Liam:
—Chssst.— me despierto al escuchar ese susurro por tercera vez.
—Megan.— digo dándole toques a mi mujer que duerme boca abajo, su pelo casi negro por la oscuridad tapándole la cara.
—Mmm.—murmura en sueños. Joder.
Le bajo mi sudadera por si acaso y voy a abrir. Marlene entra por la puerta inmediatamente.
—Tienes una manía de entrar a nuestra habitación.— le digo en voz baja. —Estás bastante activa para ser las dos de la madrugada.
—Megan y yo debemos hablar.— dice tajante.
—Marlene, mira a tu hermana, parece que está muerta cuando duerme.
—Megan, Megan, Megan.— la sacude.
—Déjala, lleva unas semanas con muchas emociones.
—Si y con mucho folleteo creo yo.— dice con parsimonia.
Ruedo los ojos. Megan se remueve en la cama y mueve el brazo hacia el lado de la cama buscándome.
Cuando no toca nada se da la vuelta y se asusta al vernos.
—¡Parecéis psicópatas!
—Lo primero. Voy a intentarlo con Matteo.
Mi esposa la mira intentando asimilar sus palabras mientras se coloca el pelo enredado.
—Vale, bien— responde sin mas,
—¿Por qué todos respondéis lo mismo? Bueno, escucha. He soñado de nuevo con el día del accidente.
Megan me mira. Luego regresa a Marlene para que continúe.
—Era lo de siempre. Salvo... un dato... curioso.
—Habla, Marlene.— Megan parece asustada.
Tal vez es algo que haya dejado atrás. Pero atrás quiere que se mantenga.
— Mamá me dijo... No estoy segura si sea verdad...
—¿Qué dijo?
Me mantengo al margen.
—Que Zack y Sarah no son nuestros verdaderos hermanos.
Silencio.
—¿Somos adoptadas?— pregunta mi esposa.
—Eh... pues no lo sé. O lo son ellos. O no sé no recuerdo nada...
—¿Me dejáis encargarme a mi?— interrumpo.
Las dos me miran.
—Ten cuidado con qué no sufran de más.— Megan me mira con preocupación.
—Mañana nos quitaremos de dudas.— aseguro.
Miro a Marlene esperando a que se vaya.
—Oh, que es secreto. Entonces me voy a la cama...
Megan y yo nos quedamos solos. Vuelvo a meterme en la cama.
—Nunca llegue a imaginarme esto. Mis padres nunca...
—Meg, averiguemos primero si es verdad, sabes que luego de una situación de trauma como la que vivió tu hermana los recuerdos se mezclan y se borran. Mañana veremos, solo duerme.
Suspira y se arrima a mi.
—Te quiero.
—Yo también te quiero.
~
Me desperté antes que Megan. Coloqué una almohada simulando que seguía allí, ella solía darse cuenta enseguida cuando no estaba en la cama.
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TÚ Y YO, UNA VEZ MÁS
Random•NOSOTROS II• Ahora sus vidas han cambiado. Viejos problemas se presentan pero ahora están más preparados. Solo tienen que asegurarse que las grietas que tienen dentro no se abran al destape de los enemigos y se cierren una vez más.