Ella

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John



El sonido de sus pasos acaloró mis mejillas, detonó mis nervios y paró mi respiración. Después de todo, ella me encantaba; su forma de resoplar, la confianza con la que se desplaza, su manera de sonreír, el hoyuelo en su mejilla, la falda enfundada a su cintura, que no se abroche el último botón de la camisa y me deje observar su cuello...

Busqué respirar por la boca a toda potencia cuando pasó por mi lado dedicándome una linda sonrisa. Mis piernas ya no quisieron sostener mi peso...

La gravedad se había extinguido, pero esta me impulsaba hacia abajo.

Respiré profundo y le di una mirada desde su cabeza a su espalda y un poco más...

Maldita sea.

Es tan hermosa como...como las mariposas que salen del capullo, como el sol después de la tormenta, como la respiración sin silbidos después de superar la bronquitis...

Es...es perfecta.

—¡Hey, John!, hay fiesta en mi casa hoy —anunció una voz grotesca, la voz de mi mejor amigo—. ¿Te apuntas?

—Allá me verán.

Un mundo para los dos ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora