1. Él inició de lo que estaba roto

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CELINE

-¡Joven Celi! ¡Joven Celi!- exclamó la voz de la criada trayendo el vestido que usaré esta noche.

Me fijé en mi piel impoluta, mi brillante cabello dorado cuyas ondas se encargaron de perfeccionar y acentuar, tomé con fuera el cinturón de mi bata satén color melocotón.

De pronto, llegó ella Rosé, sus cabellos chocolate rebotando mientras se acercaba a mi con paso apresurado, tocó mis manos temblorosas.

-Estás tan bella, te conozco desde que naciste y siempre fuiste una niña tan linda, mírate ahora, toda una mujer

Me hizo un poco feliz sus palabras, dejé salir un suspiro pesado, no logré dormir bien la noche anterior.

Rogaba que mis padres no vieran mi aspecto negativo, los reproches de mi madre o los gritos de mi padre.

Me dispuse a cambiarme, el vestido era muy bello pero sutil, lastimosamente no era mi estilo.

Celeste y blanco.

Rosé me ayudó a acomodar la zona del busto y la falda, los hombros caidos parecían flores.

Me hacía ver virginal.

Reprimi una risa, ya que más alejado de la realidad no puedo estar, vinieron recuerdos de como fue mi primera vez con aquel joven aprendiz de la biblioteca cuando cumplí los quince ¡que inocentes e inexpertos eramos! por desgracia, nuestro romance juvenil terminó cuando mis padres se enteraron debido a ciertas sospechas, jamás supieron que le entregué mi cuerpo a él. Aún así, eso no evitó que me dieran una gran reprimenda, no querían golpearme ya que no querían causar daños visibles en mi cuerpo.

Mi cabello estaba suelto y llegaba un poco más abajo de la cintura, a pesar de lo anticuado del vestido tenía que admitir que se moldeaba mi figura.

¿Como será Ryle? ¿Como será tener a un Mer cerca?

Había oído que la familia real de los Mer vivían en su castillo bajo el agua, y que les encanta la música.

¿Nuestra boda será bajo el agua?

La emoción me llegó al pensar en ello.

Mi madre es una Mer, ella se ha encargado de que aprenda las leyes de aquel lugar y sus costumbres ¿cómo se puede saber tanto y tan poco a la vez?

"¡Celine, haz las cosas bien esta vez!" La voz de mi madre vino a mi cabeza.

"No nos avergüences" mi padre con su tono de voz autoritario mientras tocaba mi hombro con firmeza.

El miedo volvió a mi cuerpo.

Lo que comenzó con escalofríos terminó con mis lágrimas derramándose en la falda de mi vestido.

Rosé me miró con dolor en sus ojos.

-Ven aquí niña, no dejes que mi hermana te vea así.

Abrió sus brazos para rodearme con ellos, haciéndome sentir una calidez en el pecho.

Que suerte tengo de tenerte, tía Rosé.

Una PASIÓN más PROFUNDA (0.5) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora