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Seungwan estaba atacandose así misma con razones de porque las personas querrían alejarse de ella.
Tomando como ejemplo a Joohyun.
¿Que sucedía con ella?
Se rebuscó durante todo el día, hallando todas sus coherentes razones, diciendo un "sí" a todos sus defectos.
Necesitaba hacer algo, no aceptaría perder a Joohyun solo por sus cosas.
Si Irene quiere un cambio, entonces se lo dará.
Aún si está no le ha hablado en días. ¿Será que habla mucho?
Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido del timbre retumbando sus oídos.
Bajo a paso lento hacía la entrada, pensando en cada detalle imperfecto de su ser.
Estos gritaron aún más al ver a Joohyun frente a ella.
—Hola Seungwan.
La nombrada dejó escapar un suspiro, su mirada perdida y sin brillo viendo directamente a la causante de su sufrimiento.
—Unnie..— no tenía palabras, no sabía qué decir. Se golpeó mentalmente por ello.
—Espero estés bien.— una sutil sonrisa en sus labios invadieron el pesado corazón de Seungwan —Haré esto rápido, no quiero rollo.— y se dispuso a buscar en su bolso alguna cosa.
Ya en sus manos, un brillo hizo a los ojos de Seungwan despertar.
Un estuche pequeño y azul extendiéndose hacia la despeinada castaña.
—Quería disculparme, por.. lo ya obvio.— ligero encogimiento de hombros y mirada desinteresada activaron todos los sentidos de la menor.
Lo recibió con cariño, con amor. Su mente procesando todo.
Y de repente ya la mayor se había despedido, viéndose tan lejos a la vista de Seungwan, se perdió por un momento.
Y eso fue suficiente para hacer que Seungwan tomará una decisión, con una pregunta ignorada en su mente.
"¿Específicamente de qué te disculpas?"
Ese obsequio fue una sutil frase para decir "Ya no más"
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