En el Templo del Tiempo [Ghiralink]

El esclavo de Grahim

No se en que estaba aceptando cuando acepte esa propuesta, más bien amenaza, bueno la verdad es que si que lo sé, no quería que le hicieran daño a Zelda y me iba a sacrificar por ella.

Grahim me agarro la muñeca y me empujó hacía él, estábamos muy cerca, podía sentir su corazón palpitando y apuesto que él podría sentir también mi corazón que se aceleraba cada vez más. Levantó mis manos y las colocó en su pecho, nuestros dedos se entrelazaron y desaparecimos dejando un rastro de diamantes, creo que me quedé inconsciente en el viaje porque cuando desperté me encontraba en una nueva habitación está era muy pequeña y de piedra con una puerta, una pequeña ventana con barrotes, y una cama si es que a un colchón en el suelo se le puede llamar cama.

Intenté levantarme pero algo me lo impidió, mire hacia abajo y a parte que llevaba solamente mis pantalones tenía un grillete que me sujetaba el pie derecho y me impedía cualquier intento de escapar, me sentía como un lobo al que hubieran impedido correr libre por el bosque.

Me peiné el flequillo hacia atrás cuando entonces apareció otra vez Grahim, pero en esta ocasión iba sin la capa y llevaba una malla que le cubría todo el cuerpo pero dejaba al descubierto su pecho, se había teletransportado a mi lado y sus labios estaban extremadamente cerca de mi oreja y podía escuchar su voz perfectamente, una voz muy masculina y atractiva.

-¿Qué te parece tu nuevo dormitorio?-preguntó mientras reía.

-Grahim, suéltala -le ordené.

-¿Tan pronto?-dijo en tono sarcástico- Primero nos divertiremos un poco Link.

Grahim comenzó a lamerme la oreja, su lengua era larga y viscosa, era algo realmente repulsivo y un escalofrío recorrió mi cuerpo, rápidamente me aparte de su lado pero el se puso de rodillas y se subió encima mío, me levantó lo barbilla y sus labios se acercaron a los míos, por suerte no llego a besarme, simplemente se quedo mirándome y riéndose hasta que se fue.

Me asustó mucho la reacción de Grahim y pensé que el trabajo de esclavo no era servirle si no más bien satisfacer sus necesidades más íntimas... es decir, ser su esclavo sexual.

Me levanté y vi que la cadena era lo suficientemente larga para dejarme mirar por la ventana pero escuché unos gritos que venían del pasillo.

-Jajajajajaja, buenas noches Zelda.

Era la voz de Grahim.

-D-Detente por favor- la voz entrecortada de Zelda contestó.

-¡Déjala en paz Grahim! Me lo prometiste -Le grité.

-¿Link... eres tú?-Me preguntó Zelda.

-Sí, soy yo -le respondí- voy a salvarte de este enfermo

Grahim dejo de hablar y de un portazo abrió la puerta de mi celda, estaba furioso, se veía en sus ojos, su ceño fruncido y sus dientes apretados.

-Estoy harto de ti -me dijo mientras me levantaba del cuello.

Yo le cogí la mano intentando que parara o me mataría y ni él ni yo queríamos eso, me soltó. Dos bokoblins se acercaron, uno me ató las manos a la espalda y otro me rompió la cadena del pie y pero seguía con el grillete, salimos de la celda y entramos en un gran pasillo, miré como Grahim daba ordenes a sus esbirros de que entraran a la de Zelda y luego solo se escucharon gritos y gemidos. Ya no dije nada, estaba asustado y temía que si decía algo fuera peor para mi y para Zelda así que seguí a aquel hombre alto de pelo blanco hasta que entramos a una habitación más grande y muy oscura.

-Ahora vas a ser tratado como debes, Link- volvió a reírse y cerró la puerta.