Future walls.

Capitulo 9

Tengo que salir de aquí, tengo que despertar lo mas pronto posible, pero... ¿como salgo de aquí?.

Me levante de la cama después de que la pesadilla me aventara, me dolía la muñeca, creo que caí con la muñeca y me la doble, pero eso no importa ahora, lo importante es salir de aquí. Me quede mirando los ojos rojos del miedo, y empecé a caminar al rededor de el, el me seguía con la mirada.

Cuando supe que era el momento indicado, me abalanze sobre el ,provocando un ruido muy fuerte cuando caímos, puse mis manos alrededor de su cuello, haciendo que soltara un ruido abogado, parecido a una risa. Lo estaba ahorcando con todas mis fuerzas, pero el simplemente se reía ahogadamente, como si supiera lo que pasaría después. No se como, pero con un movimiento, quito una de mis manos de su garganta, traté de poner mis manos sobre su cuello otra vez, pero el fue mas rápido que yo, se puso encima de mi, me estremeci cuando sus ojos color carmesí me reflejaron; patee y arañe, pero eso solo lo enfureció mas.

Trate de quitarmelo de encima, pero claro, falle en mi objetivo, me estaba muriendo, mis pulmones se cerraban, estaba desesperada, tenia que vivir, ¿se podrá morir en un sueño?.

Intenté quitarmelo de encima, pero conforme mas esfuerzo hacia, mas débil me hacia, me faltaba mas el aire. La vida salia de mi cuerpo poco a poco, sentía como cada gota de alegrías salia de mi ser, dejando un profundo hoyo, y siendo rellenado por un miedo mas profundo que el que jamas haya sentido.

La vista se me empezó a nublar. Justamente cuando pensé que iba a morir, el sueño cambió.

Ahora estaba en una habitación negra, me encontraba sentada. Había un hombre sentado en una mesa enfrente de mí, solo me miraba, su cabello estaba peinado para atrás y llevaba un traje negro, sus ojos me miraban como si fuera una golosina esperando para comerme.
-Srta.rose, acusada por asesinato, tener sentimientos y reacciones cariñosas hacia otro individuo de la RED, y aparte tener un libro.- dijo el hombre.
-¡¿Que?!, ¡no! Yo no debo estar aquí
-Eso dicen todos a señorita, ¿tiene algo que decir en su defensa?-
- Si, que yo no debo estar aquí, yo nunca hice nada de esas cosas, bueno casi ninguna-
-Lo siento, señorita
De repente el sueño cambió, otra vez, ahora estaba en un patio, estaba lloviendo; dos guardias me sostenian de los brazos que estaban en mi espalda.
¿Que estaría haciendo ahí?.

Mi corazón dio un vuelco cuando vi que Tom, venia hacia mi, con los guardias detrás suyo, como en mi caso. Solo que no estaba como lo recordaba, estaba todo sucio, su ropa hecha arapos. Tenía un moretón en el ojo del tamaño de una bola de béisbol y su labio sangraba. El iba con la vista baja, pero en cuanto me percibió alzo la vista y se le ilumino el rostro, y sus ojos brillaron.

Me dedico una sonrisa de tristeza, como si fuera a pasar algo malo pronto, sus ojos empezaron a lagrimear, mientras observaba mi rostro como si fuera la ultima vez que lo fuera a ver, ¿ que le pasa?.

Los guardias solo hablaban entre si, mientras Tom y yo intercambiábamos miradas y sonrisas compasivas. En fin, como cada momento bonito, termino, ya que uno de los guardias, jaloneo a Tom y lo puso de rodillas en el piso, se repitio el caso conmigo.

-A ver niña ¿por que no vas con tu noviecito?, si es la ultima vez que lo veras ,te conviene- dijo, a la vez que se reía burlonamente, ¿acaso dijo que era la ultima vez que lo vería?.

- Idiota,callate. El Unico dijo que tenia que ver como lo matamos, sin ninguna cursilería, imbecil.- mencionó otro guardia.

- ¿ No debia dolerle a el? Deja que hagan sus cosas para que le duela mucho. Agregó otro guardia.

El segundo respondió: - bueno, así a lo mejor el Unico nos pague, haciendo todo a la manera del Unico-

-No, aun así le dolerá, ya sabes... por el bebe, podemos matarlo tambien- menciono emocionado el unico guardia que no había hablado

- ¿sabes? West tiene razon, ya matala a ella mejor, y luego encierra al chico en su celda con un arma y que el se quite la vida, así habrá menos trabajo.-

-vale- el guardia apuntó con su arma y jalo del gatillo, provocando en mi vientre un dolor agudo y fuerte. Me había matado.