hoy esté de buen humor.
Tras dirigirme esas últimas palabras abandonó de nuevo el calabozo dejándome finalmente solo.
Sentí un profundo alivio, y aproveché ese momento para reposar, intentar dormir un poco y rezar por que mi amoratado y maltratado cuerpo sanase pronto.
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En el Templo del Tiempo [Ghiralink]
FanfictionLink está en el templo de la contemplación, apunto de abrir la puerta donde se supone que se haya Zelda, pero cuando entra no es a ella a quien encuentra sino a un hombre de pelo blanco... (Grahim)...