En el Templo del Tiempo [Ghiralink]

Reencuentro

Me metí dentro de la bañera y el agua estaba muy caliente, casi quemaba pero no le di importancia, lo más importante en ese momento era librarme del aroma de Grahim. Vi que había una silla justo enfrente mío, donde había ropa, muy parecida a la que llevaba en Altarea y una nota de Grahim diciéndome que era la ropa que llevaba antes. Tuve un momento muy tranquilo donde estuve meditando las palabras que repitió Grahim, iba a volver a ver a Zelda.

Un es calofrio recorrió mi cuerpo y sentí que algo estaba mal, pero sabía el qué. Me sumergí en el agua para lavar mi cabello rubio y cuando ,me dispuse a salir fue cuando escuché unos gritos, eran obvio que eran de Zelda así que me vestí con la ropa, efectivamente era la misma ropa que llevaba en Altarea lo que pasa es que la camisa me venía mas ajustada, eso se debía a que llevaba un mes aproximadamente buscándola y mi musculatura había aumentado.

Los gritos no cesaban y busqué de donde provenía la voz, era de detrás mio, había una puerta así que me adentre en ella para ver si encontraba la encontraba.

Entre con los ojos cerrados, estaba bastante asustado por si encontraba alguna escena extraña y no los abrí hasta que sentí como algo me abrazaba la cintura y empezaba a llorar. Abrí los ojos y vi a Zelda, le devolvi el abrazo. Cuando nos separamos vi que tenía un aspecto descuidado, estaba muy delgada y con el cuerpo lleno de de heridas y marcas de haber estado atada por las muñecas y los pies, me dio vergüenza mirarla, solo llevaba puesto encima una túnica llena de agujeros y arañazos.

-Link... -pronunció mientras me acariciaba una mejilla.

-Zelda, juré que iría a por ti y ahora puedo decir satisfecho que te he encontrado- le explique mientras intentaba calmarla con una sonrisa.

Ella volvió a llorar y yo le sequé las lagrimas, su piel seguía siendo igual de suave como recordaba era como acariciar una tela de seda.

-Ahora estamos juntos, ¿vale? Todo va a salir bien, no tienes por que llorar Zelda, saldremos de esto...

-Pero Link... Grahim es muy poderoso te haría daño a ti también- dijo Zelda.

-A mi no me importa lo que pueda pasarme. Tú eres más importante, si es necesario arriesgaré mi vida por ti... Por que somos amigos ¿No es así?-le pregunté.

Amigos... Zelda mi amiga... yo sentía algo mas por ella pero la pregunta era si ella sentía algo también por mí...

-Es...verdad -el rostro de Zelda se entristeció y miró para abajo evitando mi mirada.

-Bueno creo que lo mejor ahora sería pensar en un plan para escapar de aquí ¿no crees? Debería ir fuera para ver si encuentro alguna salida- le propuse.

Fue un momento muy incómodo para ambos por lo que opte por darme la vuelta y caminar hacia delante para salir de la habitación en busca de una puerta o ventana que comunicara con el exterior pero Zelda me agarró de la muñeca y me detuvo. Yo me giré y vi se acercó mucho a mí...

-Link... yo...

-Zelda no te preocupes volveré es una promesa- le sonreí.

-No es eso...

Zelda cerró los ojos y yo cerré los mios emtonces, me besó... Zelda sentía algo por mí... Se separó y yo me sonroje, ella desvió la mirada.

-Lo siento, tenía que hacerlo -me explicó.

Yo no tuve el valor necesario para hablar, para explicarle que la quería a si que simplemente le devolví el beso solo que está vez no fue un tímido beso fue uno apasionado, nunca pude pensar que besaría a Zelda ni que ella me querría.

-Te quiero Zelda -le susurré.

-Y yo a ti Link- contestó.

Todo era tan bonito ella y yo declarandonos nuestro amor, todo era perfecto por un momento pensé que estaba en el paraíso pero duró muy poco ya que detrás de Zelda apareció un aura de diamantes que no podía significarse otra cosa, Grahim nos había estado escuchando.

-Vaya, vaya, vaya... los tortolitos se han encontrado ... Esto me va a dar dolores de cabeza... Ya no se van a querer separar... ¿Qué debería hacer con ellos, matarlos a los dos, separarlos para siempre, matar a uno y al otro dejarlo con vida o tal vez castigarlos juntos?-Dijo Grahim con tono sarcástico.

Parecía que no nos iba a dejar escapar y me aterrorizaba no cumplir la promesa que hize con Zelda.