2. Los amantes

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RHAEGO

El sol hace acto de presencia mostrando sus primeros rayos de luz desde el horizonte, me giré para contemplar a mi amada compañera yaciendo sobre la inmensa cama, su piel pálida descubierta dejando ver leves marcas del acto que hicimos anoche.

No pude evitar sonrojarme y reír internamente al recordar lo que habíamos hecho, me incliné apartando su cabello rubio platino rozando sus pequeños cuernos negros y besé su frente.

Emitió un suave gemido cambiando su postura para quedar boca abajo, dirigí mi vista traviesa a la parte baja de su cuerpo igualmente expuesta.

-No deberías provocarme así, querida- susurré cerca de su oreja arqueada.

Ella río, poniéndose de pie caminando hacía el cuarto de baño.

-Debo darme un baño, tendremos una reunión.

Me miré al espejo, hoy decidí usar solo una camisa blanca, pantalones marrones y unas botas. Cepille mi cabello blanco hasta los hombros, tal vez no deba usar maquillaje para acentuar mis ojos verdes, decidí optar por algo más 'casual'.

La voz de mi esposa me trajo a la realidad.

-Rhaego.

Lucía radiante, su vestido rojo vino con mangas largas y cuello descubierto, su largo cabello ahora recogido con trenzas y esos bellos ojos ámbar.

Vivianne WinterThorn, mi reina.

-Necesitaré que me ayudes- se volteó mostrando su espalda descubierta y cordones.

Me acerque besando lentamente su nuca hasta llegar a la vena palpitante de su cuello, colocó una mano en mi rostro alejándolo mirándome risueña.

-Ah, no. Tu oportunidad se fue ayer.

-¿Así?

-Tendrás que esperar hasta esta noche.

Rodé los ojos.

-Bien.

Este día si será ocupado.

[...]

Efectivamente, que día agotador, pienso seriamente en dejar esas infernales reuniones del consejo, de todos modos nunca llegamos a un acuerdo.

La noche cae, otro día que se va y no hay soluciones para el pueblo, como siempre parece no acabar nunca. Cierro las cortinas de la ventana y abro las de mi cama viendo a Vivianne mirarme fijamente con su camisón blanco.

Ella toma mi rostro suavemente entre sus manos y me besa, lento al principio para terminar en juego de lenguas.

De repente se detiene, mirándome con ojos preocupados.

Ámbar y verde conectándose.

-¿Sigues mal por lo de hoy? ¿la reunión?

Llevé una mano a mi cabeza soltando un suspiro.

-Sí, pero ahora lo que menos quiero es pensar en eso.

La atraigo para continuar nuestro beso, ella se sube a horcajadas en mi regazo y yo le quito suavemente aquel camisón dejando totalmente expuesto su cuerpo.

La luz de la habitación era tenue, aún así podía ver las suaves pecas rodeando sus senos y parte de su rostro ahora sonrojado, besé el espacio de en medio para continuar llevándome uno a la boca.

Una PASIÓN más PROFUNDA (0.5) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora