Matteo:
—¿Solo doy vueltas o...?— miro a Marlene que mira a la nada.
—¿Por qué ya no os queréis?—la voz de Stella resuena en el coche.
Miro el espejo retrovisor y veo como Stella llora silenciosamente. Mi niña. Me duele. Miro a Marlene y la misma estampa. ¿Qué le he hecho a mis chicas?
—Probemos terapia.
Marlene me mira sorprendida.
—¿Tú? ¿Terapia?
—Sí, curemos, cariño. Empecemos de cero. Dejemos atrás. Te he dado tiempo, pero ya no puedo más con la angustia sabiendo que no avanzamos, no te pido una segunda oportunidad, eso lo decidirás tu. Solo cerremos ciclos.
Me mira sorprendida. Bien, supongo.
—Stella, mi vida. Coge los cascos y la tablet.— Marlene se da la vuelta.
Stella nos mira alternamente para luego acceder.
—Me siento egoísta. Ella debería ser mi prioridad.— Len suspira
—Tú decides, Len, no eres egoísta, te hice daño, no ibas a fingir. Pero sabes lo que tenemos, joder, si no quieres intentarlo por mi, inténtalo por ella. — la miro.
—No quiero que regreses a mi vida, Matteo.
—Pues tu eres la mía y no voy a renunciar a ella.
Me miró por primera vez y respondió a mi propuesta.
~
Harry:
Cessi:
Hola, guapo. ¿Nos vemos esta noche?
Miré el teléfono mientras Zack me pintaba las uñas de los pies.
—No sé que preguntar primero. ¿Por qué le sonríes al móvil o por qué tienes a un niño de ocho años sobándote los pies?— Priya apareció en el salón.
—Te cuesta liarte con la persona que estás enamorada sabiendo que nunca llegará a nada más, ¿verdad?
Su expresión cambia. A cara de te voy a matar más bien.
—Te pasas.— Marlene aparece de la nada.
—¿Pero de donde salís? ¿Tu no estabas con el padre de tu hija?
—¿Por qué me has dicho eso?— Priya nos mira reprimiéndonos por haber cambiado de tema tras haberle soltado eso sin contexto.
—He quedado con una chica. Cessi. Compañera de trabajo de Liam, él le habló de mi de hecho. Bueno, la he visto muy en serio, hasta podría decir enamorada, la entiendo. Pero yo no quiero eso, ¿debo seguir quedando con ella o solo le hago daño?
—¿Has hablado con ella de esto?— dice Marlene quitándose los tacones de aguja, esta mujer sufre porque quiere.
—Solo hemos quedado una vez. ¿Como vamos a hablar de eso? Ella es la que va muy rápido.—contesto frustrado.
—Avísala antes de que se enamore más.— Priya habla, Marlene y yo la miramos.
—¿Me puedo ir?— no recuerdo a Zack.
—Sí cielo, ve a dormir.— le dice su hermana.
Priya empieza a llorar. Marlene y yo nos miramos sin saber qué hacer.
—Yo... yo la quiero.—logra decir.
Marlene me hace una señal y nos levantamos. Hacemos un sandwich y la abrazamos, la estrechamos.
Suspira y nos aparta, tan simpática.
—Estoy bien.— sentencia. —Tú estabas con Matteo ¿no?
Marlene se muerde el labio inferior y se levanta.
—No os enfadéis.— dice dando vueltas a la mesa del café.
—¿Ya te lo has follado? Joder, te compré el vibrador para algo.— dice Priya.
—Eh... ¡No! El vibrador y otros me van bien... Aunque no te estoy diciendo que no tenga ganas cada vez que lo veo...
—Quieres decir qué has hecho.— digo haciendo que se pare en seco y se siente en frente de nosotros.
—Vamos a intentarlo. Obviamente no se lo voy a poner fácil y no voy a caer tan rápido.— nos mira nerviosa.
—Está bien. Si eso has decidido, te apoyo — dice Priya neutra.
Marlene frunce el ceño y luego me mira a mi buscando aprobación.
—Opino igual, confiamos en ti.
Entrecierra los ojos y se levanta.
—Voy a decírselo a mi hermana— grita mientras se va.
Abro el móvil y le escribo una respuesta a Cessi.
Te recojo a las diez ;)
Marlene:
Busqué a mi hermana por todas partes. ¿Qué habitación me falta?
Olvidaba la afición de mi hermana por las azoteas.
Estaban bailando.
La escena era preciosa. Estaban muy pegado mientras daban vueltas. Perfect de Ed Sheeran sonaba bajito. Se susurraban cosas, sin soltarse. El sol se estaba yendo.
Envidié la forma en que se miraban. Eran uno para el otro. Se reían. Me limpié una lágrima. Se amaban. Parecía que estaba invadiendo algo muy íntimo así que me fui. Mañana hablaría con ella. Mi móvil vibra mientras bajo de la azotea.
Matteo:
Buenas noches, Len.
El mensaje me reconfortó. Empieza con buen pie este nuevo intento. Debo reconocer que lo veo distinto. Me preguntaba si esta vez podría ser capaz de enseñarle como amarme.
Buenas noches, Matteo.
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TÚ Y YO, UNA VEZ MÁS
Casuale•NOSOTROS II• Ahora sus vidas han cambiado. Viejos problemas se presentan pero ahora están más preparados. Solo tienen que asegurarse que las grietas que tienen dentro no se abran al destape de los enemigos y se cierren una vez más.