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Seungwan estaba feliz, mientras tarareaba una bonita canción caminando por esos oscuros pasillos, siendo ella la única luz que se podía notar, siendo ignorada.
No le importaba, no ahora.
Sus manos estaban coloreadas de azul y otros colores, junto con su cuello donde se movía al compás de su caminar aquel delicado y dorado collar; aunque la castaña no lo había notado, estaba centrada en un solo objetivo.
Declararse.
Tomaría valentía y le diría a Joohyun todo lo que ha estado sintiendo por ella desde niñas, mediante una carta y un lindo dibujo que ambas habían hecho de pequeñas, decorado ligeramente para tenerlo en un marco de fotos azul, trayendo recuerdos cálidos a su mente.
Una muestra pura de amor y cariño.
Seungwan tenía cada cosa que ambas habrían hecho de pequeñas.
Entró a su aula respectiva, saludando a todos sus compañeros animadamente siendo poco respondida, se dispuso a ir de buen humor este día.
Vió a Joohyun en su asiento correspondiente, y se acercó a saludar.
—¡Hyunnie unnie!— le sonrió y saludó con la mano. Se fue después de unos segundos, sin esperar nada a cambio.
Al empezar la primera clase, no podía estar más impaciente a que terminará la última para poder así hablar con Joohyun. Sentía mariposas, y flotaba en una nube.
Este día, Joohyun y Seulgi actuaron como normalmente lo hacía, y esto tranquilizo un poco a la menor.
Sus compañeros normalmente bromeaban y tomaban el asunto todo el tiempo, pero esta vez nada.
No habían comentado nada respecto a ellas.
Solo encargados en sus asuntos o directamente con sus típicas bromas.
Todo estaba como antes.
Y eso estaba calmando un poco a Seungwan.
[🖤]
Cuando todo acabó, Seungwan perseguía a Joohyun a la salida, la mayor había salido un poco antes que ella.
Caminaba rápido pero con cuidado para que aquel regalo no se estropeara en su mochila.
Nadie podría saber que estaba por hacer.
Iba recordando su infancia con Irene, la pelinegra le ayudó tanto.. Seguramente no hubiera soportado el colegio si no fuera porque, simplemente, allí Joohyun la esperaría en la entrada. La mayor, era extremadamente embriagadora, unos ojos tan lindos y finos que iluminaban la noche, sus labios formaban la sonrisa más encantadora que Seungwan alguna vez había visto, y con una voz que la enloquecía.
Wendy quería todo con Irene.
Quería sentirla, desde el cabello hasta los pies, conocerla aún más que una amiga, inundarse de ella.
Llenarse de ella.
Logró llegar hasta la pelinegra a mitad de la acera, chocando con su espalda.
Esta giró de inmediato, con una mirada un poco asustada y confundida, calmando un poco al notar a la castaña. Se alejó de inmediato, en una distancia considerable.
—..T-tengo que decirte algo.— dijo tímidamente con un sin fin de nervios, quitó un momento su mochila para buscar la carta.
Intentaba evitar soltar una risa de felicidad y nerviosismo.
Joohyun olía bien, y eso a Seungwan le encantaba.
—Yo también debo decirte algo, Wen.
Chocaron miradas.
¿Sería posible..?
La curiosidad y los nervios invadieron su ser.
—Lamento no haberte dicho esto antes, pero tenía mucho miedo a tu reacción.
—Estoy saliendo con Seulgi.
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