Dancing Souls - [Fanfic Yungi (Ateez)]

CAP II: Karaoke

[⚠️TW: Gore]

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El almuerzo con sus padres fue normal, y para su suerte no le volvió a doler el estómago ni el pecho durante ese momento.

Le hacía muy feliz poder compartir momentos con sus padres, aunque le gustaría poder pasarlo con el resto de sus familiares también.
Mingi y sus padres se habían mudado de su antigua ciudad hace unos cuantos años por una oferta del trabajo de su mamá. Así que solo eran ellos tres por el momento. Eran todo lo que él necesitaba.

Ayudó a su mamá a lavar los platos, mientras, compartían comentarios sobre como le había ido a Mingi en la escuela y recuerdos de anteriores cumpleaños entre risas.

De pronto recordó lo que le había pasado en la mañana; para asegurarse decidió consultar con el mayor.

  – Papá – Exclamó y el nombrado lo miró. – ¿Conoces a un chico llamado Hongjoong? Es peligris, bajito, supongo que será menor que yo. – Su padre dudó y frunció el seño – Hoy me vió y me saludó por mi cumpleaños, pero no lo conozco, supuse que sería uno de tus alumnos.

El adulto negó – mmhh ese nombre no me suena, y jamás les mostré a mis alumnos fotos de tí como para que te reconozcan – Hizo una mueca restándole importancia – Quizás alguien que te sigue en redes sociales... Ten cuidado.

  – Puede ser, si sí, gracias. – terminó de limpiar y secar y se fue a su habitación.

Allí se recostó en su cama. Había quedado de encontrarse con sus amigos en el parque a las 19:30. Vió su celular y apenas eran las dos de la tarde, así que puso una alarma y decidió tomarse una merecida siesta.

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Fue caminando hasta el parque cerca de su casa, donde habían acordado, y se sentó en una banca a esperar a sus amigos, miraba al cielo y los árboles con fascinación, se veían hermosos para ser invierno, estaba bastante nublado que parecía que iba a llover, aunque no estaba pronosticado.

Estando tan ensimismado, casi ido, logró escuchó unos susurros, provenientes de todos lados, voces que conocía y otras que no.

Pensó que serían sus amigos, ansioso bajó su vista, pero no había nadie, el parque estaba completamente vacío.
Las voces comenzaron a hacerse más fuertes hasta convertirse en gritos.

Mingi se empezó a desesperar, comenzó a sudar de pronto, sudor frío, y las manos le temblaban. Intentó pararse de la banca pero no pudo, estaba petrificado, como amarrado a la banca, no eran común en él esas reacciones, no entendía nada.

Sentía que algo le aplastaba fuertemente el pecho, una presión, un gran golpe, una roca oprimiendo su pecho; juraría que se le iban a romper las costillas, quería gritar pero no podía, no tenía voz o su targanta estaba obstruida, tuvo la sensación de que iba a vomitar otra vez, pero ahora era mucho más fuerte y le ardía cada centímetro del estómago y el esófago. De pronto sintió sabor raro y frío en su boca. Agachó la cabeza y comenzó a vomitar.

Sangre.

Litros de sangre salían de su boca mientras las voces le gritaban al oido y miles de manos oscuras aparecieron como sombras y lo aferraban fuertemente a la banca, impidiendo cualquier movimiento.

Pudo ver que un par de esas manos tenían forma de garra, vió como se acercaban lentamente a su pecho, se aferraron a su ropa y la comenzaron a desgarrar hasta dejar ver su pecho y abdomen. Las manos fueron hacia atrás como tomando carrera y golpearon contra su pecho, comenzaron a abrirse, rompiendo sus huesos y dejando expuestos sus órganos internos.