2. Momentos incómodos.

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Ray tenía cinco años. ¡Era el día perfecto para dibujar!
Los fines de semana Ray tenía la costumbre de juntarse con sus padres cuando estaban ocupados en sus proyectos artísticos, y estos no la dejaban de lado nunca; preferían tener a la pequeña cerca para mantenerla vigilada y que no cometiera ninguna travesura a lo lejos. Sorprendentemente, Ray se quedaba tranquila cuando estos estaban haciendo sus trabajos y los observaba detalladamente con tanta curiosidad, y comenzaba a imitarlos. Esto se tornó una acción muy graciosa para los dos, ya que cuando Ray veía a Deidara moldear arcilla, el rubio le regalaba un poco para que creará lo que ella quisiera, intentando imitar las esculturas de su papá, siempre terminaban desproporcionadas ¿Pero para Deidara...? ¡Era el arte más hermoso que haya visto en su vida.

Sasori siempre le dejaba a la pelirroja algún juguete pequeño hecho en madera, normalmente trompos, muñecos, o quizás unas hojas para dibujar... Era más cauteloso con su trabajo porque tenía herramientas un poco filosas y prefería mantenerla alejada del proceso.

Termino siendo una hábito familiar. Se colocaban a trabajar en la sala para mantenerla con ellos.

Y era lo mejor...

Al haber adelantado sus trabajos, Deidara y Sasori se acostaron en el suelo para acompañar a Ray donde estaba dibujando, aún no terminaba su gran obra.

En el proceso los dos se pusieron a dibujar a su lado. Deidara dibujaba un ratón en patineta, mientras que Sasori estaba haciendo un bodegón de frutas como naturaleza muerta.

Ray hacia a su familia. Dibujandose con sus padres y su querida gata llamada Calí, también su casa, el cielo, las nubes y el sol brillando —con unos lentes de sol puestos—.

Todo marchaba bien, hasta que Ray se equivocó de marcador y trazo una línea sin haberse dado cuenta

—¡No! —gritó.

Ambos padres voltearon a ver a su hija y Sasori se cercioró de lo que pasaba.

—¡No puede ser Papá! ¡¡Lo arruine!! —se tomo de los cabellos con una cara trágica, parecía llorar en cualquier momento— ¡¡Ya no tiene arreglo!!

—Claro que si tiene arreglo cariño —le regalo una sonrisa y tomo delicadamente el dibujo. Si se había manchado la hoja, pero nada que no pudiera arreglar para Ray—. No es para tanto...

Sasori le dio un beso en la frente a su pequeña y comenzo a ayudarla con tanta paciencia, la que irónicamente no solía tener en el pasado.

«¿Quien lo diria...?» observó el de ojos zafiro.

La pelirroja se había calmado viendo cada acción de Sasori con los dedos cruzados. Para ella era como si su padre fuera un médico que estaba tratando de revivir a alguien de la muerte. Según Ray, su padre Sasori lo puede todo.

—¿Sabes? Creo que con un poco más de color estará mejor, para opacar esa mancha ¿No lo crees Ray? —comento.

—¡Ah, tienes razón! —se resalto—. ¡Esperen aquí! ¡Iré a buscar mis crayones! —la pelirroja se levanto del suelo de un brinco y  corrió hacia su habitación

La pareja de artistas soltaron un par de risas al ver a su hija tan emocionada después de una gran tragedia

—¿Ahora tienes tanta paciencia, eh? —bromeo Deidara a punto de reírse.

—¿Estas celoso de tu hija? —pregunta Sasori con una sonrisa ladina.

—No digas tonterías, hm —le devolvió la mirada

Se acercaron... se vieron a los ojos unos segundos. No evitaron seguir sonriendo de cerca y aprovecharon el momento para darse un pequeño beso rapido.

Para la mala suerte de ambos, Ray los pilló al regresar en ese instante, a pesar de que solo fue un beso de un segundo, o tal vez eso pensaron embobados viéndose el uno al otro y el tiempo se les fue.

—¡Oigan, dejen de besarse! —hizo una mueca fingiendo asco.

Para Ray estas cosas aún le parecían asquerosas. Según ella, jamas besara a un chico y ni tendrá novio, pero claro, esto es típico en los niños.

—Oh... ¿Entonces no quieres que ame a mi esposo? —pregunta Sasori, sonriendo y con una  ceja alzada

—Si quiero pero... ¡No quiero que se besen! ¡Eso muy asqueroso!

—¿Tu crees eso? hmm.

—Deidara —pronuncio fuerte Sasori.

El rubio lo miro de reojo y había entendido a la primera lo que su pareja quería hacer...

De repente, ambos se juntaron mucho y fingieron que se iban a dar un gran beso inesperado.

—¡NOOOOOOOOOOOOO! —grito Ray, la cual salió corriendo de la sala sin ver un segundo.

Ambos se separaron sin contener las risas y se levantaron a buscarla.

Al volver a encontrarla, Deidara cargo a su mocosa para que ambos le dieran un lindo beso en cada mejilla...

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Espero te haya gustado uvu

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The True Form of Art | SasodeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora