[historia corta]
𝙞𝙢𝙥𝙚𝙧𝙛𝙚𝙘𝙩𝙤, 𝙞𝙢𝙥𝙚𝙧𝙛𝙚𝙘𝙩𝙖
adjetivo;
𝟏. Que no tiene todas las cualidades requeridas o deseables para ser bueno o el mejor de su género.
"una obra imperfecta"
Mientras busca respuestas sobre su sexualidad, Mason se...
Era uno de esos días en los que a Mason no le importaba salir tarde del trabajo, si podía usarlo como una excusa para no tener que reunirse con su familia. Era su cumpleaños, y ellos habían insistido en ir a su casa y prepararle la cena y un pastel.
"No es como si tuvieras a alguien más en casa que lo haga por ti," su madre le había dicho por teléfono el día anterior. "Iremos, deja la llave en algún lugar donde podamos encontrarla pero un ladrón no pueda verla."
Y solo así, sabía que su casa estaba repleta de personas. Ugh, debería solo llamarlos familia, pero... um, no.
Cuando fueron las seis y su horario acabó, estuvo tentando a pedirle a su supervisor que le dejara hacer horas extras, pero el delgado hombre con gafas enormes, siempre le decía que no, porque ya pasaba suficiente tiempo frente al monitor durante ocho horas al día. Entonces tomó sus cosas y se dirigió a su auto para conducir por la carretera más ocupada que pudo encontrar. Estaba entrando al estacionamiento cuando recibió un mensaje de Bishop.
Mason, ¿qué hago? Le envió emojis llorando y uno con ojos de corazón al final. Los encontré afuera del bar y no pude dejarlos a esperar el frío de la noche.
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Mason sonrió ante la foto de las dulces cositas, se veían jóvenes, pero no tanto. Probablemente un par de meses.
Ya los llevaste a tu apartamento, ¿no? Puedes conseguirles una familia en cualquier caso.
Subió a su auto y lo encendió mientras esperaba una respuesta, y cuando no lo hizo, solo pulsó a una videollamada. Bishop le contestó en un segundo. Tenía una expresión preocupada en el rostro. Mason sonrió mientras colocaba el teléfono en el portador, así lo tendría frente a él mientras conducía, y salió hacia su casa. "¿Quieres quedártelos? ¿Qué dice el contrato sobre animales?"
"Puedo tener dos animales viviendo conmigo," él respondió. Mason miró por un segundo a la pantalla cuando Bishop hizo un sonido ahogado. Los dos gatitos estaban jugando entre si, bastante tranquilos aparentemente. "Pero no lo sé, no paso el suficiente tiempo aquí. Mucho menos ahora que empezaré mis clases en la Academia el próximo mes. Agh, mierda, son tan lindos."
Su tono de voz ya era el de un dueño de animales, suave y ridículamente meloso. Se rió mientras daba la vuelta en una calle. Los miró una vez más y tuvo que asentir, las dos cositas eran lindas y tiernas como la mierda. "Siempre puedes comprarles juguetes. No pasarás más de cinco horas en la Academia de todas formas. Ellos estarán bien durante ese tiempo, no son exactamente bebés."
"¿Debería?" Bishop levantó el teléfono a su rostro. Tenía algunas bolsas debajo de los ojos por los últimos días y su cabello estaba por todas partes. Mason no creía haber encontrado a un tipo más comprometido que Bishop en toda su vida. Se había inscrito en la Academia de Bomberos de la ciudad, y había estado asistiendo a los seminarios mientras continuaba con su turno nocturno en el bar, donde llegaba a su apartamento a las seis de la mañana, mientras que el seminario empezaba a las ocho. No tenía más de cuatro horas al día para dormir porque el seminario terminaba cerca de las dos de la tarde y tenía cosas que estudiar para la siguiente clase. Era bastante tedioso, pero él lo había estado manejando muy bien durante ese par de semanas. Mason estaba orgulloso de él. "Creo que podría hacerlo, dejarlos aquí mientras voy a las clases, quiero decir. Y, um, hoy renuncié al bar."